Las ideas anti-LGBTI que defiende Viktor Orbán le han convertido en uno de los líderes más incómodos de la Unión Europea. No obstante, en la cena de la Cumbre de la OTAN celebrada este martes, el primer ministro húngaro tuvo que reprimir sus opiniones a favor de retroceder en el reconocimiento de los derechos y libertades del colectivo.
Durante la cena de jefes de Estado y de Gobierno que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid, Orbán se vio obligado -por protocolo- a sentarse al lado del arquitecto Gauthier Destenay, marido del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Betel. Coincidía que precisamente ese día es elDía Internacional del Orgullo, también conocido como Día Internacional del Orgullo LGBT.
Reconocido homófobo, Orbán aprobó en 2021 una ley que vincula la homosexualidad con la pederastia, prohíbe hablar sobre el tema en las escuelas y elimina la presencia de la diversidad sexual en los medios de comunicación. Una normativa represiva que llevó a líderes como el portugués António Costa a pedirle al primer ministro húngaro que abandone el club de los 27.
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En su momento, una de las más sentidas críticas provino de Bettel, el único líder de un país europeo abiertamente gay. Para él, la ley representaba una "línea roja" que intentó combatir promoviendo una declaración firmada por 17 países.
En líneas generales, Bettel, casado desde 2015 con su pareja, no ha querido construir su imagen basándola en su orientación sexual. No obstante, su Gobierno fue el que aprobó el matrimonio homosexual y la adopción entre personas del mismo sexo en Luxemburgo.