Tras 45 días de invasión en Ucrania y con la vista puesta en los preparativos para lanzar una gran ofensiva en el Donbás, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha reorganizado su cúpula militar para mejorar la coordinación de sus unidades sobre el terreno después de que su objetivo inicial de una guerra rápida haya fracasado.
Rusia pretende cambiar las tornas con el general Alexander Dvornikov como punta de lanza de la cadena de mando que dirige la invasión. Dvornikov tiene experiencia en el conflicto de Siria y se encargará de esta nueva fase del conflicto, en la que Rusia se ha retirado del norte de Ucrania para centrarse en el este del país.
Estos cambios, de los que ha informado BBC, no impiden a Putin dar mayor relevancia a "imperativos políticos" frente a las "prioridades militares", según ha indicado a la cadena británica una fuente occidental.
Precisamente la concentración de fuerzas en el este del país ha llevado al gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai, a instar este sábado a los civiles que aún quedan en esta región del Donbás a que salgan de allí.
Gaidai calcula que aún permanecen en la zona un 30% de los residentes y ha alertado en la televisión pública de que Rusia "está amasando fuerzas para la ofensiva y se observa que el número de bombardeos se ha incrementado".
Enfoque en el Donbás
Rusia mantiene su intención de concentrar sus ataque en la región del Donbás, según ha señalado este sábado el Ministerio de Defensa británico. También continúa con sus operaciones en Marúpol y Mykolaiv, con el apoyo de lanzamientos de misiles crucero por parte de sus fuerzas navales, ha añadido.
Además, la inteligencia británica prevé que la actividad aérea se incrementará en el sur y en el este para dar apoyo a estas actividades.
Sin embargo, el ejército ruso sigue sin conseguir establecer un corredor terrestre entre Crimea y el Donbás debido a la potente resistencia ucraniana que ha encontrado, ha destacado Reino Unido.
Zelenski pide justicia
En tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido en un video publicado este sábado que el brutal ataque contra los civiles que se encontraban en la estacion de tren de Kramatorsk se juzgue en los tribunales internacionales como "crimen de guerra".
En la estación se encontraban casi 4.000 civiles, la mayoría mujeres y niños, que esperaban huir de la región después de que esta semana las autoridades locales instaran a los residentes a marcharse del este del país lo antes posible.
"Los rusos inhumanos no abandonan sus métodos. Al no tener la fuerza y el valor de enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, exterminan cínicamente a la población civil", ha denunciado Zelenski.
El presidente ucraniano también ha indicado que espera una "respuesta global firme" a esta acción. "No puede ser que la mayor amenaza para la seguridad mundial encuentre vías para acceder a la riqueza global", ha agregado.
Naciones Unidas ha afirmado que el ataque es "completamente inaceptable". "Son violaciones graves de la ley internacional humanitaria y de la ley internacional de derechos humanos por las que los responsables deben rendir cuentas", ha apuntado el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Corredores humanitarios
Para intentar sacar a los civiles de las zonas del conflicto más castigadas, Ucrania ha anunciado este sábado que se abrirán 10 nuevos corredores humanitarios. Entre los corredores previstos, uno se dedicará a las personas que quieran abandonar en transporte privado la ciudad de Mariúpol, ha apuntado la vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk.
Por su parte, el alcande de Kramatorsk, Oleksander Honcharenko, ha indicado que prevé que solo queden en una o dos semanas entre 50.000 y 60.000 en la ciudad, que antes del conflicto contaba con una población de 220.000 personas y que este viernes sufrió el ataque en su estación de trenes en el que al menos 50 personas murieron, entre ellas cinco niños, y más de 100 resultaron heridas.