El pasado martes Pedro Sánchez se comprometió a enviar armas a Ucrania.Y el viernes, un par de aviones Airbus A400M del Ejército del Aire de España partieron desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) hasta Polonia con las bodegas repletas de armamento de ataque para proveer de material militar ofensivo a las tropas ucranianas, quienes lo recogieron en tierras polacas.
Este primer envío estaba compuesto de 1.370 lanzagranadas contracarro y 700.000 cartuchos de fusiles y ametralladoras, según anunció la ministra Margarita Robles. Todo el material enviado pertenece al Ejército de Tierra.
A Ucrania han llegado ya los lanzacohetes C-90, fabricados por la empresa zaragozana Instalaza. Estas armas permitirán "una defensa muy individualizada" que incluso servirá para aquellas personas que "no tienen experiencia en el uso de armas", como señalaba Robles la semana pasada.
Sobre estas líneas aparece un vídeo colgado en Twitter donde podemos ver a un soldado del Ejército ucraniano mostrando a cámara uno de los lanzagranadas C-90 enviados por España.
C-90
El Instalaza C-90 es un lanzagranadas de calibre 90 milímetros. Su sistema permite la elección de diversas municiones integradas en el tubo lanzador desechable especialmente pensadas para atacar objetivos diferentes.
Incluye un visor de puntería óptico plegable de 2 aumentos que, junto con el mecanismo de disparo y el tubo lanzador, también es desechable. Para la visión nocturna existen dos tipos de sistemas: uno con tubo intensificador de imagen y otro con cámara térmica. Ambos se ensamblan y desensamblan en el campo de batalla en muy pocos segundos.
El C-90 es el sistema calibre 90 milímetros más ligero del mundo con 5,3 kilogramos y el único con capacidad de disparo remoto. Al igual que su hermano mayor, presenta un retroceso mínimo y gran precisión capaz de alcanzar un blanco puntual a 350 metros y un blanco de área a 700 metros, según tipo munición.
El Ejército de Tierra dispone de la munición C90-CR-RB de cabeza de carga hueca especialmente diseñado para actuar contra carros y una penetración de 480 milímetros en acero y más de 1.000 milímetros en hormigón.