Mil directores de colegios de Italia, de unos 8.000 en servicio, han pedido este jueves que el Gobierno posponga las clases presenciales hasta el 24 de enero y que no empiecen el próximo lunes, como ha decidido el Ejecutivo de Mario Draghi.
Estos trabajadores educativos han enviado una carta a Draghi y al ministro de Educación, Patrizio Bianchi, en la que apuestan por las clases en remoto durante al menos dos semanas y explican que es fundamental aumentar la campaña de vacunación y reducir los contagios antes de permitir la vuelta a las aulas tras las vacaciones navideñas, publicó el diario "Corriere della Sera".
En su opinión, "no se dan las condiciones de seguridad para abrir las clases", porque la necesidad de respetar el distanciamiento social "es una medida sobre el papel", pero el estado real de las aulas y "la concentración de alumnos en el recinto" complican su cumplimiento.
El Gobierno italiano aprobó el miércoles las nuevas reglas sobre cuarentenas para permitir el regreso a las aulas. En guarderías y escuelas infantiles la cuarentena de diez días será obligatoria para todos los niños en caso de que haya un positivo en clase, medida mucho más dura que la prevista para otras franjas de edad porque Italia solo está vacunando a los mayores de cinco años.
En las escuelas de primaria se mantendrán las clases presenciales con la obligación de que los alumnos se hagan una prueba de coronavirus si hay un positivo, pero con dos o más casos todos tendrán que realizar una cuarentena de diez días.
Y en los colegios e institutos de educación secundaria solo se mantendrán las clases presenciales con un positivo, aunque con la exigencia de que los alumnos se realicen una prueba y utilicen la mascarilla FFP2.
Con dos casos solo podrán seguir las clases presencialmente los vacunados, los que hayan pasado la enfermedad en los últimos cuatro meses o los que hayan recibido la dosis de refuerzo. Si hay tres positivos todos los alumnos continuarán en remoto.
"El objetivo es volver a las clases presenciales y con seguridad", dijo hoy el ministro de Educación, Bianchi, en declaraciones a la televisión pública italiana.