Echar de menos es algo que ocurre cuando aquello que se añora ya no está. Políticamente, en Alemania, no pasa eso. En vista de los candidatos a sustituir a Angela Merkel en la Cancillería Federal, ya hay motivos para echar de menos el modus operandi de la que habrá sido jefa del Gobierno teutón los últimos 16 años. Merkel dejará de ser la canciller alemana tras las elecciones generales del próximo 26 de septiembre.
El político que supuestamente más se inscribe en la continuidad con la gestión de Merkel es Armin Laschet. Pero de cara a la campaña electoral que termina con la cita del 26 de septiembre, este hombre de sesenta años está hundiendo a su partido en las encuestas.
En 2017, en las últimas elecciones generales en las que Merkel se presentó a ser reelegida canciller, la CDU obtuvo un 32,9% de los votos. El partido de los cristianodemócratas fue el más votado. Con Laschet como candidato a canciller, las últimas encuestas dan a la CDU y a su hermanada Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) entre un 23% y un 25,% de la intención de voto. Es un margen que sitúa a los conservadores logrando la victoria, pero con el peor resultado de su historia reciente, una etiqueta que ya llevaba el 32,9% de 2017.
Ahora hay encuestas en las que se pregunta a los alemanes qué canciller elegirían entre Laschet; el vicecanciller, ministro de Hacienda y aspirante socialdemócrata, Olaf Scholz; y la candidata de Los Verdes, Annalena Baerbock. Según el instituto de sondeos FORSA, Laschet sería el que menos apoyo recoge. Sólo un 12% lo querría como canciller frente a Scholz (26%) y Baerbock (16%).
Uno de los méritos de Laschet que explican estos sondeos en contra son sus risotadas, en segundo plano, que grabaron las cámaras de televisión en las zonas afectadas por las catastróficas lluvias del mes pasado. Mientras hablaba en una de esas regiones el presidente de la República de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, a Laschet le contaban una broma por detrás y se reía de lo lindo. Se supone que Laschet se había desplazado para mostrar apoyo a la población. Su visita, sin embargo, "produjo las imágenes equivocadas", según ha analizado el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Otro diario, en principio nada sospechoso de ser hostil con la CDU, como es el Bild, el periódico más leído de Alemania, ha reprochado recientemente a Laschet falta de claridad cuando transmite sus mensajes. "En lugar de iniciar debates y establecer prioridades con sus propias ideas sobre temas importantes como las pensiones o los puntos de su propio programa electoral, Laschet comenzó una pelea innecesaria con la CSU, cuestionando los recortes fiscales acordados en el programa", se leía en dicho periódico.
A cuenta de los impuestos, Laschet trataba de aclarar su propuesta el miércoles en un encuentro digital con los lectores del Frankfurter Allgemeine Zeitung diciendo que "hará todo lo posible para evitar subidas de impuestos". En la pandemia, a Laschet ya se le ha visto retropedalear con su discurso.
Él fue de los que quiso levantar las restricciones contra la Covid-19 cuanto antes. Pero el Land que preside, la populosa Renania del Norte-Westfalia (oeste), también fue escenario de las vueltas a los grandes confinamientos de la “nueva normalidad” germana. Al menos así ocurrió hace un año a cuenta de los rebrotes vividos en establecimientos de la industria cárnica.
Sobre la campaña de vacunación, Laschet parece no querer disgustar a nadie. De momento, dice estar en contra de la vacunación obligatoria, pero no descarta pronunciarse a favor de esa medida si la tasa de vacunación no es la que desean las autoridades en otoño. Esta indefinición era algo que también criticaba el Bild esta semana.
Respecto a sus rivales, sin embargo, Laschet lógicamente es el que más cerca está de Angela Merkel. Ahora bien, el aspirante a suceder a la canciller no está hecho de la misma pasta que Merkel.
"De Merkel se decía que estaba hecha de teflón, porque cualquier cosa que se le reprochara nunca le afectaba", dice a EL ESPAÑOL Marcel Dirsus, politólogo del Instituto para la Política de Seguridad de la Universidad de Kiel. El teflón es un compuesto químico que, por ejemplo en sartenes, evita la adherencia de los alimentos que se cocinan.
"Merkel es muy buena en política; Laschet, no tanto"
En realidad, "lo que pasa es que Merkel es muy buena en esto de la política, y Laschet no lo es tanto, como tampoco lo son Baerbock o Scholz", según Dirsus. "Merkel es extremadamente disciplinada y calculadora. Sólo comete errores en contadas ocasiones", añade este experto de la Universidad de Kiel.
No puede decirse lo mismo de ninguno de los actuales candidatos a la canciller. Porque Laschet ha cometido errores últimamente del mismo modo que Baerbock, la aspirante de Los Verdes, formación que ha caído en las encuestas tras haber gozado hace unos meses de tal bonanza demoscópica que llegó a estar por encima de la CDU.
Falta de transparencia en actividades extra-parlamentarias, acusaciones de plagio en su último libro, entre otras cosas, han lastrado hasta ahora la carrera a la Cancillería Federal de Baerbock. Tal es la caída de Los Verdes que ahora los ecologistas ya están, más o menos, al mismo nivel que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en las encuestas de intención de voto.
Los socialdemócratas tienen en Scholz un buen candidato a canciller. “Es un candidato sólido que comete pocos errores. Y no tiene posiciones radicales. Son cosas que gustan a los alemanes, por regla general”, señala Dirsus, el politólogo de la Universidad de Kiel.
Formar gobierno sin la CDU
Ahora bien, Scholz no es, ni de lejos, un candidato comparable a la Merkel aspirante a la Cancillería Federal de 2005 o a la que consiguió mantenerse al frente del Ejecutivo durante algo más de tres lustros ganando las tres últimas elecciones generales. "A diferencia de Merkel, Scholz no tiene capacidad para atraer más allá de las barreras ideológicas de su partido. Porque el punto fuerte de Merkel es que desmoviliza a los rivales y, además, logra que gente que normalmente no votaría por su partido vote a la CDU", explica Dirsus.
Con todo, podría darse la circunstancia de que, tras las elecciones del 26 de septiembre, Scholz acabe en el despacho que ahora ocupa Merkel. La caída en las encuestas de la CDU comienza a abrir escenarios en los que el próximo Gobierno podría formarse sin los conservadores. Una encuesta publicada el jueves en el diario generalista berlinés Berliner Morgenpost daba cuenta de que una coalición de izquierdas, entre ecologistas, socialdemócratas e izquierdistas de Die Linke podría formar la próxima mayoría en el Bundestag. Otro escenario posible es el que uniría en el Gobierno a SPD, Los Verdes y el partido liberal, el FDP.
La CDU, claro está, aún tiene posibilidades de estar en el Gobierno. Pero tras la marcha de Merkel, parece que el próximo Ejecutivo lo formarán tres partidos. Hasta ahora, las coaliciones gubernamentales de dos partidos era algo tan típico en Alemania como “la cerveza, pero eso ya pasó”, han constatado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Se echan de menos cosas de una era Merkel que aún está por acabar.