Los líderes de la Unión Europea redoblan la presión sobre el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, del partido de derecha radical Fidesz, para que derogue de inmediato su polémica ley que prohíbe hablar de homosexualidad en las escuelas. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha tachado la norma de "vergüenza" y ha amenazado con denunciar a Hungría ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). El primer ministro holandés, Mark Rutte, va un paso más allá: si no retiran la ley homófoba, "no tienen sitio en la UE".
La norma en cuestión, que fue aprobada la semana pasada en el Parlamento de Budapest, prohíbe "la representación y la promoción de una identidad de género distinta del sexo al nacer, del cambio de sexo y de la homosexualidad" para los menores de 18 años. Y se ha convertido en la protagonista absoluta de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que ha empezado este jueves en Bruselas de forma presencial.
Justo antes del inicio del Consejo Europeo, Pedro Sánchez y otros 15 líderes europeos (entre ellos Angela Merkel, Emmanuel Macron, Mario Draghi o el propio Rutte) han publicado una carta conjunta contra Orbán y la ley húngara, aunque en ningún momento se nombra directamente ni al primer ministro ni a la polémica norma.
"Con motivo de la celebración del día del orgullo LGBTI el próximo 28 de junio, y a la luz de las amenazas contra los derechos fundamentales, y en particular contra el principio de no discriminación por motivos de orientación sexual, queremos expresar nuestro apego a nuestros valores comunes fundamentales, consagrados en el artículo 2 del Tratado de la UE", reza el texto.
"Debemos seguir luchando contra la discriminación hacia la comunidad LGBTI, reafirmando nuestra defensa de sus derechos fundamentales. El respeto y la tolerancia están en el núcleo del proyecto europeo. Nos comprometemos a continuar con este esfuerzo, garantizando que las generaciones futuras europeas crezcan en una atmósfera de igualdad y respeto", concluye la declaración.
Según fuentes de Moncloa, la misiva ha sido promovida conjuntamente por España y Luxemburgo. Además, lleva la firma de Bélgica, Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, Francia, Italia, Chipre, Lituania, Malta, Holanda, Finlandia y Suecia. El primer ministro portugués, António Costa, no ha firmado porque ostenta la presidencia de turno de la UE y debe ser neutral. Así que en total serían 17 Estados miembros contra Hungría. En el último minuto se ha sumado también el canciller austriaco, Sebastian Kurz.
La carta es una versión descafeinada de la declaración que firmaron España y otros 13 países el pasado martes en Luxemburgo. Allí, los socios de Orbán sí decían claramente que la ley húngara "representa una forma flagrante de discriminación basada en la orientación, la identidad y la expresión sexual y merece por eso ser condenada" y además "vulnera igualmente la libertad de expresión, al limitar la libertad de opinar y de recibir y difundir información sin interferencias de las autoridades públicas".
Pese una semana de críticas incesantes y cada vez más duras de sus socios europeos, el primer ministro húngaro continúa defendiendo su ley y no da ninguna señal de que vaya a rectificar. "La ley ya ha sido anunciada, está publicada, es algo hecho", ha dicho Orbán a su llegada a la sede del Consejo Europeo.
"No es una ley sobre la homosexualidad, es una ley que defiende los derechos de los niños y de sus padres (...) Soy un luchador por los derechos. La homosexualidad se castigaba (bajo el régimen comunista) y yo luché por su libertad y sus derechos. Así que estoy defendiendo los derechos de los homosexuales, pero esta ley no va de eso", se ha defendido el primer ministro húngaro.
"Es mi intención, en este punto, doblegar a Hungría. Tienen que darse cuenta de que son miembros de la Unión Europea y, por lo tanto, miembros de la comunidad de valores compartidos que somos ... O marcharse", ha dicho Rutte. El primer ministro holandés admite no obstante que él no puede echar a Hungría y que prefería que Orbán rectifique y derogue la ley.
Mezcla homosexualidad y pedofilia
"El odio, la intolerancia y la discriminación no tienen cabida en nuestra Unión. Por eso, hoy y todos los días, defendemos la diversidad y la igualdad LGBTI para que nuestras generaciones futuras puedan crecer en una Europa de igualdad y respeto", ha escrito Pedro Sánchez en su cuenta de Twitter, también sin citar a Orbán y a Hungría.
Por su parte, el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, que es abiertamente homosexual, ha apelado a su propia experiencia personal. "Lo más difícil para mí fue aceptar que era gay, fue cómo contárselo a mis padres, a mi familia (...) Escuchar ahora que es porque quizá vi algo en television cuando era joven es inaceptable", ha dicho Bettel.
"Mezclar pedofilia, pornografía y homosexualidad es inaceptable", ha insistido.
"Han ido demasiado lejos", sostiene el primer ministro belga, Alexander de Croo, que se ha presentado en la cumbre con un pin de la bandera arcoiris en su solapa. De Croo ha tachado la ley húngara de "primitiva" y ha dicho que no puede tolerarse que los países que no respetan las reglas y los valores europeos reciban fondos de la UE.
"Creemos que las autoridades húngaras están transgrediendo un valor fundamental de la Unión Europea con las medidas que está adoptando en relación con los jóvenes y la comunidad LGBTI en Hungría", coincide el primer ministro irlandés, Micheál Martin. "La UE debe reafirmar su posición en relación con eso y apoyar a la comunidad LGBTI, y los principios de inclusión y diversidad", ha sentenciado.
Por su parte, el presidente francés cree que todavía puede encontrarse un compromiso satisfactorio para todos, que pasaría por enmendar la controvertida norma. "La ley que está sobre la mesa no parece respetar nuestros valores y lo que es Europa. Espero que durante este diálogo (con Orbán) encontremos una vía que les permita perseguir sus prioridades pero respetando nuestro valores, lo que podría significar un cambio de este texto", ha dicho Emmanuel Macron.