Tambores de guerra comercial inminente entre Bruselas y Washington. Tras meses de negociaciones infructuosas, la administración de Donald Trump ha anunciado que impone recargos arancelarios a las importaciones de acero y aluminio procedentes de la Unión Europea, Canadá y México, pese a tratarse de países socios y amigos. Las tarifas serán el 25% en el caso del acero y del 10% para el aluminio y entrarán en vigor este viernes 1 de junio. De nada han servido las presiones de los líderes europeos a Trump para que concediera a la UE una exención permanente a los aranceles.
Las medidas de Estados Unidos afectan a exportaciones de la UE por valor de 6.400 millones de euros, según los datos de Bruselas.
El secretario de comercio de EEUU, Wilbur Ross, ha anunciado que las exenciones temporales que Washington había otorgado en marzo a la UE, Canadá y México, no volverán a prorrogarse y caducan automáticamente. Alega que las conversaciones de las últimas semanas no se han traducido en resultados aceptables para Trump. Bruselas llegó a ofrecer una rebaja arancelaria a las importaciones de coches y gas natural de EEUU si los recargos al acero se retiraban de forma definitiva. Pero estas concesiones han resultado insuficientes.
La administración norteamericana justifica los aranceles por motivos de seguridad nacional. Pero los europeos replican que este argumento no se sostiene porque colaboran con EEUU en la OTAN y tachan la medida de proteccionista. Bruselas considera que China es la auténtica responsable de la sobrecapacidad en el sector del acero y ha ofrecido sin éxito a Trump una alianza contra Pekín.
Proteccionismo puro y simple
Minutos después del anuncio de Ross, la Comisión Europea ha confirmado que activará represalias contra Estados Unidos, unas represalias que llevaba preparando desde marzo. "La UE cree que estos aranceles unilaterales de EEUU son injustificados y vulneran las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto es proteccionismo, puro y simple", ha dicho su presidente, Jean-Claude Juncker, en un comunicado.
En las próximas horas, la UE denunciará los aranceles ante la OMC. Pero la medida que podría desencadenar una guerra comercial transatlántica es la imposición de tarifas de retorsión a una lista negra de productos icónicos estadounidenses, como las motos Harley-Davidson, el whisky bourbon, el zumo de naranja o los vaqueros Levi's, hasta alcanzar un valor total de 2.800 millones de euros. "Defenderemos los intereses de la Unión, respetando plenamente la legislación internacional en materia de comercio", se justifica Juncker.
En tercer lugar, la UE sopesa imponer sus propios aranceles al acero si detectan un aumento repentino de entradas por el desvío de cargamentos que inicialmente estaban dirigidos a EEUU. "En las conversaciones de las últimas semanas, Estados Unidos ha intentado usar la amenaza de restricciones comerciales como palanca para obtener concesiones de la UE. Esta no es forma de hacer negocios, y mucho menos con amigos, socios y aliados", se ha quejado la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström.
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