May y Davis, de camino a la cena con Juncker en Bruselas

May y Davis, de camino a la cena con Juncker en Bruselas Mary Turner/Reuteres

Europa

Ofensiva de May para salvar las negociaciones del 'brexit' de la ruptura total

La primera ministra británica acuerda con Juncker en una reunión en Bruselas "acelerar" las conversaciones en los próximos meses.

16 octubre, 2017 17:43
Bruselas

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En vísperas de la decisiva cumbre de líderes de la Unión Europea que se celebra el jueves y el viernes de esta semana, la primera ministra británica, Theresa May, lanza una ofensiva urgente para tratar de salvar las negociaciones del brexit de una ruptura total. En las últimas horas, May ha asumido personalmente las riendas de las conversaciones tras el fracaso de las cinco rondas de diálogo llevadas a cabo hasta ahora entre Bruselas y Londres.

Para tratar de desbloquear el divorcio, la primera ministra británica telefoneó el domingo a la canciller alemana, Angela Merkel. Este lunes ha hablado con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el primer ministro irlandés, Leo Varakdar. Además, May ha cenado en Bruselas con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el negociador de la UE para el brexit, Michel Barnier. Le acompañaban su asesor de confianza, Oliver Robbins, y el negociador británico, David Davis. En la lista de invitados figuraba también el jefe de gabinete de Juncker, el todopoderoso Martin Selmayr.

La primera ministra May sale de la sede de la Comisión tras su reunión con Juncker

La primera ministra May sale de la sede de la Comisión tras su reunión con Juncker François Lenoir/Reuters

La reunión entre May y Juncker ha durado poco más de hora y media. No ha habido saludo para los fotógrafos ni retrato de la reunión ni ruedas de prensa. Al finalizar, los dos dirigentes han publicado un breve comunicado comunicado conjunto en el que se comprometen a "acelerar" las negociaciones de divorcio. "La cena de trabajo se ha desarrollado en una atmósfera constructiva y amigable", concluye la declaración.

A todos sus socios europeos, la primera ministra británica les reclama lo mismo: flexibilidad para empezar a hablar cuanto antes de las relaciones futuras entre Bruselas y Londres tras el brexit, así como de la prórroga de dos años que May ha pedido para que empresas y ciudadanos tengan tiempo de adaptarse al divorcio. De lo contrario, los británicos temen que se acelere la fuga de empresas hacia el continente debido a la actual incertidumbre jurídica.

"En Reino Unido pensamos que es el momento de avanzar en estas negociaciones", ha dicho este lunes el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, a su llegada a la reunión de los jefes de la diplomacia de los 28 en Luxemburgo. Johnson ha pedido a sus socios europeos "iniciar conversaciones serias sobre el futuro y la nueva relación, la asociación profunda y especial que esperamos construir".

La UE, inflexible

Pero lo cierto es que los 27 mantienen de momento un frente unido contra Londres y se niegan a flexibilizar su posición. Para la UE, lo primero es resolver los problemas creados por el divorcio: los derechos de los europeos que viven en Reino Unido, la factura de salida y la frontera con Irlanda. Sólo cuando haya "progresos suficientes" en estas tres cuestiones, podrá pasarse a la segunda fase del brexit: las relaciones futuras.

El primer plazo límite para examinar si hay o no "progresos suficientes" se había fijado para la cumbre del jueves y viernes. Y el diagnóstico unánime entre los 27 es que Londres todavía debe mejorar su oferta y hacer más concesiones, según figura en el borrador de conclusiones. La única señal positiva para May es que los líderes encargan a Barnier que comience los trabajos preparatorios internos para pasar a la segunda fase y fijan el siguiente examen para diciembre.

La bandera británica ondea junto a banderas europeas en la sede de la Comisión

La bandera británica ondea junto a banderas europeas en la sede de la Comisión François Lenoir/Reuters

Juncker ha dejado claro que el principal problema que bloquea el divorcio es el dinero. Mientras que la primera ministra británica ha ofrecido pagar 20.000 millones de euros, Bruselas cifra en 100.000 millones la factura de salida. "Si estás en un bar y pides 28 cervezas y de repente algunos de tus colegas se marchan sin pagar, eso no es factible. Tienen que pagar", se quejó la semana pasada el presidente de la Comisión durante un coloquio en Luxemburgo.

May no tiene previsto hacer esta semana una nueva oferta económica para desbloquear el brexit, según han avanzado sus portavoces. Su cena con Juncker en Bruselas se produce seis meses después de la desastrosa reunión que los dos mandatarios mantuvieron en Londres a finales de abril. El presidente de la Comisión salió de allí convencido de que la primera ministra no era consciente de las dificultades del divorcio. El contenido del encuentro se filtró a la prensa alemana y provocó un choque diplomático entre Bruselas y Londres.

Aunque las negociaciones de separación han desembocado en punto muerto, la cuenta atrás de dos años hacia el brexit sigue avanzando de forma imparable: Reino Unido quedará fuera de la UE el 29 de marzo de 2019, ya sea con acuerdo con el resto de socios o de forma caótica y desordenada. May volvió a repetir la semana pasada que su Gobierno se preparará para todas las alternativas, gastando más si es necesario.