El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en teoría el hombre más poderoso del mundo, se desentiende de problemas internacionales como el cambio climático y se repliega en una retórica nacionalista y proteccionista. Otras grandes potencias, como Canadá, Japón o incluso China, miran a Europa en busca de orientación. La canciller alemana, Angela Merkel, a la que muchos consideran la nueva líder de Occidente, se resiste a asumir el vacío que deja el presidente norteamericano. Rusia va por libre. Esta es la fotografía del nuevo desorden mundial en la era Trump que se ha podido ver en la cumbre del G20 que ha concluido este sábado en la ciudad alemana de Hamburgo.
Es la primera vez que un comunicado final del G20 se utiliza, en lugar de como instrumento de consenso, para exponer crudamente las divisiones entre los países miembros. O para ser más exactos, la soledad de Trump frente al resto de potencias económicas del mundo. Diecinueve contra uno en el apoyo al acuerdo climático de París. Algo que no había ocurrido ni siquiera en los tiempos de George W. Bush, uno de los presidentes estadounidenses más despreciados en Europa y que sin embargo contribuyó a fundar el G20 tras la crisis financiera de 2008.
Finalmente, Merkel, en su papel de anfitriona, se ha salido con la suya y ha logrado que se apruebe al final de la cumbre una declaración conjunta de los líderes, y no varias o ninguna como se había especulado en los últimos días por el radical desacuerdo entre Estados Unidos y el resto de socios. Pero el comunicado contiene una llamada a pie de página, un voto particular discrepante. "Tomamos nota de la decisión de Estados Unidos de retirarse del acuerdo de París (...) Los líderes del resto de miembros del G20 declaran que el acuerdo de París es irreversible", resalta el texto.
"Está muy claro que no hemos podido alcanzar un consenso, pero las diferencias no se han escondido, sino que han quedado claramente expuestas", ha declarado la canciller alemana al término de la reunión. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, asegura que seguirá presionando a Trump para que rectifique y vuelva al redil de la comunidad internacional. "Nunca pierdo la esperanza de convencer, porque creo que es una obligación, dada mi posición, y es un rasgo de mi carácter", ha señalado. Macron convocará una cumbre en París el próximo 12 de diciembre, coincidiendo con el segundo aniversario del pacto climático, para empujar en su aplicación.
Incluso el presidente ruso, Vladimir Putin, que se ha reunido por primera vez con Trump en el G20 y ha acordado con él una tregua en Siria, ha marcado distancias con Estados Unidos en esta cuestión. "Cumpliremos el acuerdo de París", ha dicho Putin durante una reunión bilateral con Macron. El presidente ruso ha señalado que su encuentro con el ex magnate inmobiliario ha servido para establecer una relación personal que sienta las bases para una mejora de las relaciones entre Washington y Moscú. Putin considera que Trump ha creído su versión de que Rusia no intervino en las últimas elecciones estadounidenses.
¿Rechazo al proteccionismo?
En materia comercial, Trump ha perdido la batalla de su primer G20, pero no está claro que vaya a renunciar a la guerra. Pese a que Estados Unidos se oponía inicialmente, también casi en solitario, la declaración final sí recoge el compromiso de todos los países miembros - esta vez sin excepción- de "continuar luchando contra el proteccionismo". Para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se trata de un "mensaje claro" a favor del libre comercio, aunque también ha destacado que hay que garantizar que todo el mundo respete "las mismas reglas del juego".
Sin embargo, en Bruselas temen que el presidente de Estados Unidos vuelva a la carga en los próximos días y active de forma unilateral un arsenal de recargos arancelarios contra las importaciones de acero. Una medida que afectaría a socios estrechos como Canadá, Japón, Corea del Sur o Alemania. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, avisó este viernes en el G20 de que la UE está preparada para adoptar de inmediato represalias, lo que podría desencadenar una guerra comercial a plena potencia.
Además, Trump ha vuelto a demostrar en Hamburgo el poco apego que le tiene a la idea de una Europa unida. Tras haber festejado el brexit durante su campaña electoral, este sábado le ha dicho a la primera ministra británica, Theresa May, que espera concluir "muy rápidamente" un acuerdo comercial entre Reino Unido y Estados Unidos. "Estamos trabajando en un acuerdo comercial que será muy muy importante, un acuerdo muy potente, genial para los dos países", ha asegurado el presidente estadounidense.
Lo cierto es que Londres no puede iniciar formalmente las negociaciones hasta que deje la UE en marzo de 2019. Y en contraste con el entusiasmo que muestra por pactar con Reino Unido, Trump mantiene congeladas las negociaciones para un tratado de libre comercio con el conjunto de la Unión, el TTIP. Pero los líderes europeos tampoco han perdido el tiempo. Tras firmar de forma precipitada un acuerdo con Japón justo antes del G20 en un intento de aislar a EEUU, este sábado han anunciado que el pacto comercial que han firmado con Canadá (CETA) comenzará a aplicarse de forma provisional el próximo 21 de septiembre.
Otra cosa que ha llamado la atención en Hamburgo son los gestos del presidente de Estados Unidos, alejados de las convenciones diplomáticas tradicionales. Durante una sesión en la que se discutía el desarrollo de África, Trump ha abandonado el plenario y ha dejado su asiento en la mesa de los líderes del G20 a su hija y asesora Ivanka. Merkel le ha quitado hierro a la situación. "Las delegaciones deciden quién se sienta en la mesa si el presidente no está allí, lo que puede ocurrir de vez en cuando. Ivanka forma parte de la delegación de EEUU", ha dicho.
Trump se ha marchado de Hamburgo sin dar ninguna rueda de prensa ni discurso público. Eso sí, esta vez ha evitado criticar directamente a Alemania, a la que en otras ocasiones ha acusado de utilizar a la UE como un vehículo al servicio de sus intereses o de abusar con su superávit comercial. Y ha elogiado la labor de Merkel como anfitriona.
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