Corea del Norte está jugando con fuego. Este jueves ha vuelto a lanzar misiles, dos balísticos de corto alcance, al mar de Japón en un nuevo test. Uno de ellos es una versión mejorada de un proyectil ruso Iskander, ha informado el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, que monitoriza todos estos ejercicios.
Los disparos se produjeron a las 6:01 y 6:23 hora local desde Samsok, en el área de Pionyang. Uno de ellos recorrió 350 kilómetros a una altura máxima de 80 y el otro, en torno a 800 con un apogeo de 60 kilómetros antes de caer en aguas del mar de Japón, según Yonhap, la principal agencia de noticias norcoreana.
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Es el sexto lanzamiento del régimen de Kim Jong-un en apenas diez días, este solo horas después de que Washington y Seúl llevaran a cabo un disparo múltiple de proyectiles de corto alcance y anunciaran el retorno del portaaviones de propulsión nuclear Ronald Reagan a aguas la península coreana.
"Aumentará su aislamiento"
Estados Unidos y Corea del Sur respondían al episodio más grave, el martes, cuando Pionyang disparó el misil de mayor rango hasta la fecha. Recorrió 4.500 kilómetros a una altura máxima cercana a los 940. Sobrevoló Japón, cayendo a unos 3.200 kilómetros al este del archipiélago.
Washington condenó el "peligroso y temerario" ejercicio, una acción que calificó como "desestabilizadora" y que ignora las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. El secretario de Estado, Antony Blinken, habló de "una amenaza inaceptable al pueblo japonés". "Si siguen por este camino -afirmó Blinken-, solo aumentará la condena, el aislamiento y las respuestas contra sus acciones".
De inmediato, Estados Unidos y Japón pactaron fortalecer la capacidad disuasoria y de respuesta militar de su alianza.