Nueva York (EEUU)
Publicada
Actualizada

Donald Trump es el ganador de las elecciones y será el 47º presidente de Estados Unidos. El histórico retorno del candidato republicano a la Casa Blanca se ha confirmado tras su victoria en el estado de Wisconsin, que le permite llegar a los 276 delegados, superando los 270 necesarios. Trump ha calificado su triunfo como "una victoria increíble para el pueblo estadounidense"

El líder republicano ha logrado derrotar a la candidata demócrata, Kamala Harris, en Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Wisconsin, cuatro estados bisagra que han allanado una victoria más holgada de lo que se podía pronosticar. Trump no sólo va a convertirse en presidente de Estados Unidos sino que los republicanos también van a recuperar el control del Senado. La mayoría en la Cámara de Representantes aún está por decidirse. También ha ganado en voto popular, logrando unos cinco millones de votos más que Harris. 

Estados Unidos contenía la respiración a medida que avanzaba el recuento de sus elecciones presidenciales más ajustadas en décadas. Pero unas elecciones que se preveían como ajustadas han acabado siendo un amplio triunfo de Trump.

A medida que se desarrollaba el escrutinio, el republicano comenzó a liderar en todos los estados decisivos, cada vez con márgenes más amplios. De las preferencias de los votantes en un puñado de condados, sobre todo en Pensilvania, dependía el futuro de la gran potencia del mundo, aún impactada por el conflictivo traspaso de poder en 2020, una campaña con altos niveles de violencia, intento de asesinato incluido y una elevada inflación que ha causado enorme descontento.

Con Carolina del Norte y Georgia aseguradas para Trump, la única ruta hacia la victoria para Kamala Harris pasaba principalmente por Pensilvania, además de Michigan y Wisconsin. De Pensilvania dependía que se confirmara el triunfo virtual de Trump, cada vez más plausible para el republicano. Pensilvania cayó del lado de Trump, y horas más tarde Wisconsin, que confirmó la victoria definitiva de Trump.

Donald Trump tras autoproclamarse ganador de las elecciones de Estados Unidos. Reuters

Entre las tendencias que han marcado esta jornada destaca el apoyo de los latinos a Trump, quien ha cosechado victorias con amplios márgenes en Florida, superior al 13%, y Texas. 

La jornada electoral del martes ha transcurrido con normalidad, pero no se han evitado momentos de tensión que demuestran lo polarizada que está la sociedad estadounidense.

En Georgia una falsa amenaza de bomba ha obligado a extender el horario de algunos centros electorales; en el condado más poblado de Arizona, Maricopa, los colegios electorales y centros de recuento abrieron rodeados de medidas de seguridad tras los disturbios de 2020 y en Washington D.C., la capital del país, los comercios y edificios de oficinas que rodean el Congreso y la Casa Blanca amanecieron blindados.

Además, según se acercaba el momento del recuento, el expresidente y candidato republicano, Donald Trump, comenzó a agitar el fantasma del fraude electoral sin pruebas, del mismo modo que lo hizo en 2020 antes de negarse a asumir su derrota.

"Se comenta mucho sobre un fraude masivo en Filadelfia. Llegan fuerzas policiales", afirmó en sus redes sociales sin aportar más datos para luego insistir: "Filadelfia y Detroit. Despliegue policial llegando". Las dos ciudades son bastiones demócratas en estados bisagra donde el apoyo que obtenga allí Kamala Harris puede decantar el resultado final.

Harris, por su parte, pidió el voto hasta los minutos previos al cierre de los centros electorales:

"Si estás en la fila cuando se cierren las urnas, mantente en la fila, porque tienes derecho a hacer oír tu voz", indicaba en sus redes sociales.

Durante la jornada de votación, el foco se ha posado en dos grupos demográficos: las mujeres y los hispanos. Nunca antes la decisión de dos colectivos de votantes había recibido tanta atención por parte de medios de comunicación, analistas y equipos de campaña.

La decisión de las mujeres

Según los sondeos, las mujeres de todas las edades prefieren a Harris con porcentajes de apoyo del 50% al 70% (NBC News) mientras que los hombres se sienten más cómodos apoyando a Trump en los mismos porcentajes. Por ello, la movilización de ambos géneros se ha analizado con lupa durante toda la jornada y los días previos de voto anticipado.

La encuestadora Catalist -de corte progresista- indicaba antes del martes 5 de noviembre las mujeres habían emitido ya el 55% de los votos hasta el momento, mientras que la participación de los hombres estaba en el 45%. También la cadena de noticia Fox News -de tendencia conservadora- alertaba en una pieza editorial al inicio de la jornada "si los hombres no votan, Harris gana" y señalaba que en estados decisivos como Georgia las mujeres se habían movilizado un 27% más que los hombres.

Un paseo por los centros de votación Queens, una de las zonas más diversas de Nueva York, daba cuenta de la brecha de género entre los dos candidatos a sentarse en el Despacho Oval.

Un simpatizante reacciona a los resultados electorales anticipados en el mitin de la noche electoral de la candidata presidencial demócrata a la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris. Reuters

"Yo voy a votar por ella, no quiero a un ladrón como todos vosotros", gritaba en español una votante dominicana al pasar delante de un grupo de hombres ataviados con las gorras rojas que suelen identificar a los seguidores de Trump.

En la puerta del centro de votación otro grupo de mujeres pedia apoyar una proposición que también se votaba en referendum hoy y pretendía blindar el acceso al aborto en la constitución estatal de Nueva York, después de que el Supremo derogara hace dos años el marco legislativo que protegía la interrupción del embarazo. Según el Washington Post 1 de cada 7 votantes ha dicho a pie de urna que la cuestión del aborto había sido determinante a la hora de decantar su voto, especialmente ellas.

En una cafetería de Queens otro grupo de mujeres celebraba haber votado por Kamala Harris mientras que en un centro de votación de Harlem, epicentro de la cultura afroamericana, dos mujeres suspiraban aliviadas tras depositar el voto: "Ahora a pegarse a la televisión durante horas", anticipaba una de ellas.

Afroamericanos con Kamala

En Harlem, un distrito donde el 40% de la población es afroamericana, era fácil identificar carteles y otras enseñas de apoyo a Harris -mujer de ascendencia jamaicana e india- cerca de los centros de votación. En 2008, tras la victoria de Barack Obama, la fiesta se desató en sus calles.

En la puerta de un colegio electoral, Edward Díaz, veterano de guerra retirado, se declaraba demócrata y votante habitual: "Quiero vivir en un país con seguridad y sin violencia, donde la gente pueda votar libremente. Todos deberían tener voz, incluidos los republicanos, pero hay mucha corrupción y gente con malas intenciones", decía junto a su hija Alice.

La división de los latinos

Por su parte, el otro grupo con más peso en la demografía estadounidense, los latinos, llegaron al día de hoy más divididos que nunca. Lejos de considerar al público hispano un monolito, esta campaña ha demostrado que los estadounidenses con raíces hispanas tienen perspectivas muy diferentes de la política. El apoyo a Harris se situaba en el 54%, de acuerdo con las últimas encuestas, mientras que Trump ha ido sumando apoyos hasta llegar al 40% en algunos sondeos.

"Yo me hice ciudadana por Trump, porque nunca había visto tanto crimen en Nueva York. Espero que pueda limpiar la ciudad de los criminales", indicaba Brenda Cuasquer, originaria de Colombia pero habitante de Nueva York durante más de 30 años, en el area de Corona, donde más del 30% de los habitantes de identifican como hispanos.

Interrogada por las polémicas del candidato republicano y su retórica antimigratoria ella admitía que "es un bocón", al tiempo que quitaba hierro al asunto e insistía en su confianza en él para controlar la inseguridad.

Otro trabajador electoral nacido en la Republicanísimos Dominicana, que pidió no ser identificado, reconocía haber votado por Trump por primera vez, después de haber apoyado "incluso a Obama" hace más de 20 años. "Para mí Harris es la continuación del viejito (Joe Biden) y de Barack Obama y a mi el negocio me iba mejor con Trump", afirmaba.

Al mismo tiempo, explicaba su voto en clave regional: "Los demócratas nos han abandonado a los dominicanos y quieren enviarnos a todos los haitianos", decía. La campaña de Trump ha apuntado en varias ocasiones a los migrantes haitianos como responsables de crímenes y altercados, culpándoles incluso de comer gatos y perros en el estado de Ohio durante el debate electoral, un bulo rechazado por las autoridades estatales que marcó la agenda política durante varios días.

Lo que voten los latinos en estados como Arizona y Nevada, los últimos estados bisagra en cerrar los centros de votación, marcará el devenir de un recuento que mantiene a los estadounidenses conteniendo la respiración ante el futuro de su país y, por ende, del resto del mundo.