Estados Unidos acusó ayer a "grupos de militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak" de atacar su base en Jordania, cerca de la frontera con Siria. El ataque, que mató a 3 militares e hirió a más de 34, elevó la tensión en cuanto a la política exterior de EEUU y sus relaciones con Irán. "La única respuesta a estos ataques debe ser una represalia militar devastadora contra las fuerzas terroristas de Irán, tanto en Irán como en todo Medio Oriente", instó el senador republicano de Arkansas Tom Cotton.
El Gobierno jordano dijo que el atentado ocurrió fuera de su territorio y que iba dirigido contra una base de EEUU en Siria, fronteriza con Irak y Jordania. Además, el ministro de Comunicaciones Gubernamentales, Muhannad Mubaidín, señaló que el objetivo de los drones era la base estadounidense Al-Tanf en Siria (atacada el domingo por las milicias proiraníes Resistencia Islámica en Irak).
Esta sería la primera vez, desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza, que mueren soldados estadounidenses como resultado de los ataques de las milicias proiraníes iraquíes, las cuales han perpetrado más de un centenar de acciones contra posiciones de EEUU en Irak y en Siria desde el inicio del conflicto.
Este mismo domingo, la Resistencia Islámica en Irak reivindicó cinco ataques contra intereses militares de Estados Unidos en territorio sirio e iraquí, uno de ellos dirigido contra la base de Al Tanf.
Sin embargo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que el dron dirigido contra Al Tanf fue interceptado por las fuerzas de la coalición internacional capitaneada por Washington, que lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico.
Condena jordana
El firme aliado de Estados Unidos, Jordania, dijo que estaba trabajando con Washington para luchar contra el terrorismo.
Una alta fuente de seguridad jordana dijo a Reuters que habían solicitado equipo y apoyo de defensa más avanzados de Estados Unidos debido a la preocupación de que Irán y sus representantes pudieran verse envueltos más profundamente en cualquier conflagración más amplia en Oriente Medio.
Ammán ya había alertado recientemente a Washington sobre la urgente necesidad de reforzar sus defensas contra las milicias respaldadas por Irán, que están aumentando sus fuerzas en las fronteras de Jordania con Irak y Siria, aprovechando la guerra en Gaza.
Además, también han solicitado a la Administración Biden sistemas de defensa aérea Patriot, como parte de su creciente preocupación por quedar atrapada en el fuego cruzado si la guerra en Gaza arrastra a Irán y sus milicias regionales bien armadas en las fronteras del reino.
La presencia de tropas estadounidenses en Jordania es un asunto delicado en un país donde el sentimiento antiestadounidense es alto debido al apoyo de Washington a Israel en su guerra contra Hamás.
Reacciones desde EEUU
Las críticas y represalias contra el ataque tardaron poco en brotar desde suelo estadounidenses, especialmente desde el lado republicano. El expresidente Donald Trump señaló directamente al actual mandatario, "este descarado ataque a Estados Unidos es otra consecuencia horrible y trágica debilidad de Joe Biden".
Michael McCaul, Presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo que "es necesario un reinicio importante de nuestra política en Oriente Medio para proteger nuestros intereses de seguridad nacional y restaurar la disuasión".
"Los representantes terroristas iraníes han cruzado una línea roja", denunció el senador republicano de Alaska, Dan Sullivan. Mientras que el de Florida, Rick Scott, acusó directamente a Biden de ser culpable de dicho ataque, "Irán está cuestionando descaradamente la fuerza y la determinación de Estados Unidos gracias al apaciguamiento de Joe Biden hacia el mayor patrocinador del terrorismo del mundo".
Las denuncias surgieron incluso desde el bando del presidente, por parte de la senadora demócrata de Nevada, Jacky Rosen. "Irán debe rendir cuentas", declaró en su cuenta de X.