En un informe de 105 páginas llamado Planned In Plain Sight ("Planeado a plena vista"), los demócratas del Comité de Seguridad Nacional del Senado han revelado este martes graves fracasos en la inteligencia del FBI y el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU. El informe culpa directamente a estas agencias, encargadas de prevenir el terrorismo doméstico, de un análisis deficiente que les impidió advertir a tiempo a las fuerzas del orden del asalto al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
Este nuevo informe es una continuación de otro publicado por el Senado en 2021, y que reveló importantes problemas en la planificación de la Policía del Capitolio de los Estados Unidos. El documento anterior resaltó la ausencia de un plan de acción en caso de ataque, la escasez de equipo de protección especial para los oficiales y la falta de coordinación con otras agencias de seguridad. Por lo tanto, muchos miembros de la Policía del Capitolio tuvieron que luchar contra los amotinados sin cascos ni chalecos antibalas, y sin la ayuda de la Guardia Nacional durante horas.
En la publicación de este martes, el Senado apunta a que las agencias federales también desempeñaron un papel significativo en el fracaso de proteger contra el asalto al Capitolio. El informe destaca que esas agencias no recopilaron ni tomaron en serio los soplos de información sobre un posible episodio de violencia aquel 6 de enero, no alertaron a otros grupos de aplicación de la ley, y no coordinaron para establecer un plan de protección en caso de cualquier acto violento.
Según el documento, tanto el FBI como el Departamento de Seguridad Nacional habían recibido "una cantidad considerable de inteligencia que indicaba el potencial de violencia el 6 de enero". Las alertas incluían un soplo en diciembre de 2020 que advertía de que los Proud Boys planeaban estar en Washington D.C. durante el recuento de votos para el Presidente y Vicepresidente de los Estados Unidos, con la intención de "literalmente matar gente”. El remitente de estas informaciones instaba a tomar en serio esta advertencia y a realizar una investigación adicional, pero el FBI no le hizo caso.
Otras alertas incluían numerosas publicaciones en plataformas como Parler que llamaban explícitamente a la violencia armada, como un usuario que dijo: "Traigan comida y armas. Si no escuchan nuestras palabras, sentirán nuestras balas". También había publicaciones advirtiendo sobre la violencia del día, como un usuario que expresó: "Siento que la gente realmente intentará lastimar a los políticos. El 6 de enero será una locura".
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A pesar de las crecientes preocupaciones transmitidas por diversas fuentes que "deberían haber hecho sonar las alarmas", como apunta el informe, se reveló a través de emails internos que tanto el FBI como el Departamento de Seguridad Nacional desestimaron estas alertas por no ser "creíbles o verificadas". Además, el documento del Senado destaca que, en lugar de generar evaluaciones oficiales por escrito sobre las amenazas, el FBI "comunicó la inteligencia a través de comunicaciones informales y no evaluaban completamente el panorama de amenazas".
Como resultado, no se emitieron advertencias suficientes. Es más, se determinó que varias agencias federales no coordinaron eficazmente durante el período previo al 6 de enero, lo que, según el Senado, "contribuyó a las faltas que permitieron la invasión del Capitolio ese día". Hubo desacuerdos entre los funcionarios sobre qué agencia debía asumir el papel principal, y también confusión en cuanto al plan de acción. Además, el Departamento de Seguridad Nacional no designó el 6 de enero como un Evento Nacional de Seguridad Especial, lo cual suele hacerse para eventos significativos y habría fortalecido la seguridad y la coordinación.
La situación actual ha sido sumamente vergonzosa para las agencias federales y las fuerzas del orden de Estados Unidos. Su incapacidad para prever, informar y prepararse adecuadamente para el ataque ha resultado en un evento que ha ocasionado más de 2.700 millones de dólares en daños, y se ha cobrado la vida de al menos nueve personas, incluyendo cinco oficiales de policía. Además, casi ha obstaculizado el cumplimiento del deber constitucional del Congreso de certificar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
El senador Gary Peters, autor principal del informe "Planeado a plena vista", expresó a los periodistas que "lo impactante es que este ataque fue básicamente planeado a plena vista en las redes sociales. Y, sin embargo, parecía como si nuestras agencias de inteligencia hubieran pasado por alto completamente esta cuestión".