Más de 500 militares de Estados Unidos retirados, entre ellos decenas de generales, han aceptado lucrativos trabajos para gobiernos extranjeros, principalmente en países que pisotean los derechos humanos. Todos ellos han contado con el visto bueno del Pentágono, que ha tratado de mantenerlo en secreto, revela una investigación de The Washington Post.
Esto sucede desde 2015, explica el prestigioso periódico, que pone como ejemplo más clamoroso el de los 15 generales y almirantes a sueldo del Ministerio de Defensa de Arabia Saudí, dirigido por el príncipe heredero Mohamed bin Salman, quien según la inteligencia de Washington es responsable del asesinato del periodista Jamal Khashoggi -era colaborador precisamente del Post- en 2018.
Entre los empleados de Bin Salman se encuentra James L. Jones, asesor de Seguridad Nacional durante la presidencia de Barack Obama. También Keith Alexander, al frente de la Agencia de Seguridad Nacional con George W. Bush y el propio Obama. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y otras monarquías del Golfo Pérsico han contratado estos perfiles como civiles para desempeñar "papeles críticos aunque inivisibles para la mejora de sus ejércitos".
En este tiempo, las fuerzas de seguridad de estos países han estado al servicio de regímenes que reprimen expresiones básicas de libertad. Más allá de sus fronteras -añade el Post-, sus ejércitos, con ayuda estadounidense en inteligencia o abastecimiento aéreo, han intervenido en la guerra civil en Yemen con desastrosas consecuencias, matando a miles de civiles y desencadenando una crisis humanitaria, según Naciones Unidas.
Los gobiernos de Arabia o los Emiratos han sabido mover sus intereses en los despachos adecuados en Washington, pero la asistencia directa y remunerada de veteranos de alto rango es un salto cualitativo que se desconocía. Se trata de una cuestión ética porque la práctica es legal. De hecho, el Congreso permite que militares retirados, así como reservistas, trabajen para gobiernos extranjeros con la aprobación última del Departamento de Estado.
Los salarios
Los salarios que reciben estos veteranos son generosos, superando sobradamente los que percibieron en activo para Estados Unidos. Los generales de 'cuatro estrellas' tienen un salario base de 203.000 dólares. Por lo que ha podido saber el Post, Arabia Saudí contrató a un exNavy Seal por 258.000, a pilotos de helicópteros por más de 200.000 y por más de 120.000 a mecánicos de aviones.
El general Michael Flynn, que duró apenas un mes como asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, ganó cerca de 450.000 dólares "de intereses rusos y turcos" en 2015, un año después de su retirada del ejército. Este trabajo no estuvo autorizado. En aquel año se pudo ver a Flynn fotografiado junto al presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una gala por el décimo aniversario de Russia Today (RT), brazo mediático del Kremlin. Estos lazos motivaron su caída. Se declaró culpable de mentir al FBI y Trump acabó concediéndole el indulto.
La información debía ser pública, pero las autoridades se negaban a facilitarla. The Washington Post la reclamó en un tribunal federal amparándose en la Ley de Libertad de Información. Tras una batalla legal de dos años, la cabecera obtuvo 4.000 páginas de documentación que este miércoles desgranaba en una pieza extensa y minuciosa.
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La revelación guarda relación con otra exclusiva, en este caso de la BBC, sobre la alerta emitida por el Ministerio de Defensa del Reino Unido tras constatar que China está reclutando también a golpe de talonario a expilotos de las fuerzas armadas para entrenar al ejército de Xi Jinping. Londres modificará la Ley de Seguridad Nacional para facilitar el "enjuiciamiento" de estos expilotos y "persuadir y penalizar" esta práctica.