"Objeto volador no identificado". Un Ovni, por sus siglas. Eso es lo que aseguran haber visto varios pilotos de la marina de Estados Unidos casi a diario en la costa este desde verano de 2014 a marzo de 2015.
Se trata, según aseguraron a sus superiores, de vehículos sin motores visibles o columnas de escape infrarrojas, que alcanzaban los 9.000 metros y se movían a velocidades supersónicas.
El teniente Ryan Graves, piloto de un F/A-18 Super Hornet con más de diez años de experiencia, afirmó, según relata en una serie de entrevistas realizadas por The New York Times, que "esas cosas estaban allí todo el día", una postura que defendió en el Pentágono e incluso en el Congreso.
"Para mantener una aeronave en el aire hace falta una gran cantidad de energía. Con las velocidades que observamos, doce horas en el aire son once horas más de lo que se podría esperar", aseguró Graves.
Tanto él como los otros cuatro pilotos entrevistados por el periódico estadounidense no opinan sobre el origen de los objetos voladores. Aseguran haberlos visto durante maniobras desde Virginia hasta Florida tras salir del portaaviones Theodore Roosevelt.
Otro piloto de Super Hornet, Danny Accoin, era compañero de escuadrón de Graves. Eran los VFA-11 "Red Rippers" de la Estación Aeronaval Oceana de Virginia, que estaba en medio de un adiestramiento de cara a ser destinados al Golfo Pérsico.
"Parecía que sabían que estábamos allí, porque se movían a nuestro alrededor", afirmó Accoin en la entrevista. El avistamiento de los ovnis había comenzado tras una mejora de los radares, que hasta el momento eran de los años 80. Según él, frenaban y giraban repentinamente, algo que quedaba fuera de los límites físicos de una tripulación humana.
Otro piloto estuvo cerca de colisionar con uno de estos ovnis en uno de los múltiples avistamientos. Graves le vio con "una expresión de asombro en la cara" en la base de Virginia Beach. "Casi choco con una de esas cosas", le dijo el piloto.
Tras el susto, realizaron un informe de seguridad. Ya no creían que se tratara de un programa secreto de drones. El gobierno estadounidense no habría, según ellos, mandado aeronaves no tripuladas secretas que pudieran interferir.
Los avistamientos disminuyeron cuando los pilotos se marcharon de Estados Unidos para misiones de bombardeo en Siria e Irak.