Con las inyecciones letales suministradas en las últimas horas a Jack Jones y Marcel Williams, el estado de Arkansas llevó a cabo la primera ejecución doble en EEUU desde que Texas terminara con las vidas de Brian Roberson y Oliver Cruz en una noche de agosto del 2000.
A Jones, muerto a las 19.20 hora local del lunes (00.20 GMT del martes), y Williams, 22.33 del lunes (03.33 GMT del martes), los ejecutaron en la misma camilla de la prisión Cummins Unit con un intervalo de 3 horas y 13 minutos, según el Departamento Correccional de Arkansas.
Ambos recibieron dosis letales de midazolam, que sirve para sedar al preso; bromuro de vecuronio, que paraliza el cuerpo; y cloruro de potasio, que detiene finalmente el pálpito del corazón.
Los crímenes que llevaron a los dos reos al corredor de la muerte fueron muy similares: Jones violó y asesinó en 1995 a una mujer e intentó matar a la hija de ésta, que tenía 11 años, mientras que Williams secuestró, violó y asesinó a una joven un año antes.
Fue la primera ejecución doble desde la del 9 de agosto del 2000 en Texas, estado que ostenta todos los récords en lo que a pena de muerte se refiere, incluyendo el de más ejecuciones: 542.
En esa ocasión, el estado sureño suministró una inyección letal a Brian Roberson por asesinar a una pareja de ancianos en Dallas en 1986, mientras que Oliver Cruz fue ejecutado por secuestrar, violar y asesinar a una piloto de la Fuerza Aérea en San Antonio en 1989.
Los dos ajusticiados hoy formaban parte del grupo de ocho presos que el gobernador de Arkansas, el republicano Asa Hutchinson, pretendía ejecutar en un lapso de 11 días antes de que caduquen a final de abril las dosis de midazolam, un sedante difícil de obtener porque las farmacéuticas no quieren suministrarlo para la pena de muerte.
De momento, Arkansas ha acabado con las vidas de tres de esos ocho presos, cuatro han obtenido suspensiones temporales de la Justicia y un octavo, Kenneth Williams, aún puede ser ejecutado el próximo jueves por un asesinato en 1999 durante una fuga de la cárcel en la que cumplía condena por otro homicidio.
Para su última cena, Jones, un hombre blanco de 52 años, optó por un menú a base de pollo frito, papas fritas con salsa tártara, tres barras de chocolate butterfinger y para beber un batido de butterfinger y un ponche de frutas, indicó el Departamento Correccional de Arkansas.
Después utilizó su derecho a unas últimas palabras para pedir perdón a Lacy, la niña de 11 años a la que dejó sin madre en 1995 y que hoy presenció su ejecución. "Espero que con el tiempo puedas saber quién soy realmente y que no soy un monstruo", dijo.
El 6 de junio de 1995, Jones entró en una contaduría de Bald Knob (Arkansas) en la que trabajaba su víctima, Mary Phillips, que tenía 34 años y tres hijos. La más pequeña, Lacy estaba con ella en el establecimiento porque tenían programada visita con el dentista.
Jones saqueó la caja registradora, golpeó a Lacy hasta que quedó inconsciente y con múltiples fracturas y después violó y estranguló a Phillips, a la que la Policía encontró semidesnuda horas después.
Las autoridades pudieron identificar a Jones por la descripción de sus tatuajes que hizo Lacy cuando se recuperó. Este lunes, casi 22 años después del crimen, la hija pequeña de Phillips se mostró "satisfecha" de que "se haya hecho justicia", en una declaración a los medios en la prisión Cummins Unit.
La ejecución de Williams estaba programada hora y cuarto después, pero se retrasó casi dos horas porque sus abogados presentaron un recurso argumentando que Jones había experimentado sufrimiento después de recibir la inyección letal de midazolam, un sedante que ha fallado en el pasado.
Finalmente la Justicia dio luz verde a proceder con la ejecución de este afroamericano de 46 años condenado a muerte por el secuestro, violación y asesinato de Stacy Rae Errickson, que tenía 22 años, la mañana del 20 de noviembre de 1994.
Esa misma mañana, Williams había perseguido desde la gasolinera a otras dos mujeres que se le escaparon al encontrar refugio en una base de la Fuerza Aérea. Ambas lo identificaron en el juicio.
A Errickson, por su parte, no pudieron hallarla hasta el 5 de diciembre, dos semanas después del crimen, semienterrada en un parque.
Williams fue el noveno reo ejecutado este año en Estados Unidos (Jones el octavo) y el 1.451 desde que el Tribunal Supremo reinstauró la pena de muerte hace cuatro décadas. Arkansas ha ejecutado a 30 de ellos.
Para cenar, Williams pidió pollo frito, budín de plátano, nachos, papas fritas con kétchup y dos refrescos y antes de morir, desde la camilla, declinó su derecho a pronunciar unas últimas palabras.