En un mensaje a sus seguidores en la región de Cochabamba, Evo Morales, presidente de Bolivia entre los años 2006 y 2019, anunció que será candidato a las elecciones "a las buenas o a las malas". Según afirmó, se encuentra habilitado para postular, pese a que el Tribunal Constitucional Plurinacional boliviano haya dictado una sentencia en la que señala que la elección indefinida "no es un derecho humano".
La sentencia, que Morales busca evadir, asegura que una persona puede ser presidente por sólo dos periodos, ya sea de forma seguida o no. El exmandatario, al haber gobernado en tres ocasiones (2006-2010/ 2010-2014/ 2014-2019), habría sobrepasado la norma.
“Hasta este momento estamos habilitados para ser presidente legal y constitucionalmente, eso no está en debate. Lo que están haciendo es ver cómo con los autoprorrogados buscan cómo eliminar, cómo inhabilitarme. Esa es la pelea y no están pudiendo", afirmó Morales. Añadió, poco después, que si no quieren permitirle su candidatura "a las buenas", será "a las malas" a través de masivas movilizaciones.
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En búsqueda de su objetivo, Morales asegura contar con el apoyo de gobiernos de la región con los que comparte ideología. Se refirió específicamente al de Lula da Silva en Brasil y al de Nicolás Maduro en Venezuela. Al listado podría sumarse el de Gustavo Petro en Colombia.
En su mitín en Cochabamba pidió a sus seguidores "movilizarse" en contra del Congreso y de los sectores cercanos al presidente Luis de Arce. Les solicitó, expresamente, a que "se preparen para salir a las calles". Mientras tanto, el bloque político que permanece leal al ex jefe de Estado convocó un congreso para el próximo 10 de julio en la población de Villa Tunari.
Exclusión del MAS
La polémica se agudizó cuando Morales, que fue líder máximo de la organización durante 27 años, fue excluido de la mesa nacional del Movimiento al Socialismo (MAS). Como respuesta, el líder indígena anunció una "batalla legal". Por el momento, pidió a sus cercanos "paciencia" y que no realicen "movilizaciones ni bloqueo de carreteras", declaración que contradice a la que hizo en pos de su candidatura a la presidencia.
El presidente Luis Arce ha continuado su agenda más allá de las amenazas. El domingo pasado concluyó el congreso del MAS convocado por sus más cercanos. En este, Grover García, representante de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), fue nombrado nuevo presidente del partido.
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En la instancia, García, en su juramento, manifestó que "Evo Morales es el expresidente del instrumento MAS, ahora hay un nuevo presidente que es mi persona". También insistió en su apoyo decidido a la administración de Arce. Los disidentes de la militancia, en cambio, se declararon en "estado de emergencia" como método de presión.
"No están descartadas movilizaciones, puede ser la marcha, vigilia, posiblemente cierre de carreteras", anunció a medios de comunicación Pedro Llanque, un dirigente campesino. Con su mensaje queda de manifiesto que no es sólo la vía legal la que se baraja, sino también otras acciones desestabilizadoras.
Arce y Morales están distanciados desde 2021, y el año pasado sus diferencias se profundizaron por la realización de un congreso nacional del partido en el que, en ausencia del actual mandatario, el expresidente se ratificó como líder del MAS y nombrado “candidato único” para las elecciones de 2025.