La candidata de la coalición Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, quemó este domingo sus últimos cartuchos para intentar convencer al electorado y evitar que haya un duelo entre el libertario Javier Milei y el oficialista Sergio Massa en una eventual segunda vuelta electoral en Argentina.
La que fuera ministra de Seguridad en el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) se mostró más agresiva durante el segundo debate preelectoral con vistas a los comicios del 22 de octubre, celebrado este domingo en Buenos Aires.
Tras alegar que sufría una fuerte gripe la semana pasada que mermó su rendimiento, la candidata opositora tiró los últimos escándalos de corrupción que afectan al oficialismo -especialmente el que llevó a la renuncia al jefe de gabinete del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde- a la cara de Massa.
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Al economista libertario, con quien compite en un espectro del electorado, le atacó por la libre portación de armas y la venta de órganos -ambas defendidas por Milei, aunque hoy puntualizó cada uno de estos aspectos-, además de por la dolarización, pese a que la economía no era asunto de esta sesión.
Seguridad, trabajo y producción, y desarrollo humano, vivienda y protección del medioambiente fueron los tres ejes de este encuentro entre los cinco aspirantes a ocupar la Casa Rosada desde el 10 de diciembre: el peronista disidente y gobernador en funciones de la provincia de Córdoba, Juan Schiaretti, y la aspirante del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, completaban la nómina.
Esta fue la última cita conjunta antes de los comicios del 22 de octubre, tras los que, si nadie gana con el 45% o el 40% y diez puntos de ventaja sobre el siguiente, habría una segunda vuelta el 19 de noviembre.
Más interacción, más ataques
Tras la primera prueba del pasado 1 de octubre, el debate de este domingo generó una interacción más ágil y más picante entre ellos.
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Pese a que, según un estudio de la Universidad de Tres de Febrero (Untref), Argentina ocupa el cuarto lugar de la región con menos homicidios dolosos (entre 5 y 6 por cada 100.000 habitantes), la percepción que tiene la ciudadanía es de una alta inseguridad.
Por ello fue uno de los asuntos que despertó más interés.
Bullrich propuso bajar la edad de imputabilidad penal a los 14 años, así como reformas en el Código Penal y Procesal, medida esta última en la que coincidió con Milei. Ambos abogan por la "mano dura" para acabar con el delito, lo que la candidata izquierdista cuestionó por qué hasta ahora "todos los que la promueven fracasaron".
Massa habló de "prevención" como primer eje de un esquema que también incluiría la "creación de un FBI argentino", una agencia "con los mejores" de todas las fuerzas federales, para luchar contra la corrupción, narcotráfico y trata de personas, y "exigirle cuentas a la Justicia" por la demora en los procesos.
Schiaretti, por su parte, pidió más ayuda a las provincias en el combate a la lacra del narcotráfico.
Trabajo y medioambiente
El debate sobre trabajo y producción tuvo a Bregman como defensora de una reducción de la jornada laboral a 6 horas 5 días a la semana, sobre la que Milei ironizó con "llevarla a una sola hora un solo día y así hay trabajo para todos". "Es como cambiar la ley de gravedad con un decreto", bromeó.
Este comentario generó un momento incómodo en el debate, porque Massa usó una réplica para exhortar al libertario a "dejar de faltarle el respeto a las mujeres", algo que después le afeó Bullrich, quien señaló que ellas podían defenderse "solas".
Argentina tiene un índice bajo de paro (un 6,2% en el primer semestre) pero la informalidad, por un lado, y los bajos salarios, por otro, merman la calidad del empleo, dos de los asuntos que fueron comentados por los candidatos.
Sobre el medioambiente, Milei dijo que no se adhería a la agenda 2030, lo que calificó de "marxismo cultural" y "decadencia", además de indicar que no niega el cambio climático. "Lo que digo es que existen en la historia de la Tierra ciclos de temperaturas y este es el quinto", aseveró.
Los tres candidatos más votados en las primarias del 13 de agosto fueron, por este orden, Milei, Massa y Bullrich, con porcentajes muy cerrados y por debajo del 30%, lo que presentó una Argentina de tres tercios.
En el cierre, el libertario apeló a su discurso "anticasta" para afirmar que el debate era una "pantomima irritante"; el oficialista pidió "votar sin bronca ni odio"; y la centroderechista se definió como "una luchadora".
En los debates hablaron los candidatos; el 22 de octubre serán los electores quienes digan la última palabra.