Una reyerta y un incendio registrados en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas) cerca de la capital de Honduras, provocaron la muerte de al menos 46 mujeres y otras siete resultaron heridas y fueron trasladadas al hospital. Las autoridades de seguridad ordenaron la intervención inmediata de esta cárcel de mujeres que alberga a cerca de 900 reclusas.
El portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, confirmó a los periodistas que "46 reclusas han fallecido por el momento". Mora también declaró que la mayoría parecen haber muerto por el incendio, aunque algunos cadáveres presentan heridas de bala. Tanto las causas exactas de las muertes, como la cifra final de fallecidas, se conocerá cuando concluya el levantamiento de los cadáveres y se hagan las autopsias.
Hasta ahora, ninguna autoridad del Instituto Nacional Penitenciario (INP) de Honduras ha informado la cantidad de personas fallecidas ni heridas.
La reyerta fue provocada después de que las autoridades de la prisión notificaran a las reclusas nuevas reglas y cambios en el régimen interno de la cárcel, según adelantó la presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, Delma Ordoñez.
Entre las nuevas reglas que ha planteado el Gobierno está el bloqueo de llamadas de móviles, un desarme real de los presos y la clasificación de los reos por peligrosidad.
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Al inicio de los disturbios, la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, ordenó una "intervención inmediata" en la prisión tras declarar una emergencia por la riña y aseguró que las autoridades no van a "tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades".
Más vandalismo
Villanueva afirma que este motín es "producto de las acciones del crimen organizado" tras las intervenciones que se han llevado a cabo en otras prisiones del país como Ilama o La Ceiba.
Para la viceministra, se ha "reactivado el vandalismo y mujeres, con armas y pasamontañas, provocaron incendios" dentro de la prisión, por lo que provocó que entrasen los bomberos para extinguir el fuego que fue controlado rápidamente.
Desde abril, una decena altercados, entre los que se encuentran tiroteos y enfrentamientos, se han registrado en las cárceles de Honduras, donde impera la sobrepoblación, el hacinamiento, la falta de instalaciones físicas adecuadas y seguras para el alojamiento de los reclusos, y las condiciones de higiene y salubridad son deplorables.