Bella Montoya, una mujer de 76 años que fue declarada muerta en un hospital de Ecuador sorprendió a sus familiares al golpear su ataúd durante su velatorio el pasado viernes. El incidente ha provocado una investigación del Gobierno sobre la conducta del hospital y es que, en efecto, la anciana estaba viva.
Los familiares abrieron el ataúd con celeridad, sacaron el supuesto cadáver de Bella Montoya y la llevaron de vuelta al hospital, en la ciudad de Babahoyo, en el centro del país, tal y como relató su hijo Gilberto Barbera a 'The Associated Press'.
"Nos dio un susto a todos", dijo Barbera, añadiendo que los médicos han dicho que la situación de su madre sigue siendo grave. Antes de jubilarse y de su falso fallecimiento, Bella Montoya había trabajado en ese hospital como enfermera.
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El Ministerio de Salud de Ecuador dijo que Montoya estaba en cuidados intensivos el lunes 5 de junio en el Hospital Martín Icaza en Babahoyo. Mientras tanto, el Ministerio investiga a los médicos involucrados en su caso. Se ha formado un comité técnico para revisar cómo el hospital emite los certificados de defunción, dijo el Ministerio en un comunicado.
Montoya había ingresado inicialmente el viernes en el hospital con un posible derrame cerebral y parada cardiorrespiratoria, y cuando no respondió a la reanimación un médico de guardia la declaró muerta, explicó el Ministerio.
Barbera dijo que su madre estaba inconsciente cuando la llevaron a urgencias y que pocas horas después un médico le informó de que estaba muerta y le entregó documentos de identidad y un certificado de defunción.
La familia la llevó entonces a una funeraria y, más tarde, ya estaban celebrando el velatorio cuando empezaron a oír ruidos extraños.
"Éramos unos 20 allí", dijo Barbera. "Después de unas cinco horas de velatorio, el ataúd empezó a hacer ruidos. Mi madre estaba envuelta en sábanas y golpeando el ataúd, y cuando nos acercamos pudimos ver que respiraba con dificultad".
Aunque él y sus familiares la llevaron rápidamente al hospital el viernes, el lunes seguía en estado grave. Estaba intubada y los médicos no daban muchas esperanzas a los familiares sobre su pronóstico, dijo Barbera.