Dos días después del milagro, los cuatro niños encontrados en la selva amazónica tras 39 días se recuperan en el Hospital Militar de Bogotá. Los cuatro hermanos Mukutuy, Lesly, de 13 años, Soleiny, de 9, Tien Noriel, de 7 y Cristin, de 1, aparecieron desnutridos y con el cuerpo lleno de picaduras, males menores dadas las circunstancias. Porque todas las preguntas siguen girando en torno a lo mismo: ¿cómo lograron sobrevivir?
Se ha sabido que la heroína de esta historia fue la hermana mayor, Lesly, quien tenía, gracias a su abuela perteneciente a la comunidad indígena marui, los conocimientos imprescindibles acerca de la naturaleza amazónica. Pero ¿qué más hubo?, ¿qué detalles ayudaron a Lesly a mantenerse con vida a sí misma y a sus hermanos?
"Le dije: somos familia, venimos de parte de su padre, de su abuela y sus tías", recuerda Nicolás Ordóñez, de los marui, el primero que los vio. Lesly lo recibió con un gran abrazo mientras sujetaba a Soleiny de la mano.
Una de las primeras cosas que dijo la niña a Ordóñez fue que su madre, Magdalena Mucutuy, había muerto. Según ha contado Manuel Ranoque, padre de los menores, Lesly le ha revelado que Magdalena aguantó cuatro días con vida tras el accidente.
Cuatro días llevaban también sin moverse los niños, agotados de 35 exhaustivas jornadas de supervivencia, según demuestran las huellas. Ya no tenían más fuerzas. "Estaban cerca", pensó Henry Guerrero, indígena del Aracuara que formaba parte de los rescatistas, al ver las huellas de los tenis de Lesly. Curiosamente, al encontrarla ya no llevaba las zapatillas: "Se me cayeron cruzando el caño", dijo ella. A la postre, los tenis resultaron una pista crucial.
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Los objetos clave
"Tenían un pequeño cambuchito de un toldillo y tenían una toallita ahí en el suelo. El niño ya estaba muy débil, ya no podía caminar", recuerda Guerrero en 'El Espectador'. Lesly fue muy inteligente y "cargó con una mochila en la que llevaba el toldillo bajo el cual descansaba su hermano Tien", que era el que se encontraba en peor estado.
Lesly también guardó una linterna con un par de pilas, que ya se estaba gastando, y dos teléfonos móviles y una cajita musical, con los que "al parecer se entretenían por la noche".
Además, llevaban varias botellas de gaseosa en un maletín, donde guardaban el agua del río. En este sentido, siempre se ubicaban cerca de un río para poder beber siempre que lo necesitasen. Cuando se movían, se aseguraban de tener todas las botellas bien llenas.
En cuanto a la comida, "al niño se le encontró con una pepa -un tipo de semilla- que llamamos mil pesos, que están ahora en cosecha. Es una pepa que se machaca y se vuelve un jugo muy bueno. Ellos se la mantenían comiendo eso porque la ración (el kit que el Ejército lanzó) ya se había terminado, entonces comenzaron a comer frutas silvestres, como el guanaco", cuenta Guerrero.
No obstante, no es de extrañar que lo primero que pidieron los niños al ser rescatados fuese comida. "Querían comer un arroz con leche, querían comer pan. Su mentalidad era comer", dice Guerrero. "El niño me dijo: 'quiero fariña con chorizo'", recuerda Ordóñez.
El mensaje de su abuela
"Lo que admiramos de Lesly era que ella no había perdido el conocimiento. Le preguntábamos si nos habían visto y dijo: 'No, nosotros escuchábamos los helicópteros con el mensaje de la abuela en huitoto'.
Uno de los motivos por los que Lesly nunca perdió la esperanza y siguió luchando durante más de un mes por sobrevivir fue que, en efecto, escuchaba todos los mensajes del helicóptero que sobrevolaba la selva.
En el mensaje, la abuela de los hermanos decía en lengua indígena: "Hija, no se mueva, que la andan buscando. No tenga miedo a un perro que anda por ahí, se llama Wilson".
Los hermanos escuchaban el mensaje cada dos o tres días, pero no sabían bien hacia dónde ir porque es una selva muy extensa y difícil, con más de 400 000 km2. En total, los niños se movieron cinco kilómetros desde el punto en que fue siniestrada la avioneta en mayo.
El aviso sobre el perro Wilson también fue fundamental. La selva amazónica de Colombia es una de las regiones con más biodiversidad del país. Se estima que existen alrededor de 2.000 especies de aves, como tucanes, 400 especies de mamíferos, como jaguares, ocelotes y los sakis o monos de cara blanca, 500 especies de reptiles y anfibios, como anacondas verdes y caimanes negros, y más de 3.000 especies de peces, entre otros. Por ello, Lesly siempre estaba alerta.
Sin embargo, Wilson era un perro entrenado y a disposición del Ejército para las labores de rescate. De hecho, el equipo de rescate continúa buscando al perro, desaparecido actualmente, que se hizo amigo de los niños y fue esencial para encontrarlos y ayudar a mantenerlos con vida.
"En el momento en el que encontramos los niños sacamos tabaco, agua bendita, incienso, para desenmascararlos de ese mal que cargaban. Eso fue lo que se hizo primero por seguridad, por salud", detalló Edwin Manchola, miembro de Acilap, al Sistema de Medios Públicos.
En los videos que han circulado en redes sociales y medios colombianos del momento del rescate, se puede ver cómo los menores son alimentados, abrazados y sujetados por los rescatistas indígenas.
"Encontramos a los niños. Bendito sea Dios. La fe nos ha puesto en el camino que queríamos. Aquí están los niños", señaló un miembro indígena tras hallar a los pequeños. El padre, también allí, comenzó a llorar.
El padre se queja de Petro
El domingo, el presidente colombiano Gustavo Petro visitó, junto con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Militar de Bogotá en que se encuentra Cristin, la bebé, así como la planta donde están ingresados los otros tres hermanos.
Sin embargo, al padre de los niños, Manuel Ranoque, no le gustó el detalle de que Presidencia compartiese fotografías y vídeos del momento porque son menores pero, además, los expone como "objeto de burla" y no tiene en cuenta las amenazas que están recibiendo por parte del frente Carolina Ramírez de las Disidencias de las FARC.
"Estoy totalmente en desacuerdo con eso. ¿Cómo que van a coger a mis hijos como objetos de burla? Si yo, que soy el papá, no estoy haciendo eso para que otras personas estén totalmente bien aquí comiendo y durmiendo bien, se van allá, los dejan ingresar, sacan fotos de mis hijos, las riegan en las redes sociales, eso es injusto y espero que Dios los perdone", dijo Ranoque.
El padre también se mostró disgustado porque Petro aún no ha accedido a hablar con él desde que llegó a Bogotá: "Él no me dio la oportunidad de hablar con él porque se puso a creerle a las personas que estuvieron en la búsqueda. No sé por qué me ignora como padre, sabiendo que llevo 40 días de estar sufriendo, no entiendo la verdad".