El congresista republicano Kevin McCarthy ha vuelto a perder este miércoles la votación para ser elegido nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Hasta en tres ocasiones ha sido derrotado después de que, el martes, el candidato conservador fuese rechazado por su propio partido en otras tres ocasiones.
A pesar de que McCarthy ha invertido sus últimas horas en conversar y tratar de convencer a los congresistas que ayer no le respaldaron, hoy tampoco ha logrado reunir los 218 votos necesarios para ser speaker de la cámara baja. En la cuarta votación, la primera del miércoles, se ha quedado en 201 apoyos, un voto menos que el día anterior, ya que Victoria Spartz, que había apoyado al californiano en las rondas previas, ha votado en blanco en la última consulta.
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Así, Estados Unidos sigue sin tener poder Legislativo por segundo día consecutivo. El líder de la cámara baja es la tercera autoridad del país, después del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien preside el Senado, ambos demócratas. Sin embargo, el reglamento sólo contempla una única opción: que las votaciones se repitan hasta que alguien logre la mayoría necesaria.
Esta es la primera vez en un siglo que un congresista no consigue ser elegido a la primera. En esta ocasión ha sido el ala más derechista del Partido Republicano, agrupada en el llamado 'Freedom Caucus', la que ha bloqueado la elección. Una y otra y otra vez. En total, 20 republicanos díscolos postularon la candidatura alternativa de Bryon Donalds. Previamente, votaron en bloque a otro de sus compañeros, Jim Jordan.
Apoyo de Trump
Después de lo vivido en el Capitolio, el expresidente estadounidense, Donald Trump, ha salido en defensa de McCarthy. A través de su red social Truth Social, ha hecho un llamamiento a los ultras a respaldar al candidato. "No convirtáis un gran triunfo en una derrota gigante y vergonzosa. Es tiempo de celebrar. Os lo merecéis", ha escrito.
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El antiguo mandatario dijo que confiaba en que McCarthy hará un "buen trabajo" una vez salga elegido para el tercer puesto político de mayor rango en el escalafón jerárquico de Estados Unidos.
Lo curioso es que son precisamente algunos seguidores de Trump quienes han complicado algo que, en circunstancias normales, habría sido un trámite. Sin embargo, sus palabras no han tenido el efecto esperado. Al parecer, ni siquiera Trump es ahora capaz de cimentar un partido que no sólo está dividido, sino también desorientado.