Al margen de la dura confrontación política de los últimos meses, en Chile todavía se respetan las tradiciones republicanas. Después de la aplastante victoria de Gabriel Boric este domingo (el candidato izquierdista se impuso con el 55,87% de los votos, más de 11 puntos de diferencia, sobre su rival el derechista José Antonio Kast que apenas superó el 44%) las buenas maneras y el dialogo parecen imperar, de momento, en el país andino.

El lunes Gabriel Boric se reunió en el palacio de La Moneda (sede del Gobierno) con el presidente saliente, Sebastián Piñera. Se trata del primero de los encuentros para llevar a cabo un traspaso de poder que durará todavía varios meses y que culminará el próximo 11 de marzo de 2022 cuando Gabriel Boric reciba en la sede del Congreso de Valparaíso la banda presidencial de manos de su antecesor, el todavía presidente Piñera.

Desde el pasado domingo hasta este lunes, varios han sido los gestos, declaraciones, encuentros y reuniones que han realizado tanto el nuevo presidente electo como sus contrincantes políticos que, de mantenerse en el tiempo, demostrarían que las llamadas al dialogo, el encuentro y la colaboración por parte de la clase política chilena son algo sincero y no mero formalismo protocolario. Sólo el tiempo y las decisiones políticas harán ver si nos encontramos ante una realidad o un mero espejismo.

Nada más conocerse los resultados, el candidato perdedor, José Antonio Kast, reconoció su derrota a través de Twitter y llamó telefónicamente a Gabriel Boric para felicitarle por la victoria obtenida: "Acabo de hablar con Gabriel Boric y le he felicitado por su gran triunfo. Desde hoy es el presidente de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva. Chile siempre está primero".

Momentos después, Kast se dirigió a la sede donde se encontraba Gabriel Boric para felicitarle personalmente. El candidato de la derecha no solamente reconoció el triunfo de su adversario, sino que tuvo palabras de afecto hacia él: "Se merece todo nuestro respeto, ganó en buena lid" señaló nada más concluir la entrevista.

"Como minoría sexual que soy, no tenía otra alternativa que Boric. Ayer (por el domingo 19 de diciembre) dijo que el nuevo Chile lo íbamos a construir entre todos y estoy muy feliz", señalaba el joven elector Martín Flores a la agencia Efe.

Otra votante, Elizabeth Gálvez, de 50 años, indicaba que "vienen tiempos de cambio con mejor salud, educación y viviendas dignas"..

El pensionista Sergio Caballero, en cambio, no era tan optimista en declaraciones a la citada agencia: "El tema de fondo es que sin crecimiento económico no va a haber dinero para cumplir con las expectativas de la gente. Para gastar hay que generar ingresos".

Buscando pactos

Por parte de Gabriel Boric también se realizaron gestos de agradecimiento a Kast en su discurso esa misma noche del domingo ante decenas de seguidores en la Alameda (centro de Santiago). Aunque hubo silbidos por parte del público, Boric insistió en que iba a necesitar alcanzar acuerdos con la derecha. "Los vamos a necesitar a todos", afirmó, manteniendo el tono unificador de su discurso. "En mí encontrarán a un presidente dispuesto a escuchar e incorporar distintas visiones", acabó asegurando el vencedor de la contienda electoral.

Boric en su primer discurso.

También el actual presidente Sebastián Piñera felicitó públicamente a Boric el pasado domingo durante una conexión en directo realizada por televisión, atrás quedan los tiempos en que las felicitaciones se realizaban a través de conversación telefónica.

Durante la charla le aconsejó que aprovechara estos tres meses que tiene de tránsito hasta marzo para prepararse bien, formar su equipo y dirigir el Gobierno desde el primer día. Y también le dio un consejo: "Hágase una foto el día que entra en La Moneda y otra al salir, para comprobar como desgasta el poder y las secuelas del cargo", a lo que el candidato de Apruebo Dignidad contestó irónicamente: "Espero que ese no sea mi caso".

En directo, Piñera le invitó a una reunión a la sede del Gobierno para conversar sobre "temas de mucha importancia para Chile". "Por supuesto que nos reuniremos, presidente. Hay mucho que hacer en este proceso de transición, así que ahí voy a estar", respondió el también diputado por la región de Magallanes (extremo sur del país).

Almuerzo con Piñera

Cumpliendo lo prometido, este mismo lunes el presidente electo, Gabriel Boric, llegó al palacio de La Moneda para participar en un almuerzo con el Gobierno saliente de Sebastián Piñera. Por parte del equipo de Boric le acompañaron sus principales colaboradores: su jefa de campaña, Izkia Siches y su coordinador político, Giorgio Jackson. El objetivo del encuentro era comenzar a coordinar el traspaso de mando.

El encuentro se prolongó durante cerca de dos horas y a la salida, el presidente electo afirmó que "fue una reunión con altura de miras, como corresponde entre un presidente electo y el presidente en el cargo. Hoy día somos más conscientes de los tremendos desafíos que debemos abordar. Me voy tranquilo porque tendremos un traspaso de mando ordenado e institucional, donde el aparato del Estado se pone a disposición para que la democracia funcione. Esto es una buena noticia para Chile, porque es algo que quizás uno no sabe apreciar hasta que se pierde".

En este sentido, Boric anunció sus primeras medidas como jefe de Estado electo: nombrar a su primer gabinete antes del 22 de enero y revisar en detalle los casos vinculados al estallido social de octubre de 2019, donde todavía quedan pendientes querellas y personas detenidas por la aplicación de la Ley de Seguridad del Estado.

Sin embargo, los mercados financieros no parecen ver la situación tan esperanzadora ni conciliadora. La Bolsa de Chile, que había reaccionado bien a la victoria del conservador José Antonio Kast en primera vuelta, se derrumbó un 5,34% este lunes tras la segunda vuelta de las presidenciales.

La victoria del izquierdista Gabriel Boric ha golpeado a los mercados, que reaccionan con desconfianza a la propuesta progresista del candidato forjado al calor de las demandas sociales fruto de las revueltas callejeras que violentaron Chile entre los años 2011 y 2019.

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