Nueva York

Ya en su primer día como 46º Presidente de Estados Unidos, Biden firmó una serie de órdenes ejecutivas, 28 en total en 15 días. La mayoría de estos decretos apoya muchas de sus promesas de campaña, entre las que destacan las referentes a la lucha contra el cambio climático o el retorno al tablero de la política internacional.

Entre estos mandatos, se cuentan el que exige que los estadounidenses usen máscaras en propiedad federal; uno para que el país se reincorpore al acuerdo climático de París; detener la construcción del oleoducto Keystone XL; cesar la construcción del muro fronterizo que separa Estados Unidos y México o eliminar la prohibición del ex presidente Donald Trump a la inmigración de países musulmanes.

También fortalecer las protecciones para aquellos inmigrantes que llegaron a los EEUU cuando eran niños (DACA); crear un grupo de trabajo para reunir a los niños separados de sus padres en la frontera; poner fin a la prohibición de Trump de que las personas transgénero sirvan en el ejército; e instituir una prohibición de la discriminación en el lugar de trabajo.

Nuevo récord de ‘decretazos’

Joe Biden ya ha hecho historia al romper el récord de órdenes ejecutivas –similares al decreto ley español– firmadas por un presidente estadounidense en su primer mes en el Despacho Oval.

Según datos facilitados por el Registro Federal del Archivo Nacional y analizados por Associated Press, a 19 de febrero de 2021, Biden había firmado 32 órdenes ejecutivas, exactamente el doble que Barack Obama en su primer mes como presidente y 20 más que Donald Trump en el periodo comparable.

Queda aún por ver si esta oleada inicial de ‘decretazos’ persiste, lo que situaría a Biden en el mismo camino de unilateralismo ejecutivo ejercido por Trump, quien con un promedio de 55 órdenes ejecutivas al año, solo ha sido superado en la historia reciente por Jimmy Carter, quien ‘tiró’ de orden ejecutiva para gobernar, firmando una media de 80 al año.

Vale la pena señalar que Biden ha sido mucho más parco en palabras que Trump: el presidente actual ha hablado en público cerca de un 34% menos que Trump en su primer mes en la Casa Blanca, según los datos proporcionados a CNN por Factba.se, un sitio web que monitorea y analiza las intervenciones presidenciales.

El propio Biden ha reconocido los límites de este recurso, apuntando que gobernar por "decreto ejecutivo no nos llevaría prácticamente a ninguna parte". No obstante, indica que se trata de un esfuerzo para "deshacer el daño que Trump ha hecho" y restaurar las cosas "que cambió por decreto".

Mano dura contra la Covid

Sin duda, la prioridad de Joe Biden en sus primeros días como presidente ha sido abordar la principal crisis que atraviesa el país, la pandemia de coronavirus que ya se ha cobrado la vida de más de medio millón de personas en Estados Unidos.

Biden atiende a unas tropas del ejército que dirigen una unidad médica de vacunación contra el coronavirus. Reuters

Lo cierto es que apenas un mes después de iniciar su mandato, el equipo de Biden está en camino de alcanzar su objetivo de distribuir 100 millones de vacunas en 100 días, un esfuerzo que dará como resultado la vacunación completa de 50 millones de personas en todo el país. En la misma línea, Biden ha anunciado la compra de 200 millones de dosis más de la vacuna, asegurando que todos aquellos estadounidenses deberían poder vacunarse a fines de julio.

Cede en el sueldo mínimo

El conocido como ‘Paquete de Ayudas Covid’, un plan de ayuda de 1.900 millones de dólares también está en camino de ser aprobado en el Congreso, aunque suponga el primer bache para Biden en el cumplimiento de una de sus grandes promesas electorales, la de aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora de aquí a 2025.

En lo que ha supuesto el primer revés parlamentario para el presidente Biden, la senadora Elizabeth MacDonough anunció que los legisladores no podían incluir esta medida en la reconciliación presupuestaria, dado que la propuesta no cumple con los requisitos necesarios para incluirla en el proceso.

De acuerdo con lo dictaminado por el Senado, los demócratas no podrán ver aprobado este proyecto de ley con mayoría simple, aunque la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata de California, se apresurara a decir en un comunicado que la disposición "permanecerá" en el proyecto de ley de ayuda, ya que los demócratas "están decididos a seguir todos los caminos posibles" hacia un aumento salarial aplicable en todo el país.

Complicaciones en Oriente Medio

A finales de febrero, Biden ordenó ataques aéreos contra las milicias en Siria, milicias que cuentan con el apoyo de Irán, enemigo declarado de Arabia Saudita. La primera acción militar emprendida por la administración Biden se saldó, según el Pentágono, con la destrucción de "múltiples instalaciones" y fue ordenado en respuesta a ataques contra personal estadounidense y de la coalición en Irak.

Siria condenó el ataque como una "mala señal" de la nueva administración estadounidense, mientras que desde Washington se apunta que su ataque cerca de la frontera iraquí en el este de Siria fue una "respuesta militar proporcionada" que se tomó "junto con medidas diplomáticas", incluida la consulta a los socios de la coalición.

Un día después, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) publicaba un informe en el que se confirmaba la participación del ejecutivo saudí en el asesinato del periodista del Washington Post contrario al régimen. Cabe recordar que una de las primeras medidas de Biden en materia de política internacional ha sido la eliminar las sanciones impuestas por el ex presidente Trump a los rebeldes hutíes respaldados por Irán que luchan contra el gobierno respaldado por Arabia Saudita en Yemen.

Estos movimientos se engloban en el compromiso de Biden de convertir los derechos humanos en la pieza clave de su política exterior, y sitúan al presidente en una tesitura delicada en lo que se refiere a la relación de Estados Unidos con países como Arabia Saudita, Pakistán, Israel, China o Rusia.

Medidas populares

La amplia estrategia de la Casa Blanca -evitar peleas políticas imposibles de ganar, centrarse en políticas que atraigan a los votantes masivos y en su mayoría ignorar los ataques republicanos- será cada vez más difícil en los próximos meses, dicen demócratas y republicanos, incluso mientras millones más están vacunados y la economía se recupera.

"Tienen algunos problemas a la vuelta de la esquina", dijo Jim Manley, asesor del ex líder de la mayoría demócrata en el Senado Harry Reid, en declaraciones recogidas por Associated Press. Manley se refería, entre otras cosas, a aquellos asuntos o propuestas de ley que dividen al Partido Demócrata. Es el caso de temas como el alivio de la deuda universitaria, la subida de impuestos (especialmente los que afectan a las grandes fortunas del país) o las restricciones a la industria energética.

A resolver quedarían además otros asuntos peliagudos, que tradicionalmente han causado no pocas discusiones en el Capitolio, entre los que se incluyen los requisitos para acceder a la ciudadanía, el derecho a voto, la cobertura sanitaria universal y gratuita o la tenencia de armas. Para más adelante quedarían temas delicados pero menos urgentes, como la relación con China o la supervisión de las empresas tecnológicas.

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