El caso de Shani Louk ha sido uno de los más mediáticos desde que Hamás atacara algunas zonas de Israel cerca de la Franja de Gaza. Aquella ofensiva tuvo lugar el 7 de octubre y desde entonces en la zona se ha desencadenado una guerra que suma miles de muertos, una población desplazada, denuncias por incumplimiento de derechos humanos y un pequeño tsunami en la región y en el resto del mundo por esta contienda que ha dejado en segundo plano al enfrentamiento entre Rusia y Ucrania.
Shani Louk fue un símbolo de este conflicto. Sus imágenes recorrieron el mundo entero. A esta joven de 23 años y nacida en Alemania se la veía en varios vídeos bailando durante un festival de música celebrado en el desierto israelí, cerca del kibutz Reim. De repente, varios miembros de Hamás descebdieron en paracaídas e irrumpiron en coches matando y secuestrando a los congregados en el Supernova: unas 270 personas desaparecieron. Su cuerpo semidesnudo se mostró en el maletero de una furgoneta horas después, como una forma de propaganda de la fuerza y violencia del ejército de Hamás.
Después de este suceso, la familia de esta joven israelí-alemana empezó una campaña para liberarla y que volviera con vida. La petición no solo sirvió para difundir su rostro en cuentas de redes sociales, sino que llegó hasta el canciller de la nación europea, Olaf Scholz: se le solicitaba su mediación en el rapto del grupo palestino, considerado terrorista para algunos países, y se hacía una llamada a la comunidad internacional para recuperar a esta chica que trabajaba como 'influencer' y que tenía un novio mexicano.
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Tres semanas después de aquella tragedia y de esta incertidumbre, tanto Ricarda, la madre, como su hermana y el ministerio de Exteriores israelí confirmaron su muerte. "Desafortunadamente, ayer [domingo] recibimos la noticia de que mi hija ya no está viva. Es muy triste, pero al menos ya no tenemos la angustiosa incertidumbre. Nos gustaría recuperar su cuerpo para poder enterrarlo, pero no si el precio es un acuerdo de canje con Hamás", declaró su progenitora a la emisora de radio pública KAN. "Shani era una artista de corazón puro y bueno. Una apasionada de la vida", añadía.
Ricarda Louk estaba convencida de que su hija estaba gravemente herida en un hospital de Gaza, aunque las imágenes que se vieron de ella en las redes sociales hacían temer lo contrario. Eso es, de hecho, lo que ha defendido durante estos días. Ahora piensa que Shani llevaba muerta desde el 7 de octubre, a causa de un disparo en la cabeza. "La noticia es terrible, pero es bueno tener certeza ahora y saber que al menos no ha sufrido", ha confesado Ricarda a la agencia alemana DPA.
Según diferentes medios, el hallazgo ha sido espeluznante. Ya se había visto a Shani Louk con el cuerpo retorcido y bocabajo. Este lunes, además, se la ha identificado, supuestamente, por pruebas de ADN de su cráneo. Aparentemente, por tanto, habría sido decapitada. Aún está por determinar la secuencia completa, ya que el estado de muchos cadáveres encontrados es pésimo.
La joven judía nació en Alemania y creció en Israel. Tras acudir al festival de música electrónica "por la paz" y ser capturada, fue presumiblemente disparada en la cabeza. Aparte, Louk fue golpeada, ensangrentada, semidesnuda, pisoteada, escupida y secuestrada. La madre, que vivía con su marido israelí desde hace varias décadas en Israel, apuntó que había recibido información desde Gaza afirmando que su hija estaba viva, aunque en estado crítico, en un hospital de la ciudad.
Adi, su hermana, había escrito el pasado 16 de octubre que Louk se encontraba "en Gaza con una grave herida en la cabeza". "¡Con ella, están decenas de ancianos, mujeres, niños, hombres y bebés que necesitan tratamiento médico inmediato! La respuesta más fuerte que escuchamos de Israel es silencio. ¡Queremos acciones y respuestas!". Este lunes ha lamentado la pérdida.
"La llamamos y le preguntamos si tenía un refugio al que pudiera ir. Nos dijo que cogería el coche ahora mismo y conduciría hasta un lugar seguro", declaró Ricarda Louk. Esa llamada fue el último contacto con su hija. "Recibimos el anuncio oficial del Ejército israelí y Zaka (organización israelí de voluntarios de rescate y reconocimiento de restos de cadáveres)", señalaba su prima Ruti tras la localización de una astilla de hueso del cráneo en territorio israelí y las pruebas de ADN.
Anteriormente, según diversas informaciones de Israel, se había detectado el uso de la tarjeta de crédito de la víctima. Toda la familia y los amigos de Shani Louk habían emprendido una fuerte campaña desde la desaparición para mantener la presión sobre los políticos alemanes. En algunos momentos criticaron al Ministerio de Asuntos Exteriores, del que dijeron que no estaba haciendo lo suficiente para conseguir la liberación de los rehenes de nacionalidad alemana.
"Desgraciadamente, la sensación sigue siendo que el ministro alemán de Asuntos Exteriores, el embajador y la canciller no nos han apoyado realmente ni a nosotros ni a todas las familias", anotaba Wilfried Gehr, un tío de Shani. Hasta el final, sus allegados tuvieron la esperanza de que la joven estuviera viva y fuera atendida en un hospital de Gaza. Gehr apeló en su mensaje a seguir creyendo en el bien, a pesar de este terrible atentado sobre el que faltan interrogantes por resolver. Ella, dicen, pasó sus últimos minutos bailando: "Así es exactamente como vivió Shani. Se lo debemos a ella".