AMLO, atrapado de camino a Acapulco por el huracán Otis pese a saber el mal estado de la carretera

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha quedado atrapado en la carretera de camino a Acapulco por los daños provocados por el huracán Otis. Pese a tener medios áereos a disposición para trasladarse a la ciudad mexicana afectada este miércoles por la gran tormenta tropical y conocer el mal estado de las carreteras, AMLO decidió aún así trasladarse en coche. 

AMLO viajó a Acapulco este miércoles por la tarde para evaluar los daños ocasionados por el huracán, que tocó tierra con un nivel de categoría, y se quedó retenido en el kilómetro 320 de la carretera en la ciudad de Chilpacingo, del estado de Guerrero. El barro cubría casi la mitad de las ruedas del vehículo 4x4 en el que viajaba. 

"Está totalmente cerrado, no hay manera de pasar, solo con una maquinaria, más adelante mis compañeros están con una maquinaria", explicó una funcionaria al presidente, sentado en el asiento del copiloto, según medios mexicanos.

"No se sabe la magnitud de los deslaves en el sentido hacia Ciudad de México, que es donde vamos a empezar a limpiar, porque el sentido hacia Acapulco está totalmente cerrado", añadió la funcionaria a un AMLO que miraba el barro con una media sonrisa en su rostro. Varios militares intentaron sacar al vehículo del barro sin éxito. AMLO, mientras, seguía sentado en su asiento.

La llegada del huracán al estado de Guerrero provocó el cierre de algunas carreteras por el desbordamiento de un río y la caída de rocas por lo que el acceso a gran parte de la costa sur del estado permaneció bloqueado varias horas.

Varios militares del ejército mexicano intentan sacar al coche del barro.

Según la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el huracán provocó que más de medio millón de personas se quedaran sin luz, además de que también se sufrieron afectaciones en la comunicación móvil.

AMLO estaba al tanto del mal estado de las carreteras y tenía helicópteros militares a disposición, aunque alegaba que no podía volar a Acapulco debido al temporal.

Finalmente, al mandatario mexicano no le quedó otra opción que bajar al barro. Salió del vehículo, caminó a pie hasta una zona de la carretera en mejores condiciones (incluso cruzó un río) y finalmente llegó a Acapulco, donde mantuvo una reunión con el resto de autoridades para evaluar los daños. Al final del día volvió a la residencia presidencial en Ciudad de México. Esta vez en helicóptero.