Sudán se ha convertido en un territorio objeto de noticias en los últimos días debido a la profunda crisis nacional que atraviesa. Las Fuerzas de Apoyo Rápido y el Ejército del país se encuentran enfrentados e inmersos en un cruce de acusaciones que han provocado un conflicto que mantiene al país en guerra.
Mientras las FAR señala al Ejército de haber atacado a sus unidades, las acusaciones también circulan en sentido contrario después de haber atravesado un periodo de tensión constante que ha terminado en una desescalada de violencia que ahora mismo parece no tener fin. Una situación de rebelión que mantiene en jaque al país, a África y también a Europa y al mundo mientras los bombardeos y víctimas no dejan de sucederse.
¿Cuál es el origen del conflicto?
Para llegar hasta el origen del conflicto que se está viviendo en Sudán hay que retroceder en el tiempo unos años. Concretamente, hasta 2019, cuando se dieron las primeras desavenencias considerables entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido. Y también, hasta un momento que fue clave en la historia reciente de Sudán.
Todo sucedió durante las protestas que terminaron propiciando la caída de Al Bashir, la cual se produjo en el mes de abril de dicho año. Cientos de personas acamparon frente a la sede de la milicia sudanesa, los cuales terminaron respondiendo con una acción violenta desmedida que se cobró la vida de decenas de personas.
Sin embargo, fueron las Fuerzas de Apoyo Rápido las acusadas de ser el brazo visible de una represión que terminó derivando en más conflictos armados internos. Ante el aumento de la violencia nacional, plataformas como Fuerzas de Libertad y Cambio recordaron que este grupo habría sido culpable de haber cometido crímenes contra la humanidad en Darfur.
El vicepresidente del Consejo Soberano sudanés y también líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti, afirmó que el desalojo de aquella sentada no fue más que una trampa en la que el objetivo real era cargar contra las Fuerzas de Apoyo Rápido. Aunque no llegó a acusar de manera formal al Ejército, la versión oficial de las FAR es que las víctimas fueron causadas por oficiales de diferente rango de la milicia sudanesa.
Las diferentes situaciones conflictivas que se han ido acumulando desde el año 2019 han provocado la imposibilidad de integración efectiva de las Fuerzas de Apoyo Rápido en el Ejército de Sudán pese a los intentos realizados por diferentes altos cargos políticos y militares por acercar posturas.
¿Cuál es la situación política en Sudán?
Sudán se encuentra en un momento político complicado. El país africano intenta avanzar hacia una transición democrática que se vio enturbiada por el golpe de estado que se produjo en octubre del año 2021. El líder militar Abdelfatah al Burhan, de la mano de Hemedti, consiguió deponer al gobierno civil que se encontraba al frente tras la revolución sudanesa, la cual se produjo entre los años 2018 y 2019.
El pasado 5 de diciembre, militares y civiles firmaron el conocido como 'acuerdo marco' en el que se definían los pasos para establecer un gobierno civil que sustituyera la fuerza militar instalada en el poder. Este acuerdo parecía haber alcanzado su fase final a comienzos del 2023. Sin embargo, la firma de este pacto político quedó pospuesta en dos ocasiones por falta de consenso a la hora de crear un único cuerpo militar entre el Ejército y las FAR. La fecha establecida para certificar el proceso de transición en Sudán estaba fijada en el 1 de abril, plazo que finalmente no se pudo cumplir.
¿Qué es el ejército unificado?
El gobierno de Sudán contiene en su naturaleza un órgano considerado como su máxima autoridad, se trata del Consejo Soberano, cuyo presidente es Al Burhan. Este avisó ya a finales de marzo que una de las claves del 'acuerdo marco' era la unificación del ejército para poder resolver la crisis del país.
Dentro de esas negociaciones, se persigue el objetivo de que las FAR solo estén sujetas a autoridades civiles con el objetivo de evitar su politización. Sudán impulsó hace unas semanas una campaña interna de reforma militar y seguridad con el objetivo aumentar el conocimiento sobre las vías a explorar en la creación de ese ejército nacional con la integración del resto de unidades paramilitares.
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Para el gobierno del país africano, este nuevo ejército unificado debe estar separado de la vida política y de las actividades económicas, comerciales y de inversión del país. Lo que parecía ser una buena medida, terminó avivando las tensiones entre las FAR y el Ejército. Este hecho provocó que no se terminara produciendo la firma del acuerdo definitivo que pudiera garantizar la ansiada transición.
¿Cuál es el papel de las FAR?
Una parte dentro del conflicto social y político que vive Sudán reside en la constitución de las FAR, las Fuerzas de Apoyo Rápido. Esta formación militar esta constituida como un grupo con lealtades tribales procedentes de la tribu riezigat, los cuales son originarios de Chad. Este grupo militar ha contado en los últimos años con un enorme potencial económico debido a la toma por la fuerza de diferentes minas de oro, el cual es una de las fuentes principales de recursos del país.
Las FAR responden a la figura de Omar al Bashir, su fundador, y son una fuerza paramilitar de origen islamista. En estos momentos, dependen del servicio de inteligencia del país. En el año 2013 sufrieron un proceso de reconversión y pasaron a estar al cargo Hemedti, quien en el año 2021 se convirtió en el vicepresidente del Consejo Soberano y número dos del Ejército.
Tras el derrocamiento de Al Bashir en el año 2019, las FAR se convirtieron en una fuerza militar regular. En su origen, fueron fundadas a partir de las milicias Yanyauid, las cuales están acusadas de haber cometido asesinatos y violaciones masivas durante el conflicto de Darfur, episodio que se produjo entre los años 2003 y 2008.
No obstante, no son estas las únicas acusaciones que pesan sobre este grupo, ya que también fueron considerados como culpables de asesinar y secuestrar a manifestantes prodemocráticos durante la revolución sudanesa que derrocó al exdictador tras tres décadas en lo más alto.
¿Qué está pasando en Sudán?
Sudán se ha convertido en noticia durante las últimas horas. La violencia ha vuelto a ser protagonista en las calles de un país que atraviesa una profunda crisis política y militar. Y todo por el conflicto que en estos momentos enfrenta tanto a las Fuerzas de Apoyo Rápido y al Ejército nacional. Tras semanas de tensión, los ataques se han disparado en una y otra dirección y las víctimas civiles ya superan la setentena.
Estos enfrentamientos armados se han producido después de que el vicepresidente del Consejo Soberano y líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, se mostrara abierto a encontrar una solución para terminar con la escalada de tensión que había con las fuerzas militares. Sin embargo, horas después, su intención de evitar un derramamiento de sangre se ha convertido en el preludio de una nueva guerra civil.
Los combates dieron comienzo y ya se han producido dos días de enfrentamientos que han provocado un profundo caos en Sudán, sobre todo en su capital, Jartum. No obstante, desde el Ejército se ha tratado de asegurar que todo se encuentra bajo control. Una versión que ha sido ofrecida por el general Abdelfatah al Burhan, quien también es el presidente del Consejo Soberano.
Esta versión choca frontalmente con la ofrecida por las fuerzas paramilitares, quienes aseguran que ya han tomado varios edificios gubernamentales, entre ellos el palacio presidencial. Mientras tanto, el gobierno y el Ejército de Sudán se encargan de comunicar al exterior que no hay revolución que invite a pensar que el país vive una gran crisis.
El comienzo del conflicto más reciente se produjo este pasado jueves cuando el Ejército notificó un despliegue de las FAR en Jartum sin su consentimiento. Una situación que provocó oleadas de pánico en una ciudadanía que intenta sobrevivir a esta escalada de tensión que ha terminado en bombardeos. El Comité de Médicos de Sudán ya ha advertido que la situación comienza a ser crítica. De hecho, diversas fuentes aseguran que es casi imposible calcular el número de víctimas reales, aunque en este momento ya superan holgadamente las 70. La cuenta de heridos supera los 600.
Mientras tanto, la Comunidad Internacional está intentando llamar a la concordia tanto al Ejército como al gobierno y a las FAR para evitar más episodios de violencia desenfrenada. Mientras las Naciones Unidas ya han condenado los combates que se han producido en Jartum y en otras zonas del país, la Unión Europea y la Unión Africana se han unido para lanzar un mensaje de cese inmediato de las hostilidades y de alto al fuego.