El Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, ha expresado este sábado su temor a que la cifra final de fallecidos por los terremotos de Siria y Turquía acabe superando los 50.000 muertos.
El responsable humanitario ha dado esta estimación en un momento en que el último balance oficial del día de hoy ronda los 24.500 muertos, principalmente en Turquía, donde ya han sido confirmados más de 21.000 fallecidos.
"Es difícil realizar el cálculo con precisión porque tenemos que seguir buscando entre los escombros, pero estoy seguro de que la cifra se va a duplicar, como mínimo", ha explicado Griffiths durante una visita a los centros de atención de la ciudad turca de Adana, donde ha descrito el grado de devastación como "aterrador", antes de partir para la localidad siria de Alepo. "En realidad, todavía no hemos comenzado con el verdadero recuento de fallecidos", ha añadido el responsable humanitario.
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Encontrar vida bajo toneladas de hierro, cemento y hormigón tras un terremoto de magnitud 7,8 grados era, de por sí, sorprendente. Hacerlo cinco días después, agotados por el frío y la falta de medios es un auténtico milagro.
A pesar de la tensión que se vive en las calles, grupos de civiles se han unido a los rescatistas, desesperados por encontrar a sus familiares. En el día de hoy, en la localidad de Kahramanmaras, consiguieron sacar a un niño de cinco años. Mientras, en la ciudad turca de Hatay, un edificio que aún se mantenía en pie, se desplomaba sobre un rescatista que quedó finalmente atrapado bajo la estructura.
Unas 80.000 personas están siendo tratadas en hospitales, mientras que 1,05 millones que quedaron sin hogar por los terremotos se encuentran en refugios temporales, dijo Turquía. "Si la gente no muere aquí bajo los escombros, morirá por las heridas, si no, morirá por una infección. Aquí no hay baños. Es un gran problema", dijo Gizem, un rescatista de la provincia del sureste. de Sanliurfa. Los cadáveres continúan amontonándose, y las fosas comunes crecen en tamaño.
A pesar de que entre los escombros aún haya personas vivas, grupos alemanes de rescate ya han suspendido sus campañas de búsqueda "por razones de seguridad". La Agencia Internacional Alemana de Búsqueda y Rescate (ISAR) y la Agencia Federal de Ayuda Técnica (THW) de Alemania dijeron que reanudarán su trabajo tan pronto como la agencia de protección civil turca AFAD clasifique la situación como segura, después de presenciar disparos.
“Eso se debe en parte al hecho de que ahora se está acabando la comida, se está acabando el suministro de agua y luego la gente sale a buscar comida y agua”, dijo, hablando en un campamento para rescatistas en la ciudad de Kirikhan. "Una segunda cosa es que la esperanza que tenía la gente ahora se está desvaneciendo cada vez más, y esa esperanza también puede convertirse en ira".
Las autoridades otomanas no han informado de enfrentamientos en la región afectada por el terremoto, pero el presidente Tayyip Erdogan comentó sobre la situación general de seguridad el sábado y señaló que se había declarado el estado de emergencia y que se habían producido algunos saqueos.