El director de la CIA, William Burns, viajó recientemente en secreto a Ucrania para reunirse con el presidente Volodímir Zelenski. Según declaró un funcionario estadounidense a medios estadounidenses, esta visita estaba destinada a "reforzar nuestro continuo apoyo a Ucrania y su defensa contra la agresión rusa", así como intercambiar impresiones sobre los próximos pasos de Rusia.
El funcionario, que se ha querido mantener en el anonimato, no especificó la fecha exacta de la visita, pero el Washington Post informó que se llevó a cabo a finales de la semana pasada.
Según The New York Times, la misión de Burns también consistía en "garantizar que la información continúe fluyendo en ambos sentidos". Para garantizarlo, otra delegación formada por la subsecretaria de Estado Wendy Sherman; el principal asesor adjunto de seguridad nacional, Jon Finer; y Colin H. Kahl, subsecretario de defensa para políticas; también viajó esta misma semana a Kiev para reunirse con Zelenski.
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La razón es que el gobierno estadounidense se quejó en distintas ocasiones de que sabía más sobre los movimientos y planes militares rusos que sobre los de Ucrania. Esto cambió a partir de la contraofensiva ucraniana de septiembre, lo que, según The New York Times, permitió EEUU proporcionar inteligencia que ayudó al ejército de Kiev a remodelar sus planes para atacar puntos débiles en las líneas rusas.
Preocupación por las armas
Durante su encuentro, Burns comentó con el presidente ucraniano sus expectativas sobre los próximos planes militares de Rusia y, según The Washington Post, habría reconocido que en el futuro la ayuda de Estados Unidos sería más difícil de conseguir.
Entre los asuntos más importantes para Zelenski y sus altos funcionarios de inteligencia estaba cuánto tiempo podría esperar Ucrania que continuara la asistencia estadounidense y occidental.
Personas familiarizadas con dicho encuentro dijeron a The Washington Post que el presidente ucraniano expuso su preocupación por la toma de posesión de la Cámara Baja por parte de los republicanos y la disminución del apoyo a la ayuda a Ucrania entre partes del electorado estadounidense.
A pesar de todo, Zelenski salió de la reunión satisfecho y "con la impresión de que el apoyo de Estados Unidos a Kiev sigue siendo fuerte".
Un momento crítico
El viaje de Burns llega en un momento crítico de la guerra, que está cerca de cumplir un año. Desde hace semanas, las fuerzas rusas están ejecutando un asalto masivo cerca de la ciudad oriental de Bajmut, lo que está causando muchas bajas en ambos bandos y obligando a Ucrania a sopesar sus recursos allí mientras prepara una gran contraofensiva en otras partes del país.
En su viaje a Washington en diciembre, Zelenski dijo al Congreso de EEUU que la ayuda a Ucrania es una inversión en democracia, y no caridad, al tiempo que presiona para que continúe el apoyo estadounidense.
En este sentido, Estados Unidos anunció el jueves un nuevo paquete de asistencia militar para Ucrania valorado en hasta 2.500 millones de dólares, que incluye cientos de vehículos blindados y apoyo para la defensa aérea de Ucrania.
Por su parte, países europeos como Reino Unido y Polonia también continúan enviando material militar a Ucrania. En Alemania se espera que el canciller Olaf Scholz dé luz verde en la reunión de este viernes al envío de tanques Leopard, mientras que España ha dejado claro que "esta posibilidad no está sobre la mesa" y si ese envío se realiza será junto a otros países.