Salman Rushdie vivió con la muerte en los talones durante 33 años. La publicación de su controvertida novela Los versos satánicos en 1988 le convirtió en uno de los hombres más perseguidos del mundo. El ayatolá Jomeini, líder de la revolución iraní, pidió su cabeza, emitió una fetua (un decreto legal emitido por un líder religioso islámico) contra él y ofreció una recompensa de cerca de 3.000 millones de dólares.
Amenazado por el fundamentalismo islámico, Rushdie vivió décadas escondido y rodeado de guardaespaldas. Sin embargo, este viernes un hombre, identificado como Hadi Matar, le asestó hasta 15 puñaladas en el torso y en el rostro. Un intento de asesinato que ha logrado esquivar, tras mostrar los primeros signos de mejoría. Todo ocurrió cuando se disponía a dar una conferencia en el estado de Nueva York. Tras décadas de amenazas, Rushdie había bajado la guardia para tener una vida lo más normal posible.
Así lo explicó él mismo en una entrevista realizada hace dos semanas para la revista alemana Stern, que ha decidido adelantar la publicación tras el ataque. En ella, el periodista describe cómo el autor llegó sin ningún tipo de seguridad y que parecía "un hombre tranquilo". Estaba preocupado, señala el entrevistador, pero "ya no por sí mismo, sino por América, su país adoptivo".
Durante la conversación, el autor, de 75 años, dijo que su vida era "relativamente normal" y que la amenaza le parecía una cosa del pasado. Sin embargo, aunque el gobierno de Irán se ha distanciado del decreto de Jomeini, la recompensa por la cabeza de Rushdie sigue activa.
Por el momento las autoridades encargadas de investigar el ataque señalan que Matar actuó solo, que no tenía lazos directos con Teherán, y que desconocen oficialmente su motivación. Sin embargo, no han descartado que hubiera actuado por "convicciones religiosas, por venganza o por dinero", recoge la CNN.
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La furia de Hadi Matar
Lo que sí saben es que Hadi Matar es alto y delgado, tiene 24 años, nació en California y desde hace poco reside en Fairview, New Jersey. Saben también que el viernes compró una de las 2.500 entradas que permitían el acceso a un acto literario que acogía la Institución Chautauqua, al oeste del estado de Nueva York.
Con ella, Matar entró al recinto y esperó hasta que el escritor Salman Rushdie, subiese al escenario para cubrirse el rostro, acercarse a él y asestarle las puñaladas que llegaron a dejar al novelista enganchado a una máquina de respiración asistida, probablemente sin un ojo y con el hígado dañado. Unas heridas de las que ya ha empezado a recuperarse, tras haberle sido retirada la respiración y haber empezado a hablar.
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Rushdie iba a dar una charla sobre cómo los Estados Unidos son un refugio seguro para los escritores exiliados, pero no alcanzó a pronunciar una sola palabra. Matar se abalanzó sobre él y, según confirman los testigos a diversos medios, siguió intentándolo incluso cuando un grupo de asistentes trató de neutralizarlo.
"Estaba furioso, muy furioso. Se necesitaron cinco hombres para reducirlo mientras seguía apuñalando", sostiene una testigo entrevistada por The New York Times.
"Estaba furioso. Hicieron falta cinco hombres para reducirlo mientras seguía apuñalando"
Tras el ataque, Rushdie fue traslado hasta el hospital, donde fue intervenido de urgencia. Matar, por su parte, fue detenido en el lugar y trasladado a prisión, donde actualmente se encuentra de manera preventiva y sin fianza.
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De "agresor" a "héroe"
La policía neoyorquina comenzó un registro en su casa para hallar indicios del móvil que llevó al joven a cometer la agresión, según anuncia la NBC. Y uno de los primeros que encontraron es que Matar es una persona cercana al extremismo chií y simpatizaba con la Guardia Revolucionaria de Irán en sus redes sociales, donde se mostraba bastante activo en la defensa de las causas iraníes.
Asimismo, en el registro de la mochila que llevaba durante el ataque encontraron un carné de conducir falso que, de acuerdo con algunos medios locales, llevaba el nombre de Hassan Mughnyah, el mismo apellido del líder militar del chií Hezbollah asesinado por el Mossad en 2008. Aunque de momento las autoridades no han confirmado esta última información.
Por su parte, la fiscalía le ha acusado de intento de asesinato y agresión en segundo grado, pero Matar se ha declarado "inocente" de todos los cargos, según las últimas informaciones de la CNN.
Las autoridades políticas y religiosas de Irán no han hecho ninguna declaración sobre el ataque contra un escritor que lleva amenazado años. Un silencio que, sin embargo, se ha visto manchado por la prensa vinculada a las autoridades de la república islámica, que ha aplaudido el intento de asesinato contra el escritor de origen indio, considerado "un enemigo del islam".
El diario ultraconservador Kayhan, cuyos responsables son directamente nombrados por el actual líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, ha sido uno de los más directos. Ha declarado a Matar como un "hombre valiente y consciente de su deber" y le ha aplaudido por atacar "al apóstata y depravado Salman Rushdie".
"Besemos las manos de quien desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo", señalaba el periódico. Otro medio similar, el Eghtesad Salem, se ha dirigido directamente al Gobierno de Estados Unidos, a quien ha dicho "que deberá temer", sin importar el tiempo que pase "la venganza de Irán" por el asesinato del general iraní Qasem Soleimani a manos estadounidense en Irak en 2020.