La posible retirada del visado a los ciudadanos de Rusia en los países de la Unión Europea ha reabierto un debate muy controvertido. Esta cuestión la inició el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que reclamó prohibir la entrada de rusos en los países de Occidente. Una de las que ha recogido el guante ha sido Estonia, que ha aprobado limitar todo lo posible la expedición de este documento. Lo que ha obligado a la Comisión Europea marcar una posición. Y aunque Bruselas ha asumido que los Estados miembros tienen libertad, sí ha pedido que se mantengan los visados en ciertos casos.
La suspensión de visados no se limita solo a esa petición ucraniana y a la ejecución llevada a cabo por Estonia. Finlandia fue la primera que confirmó que se disponía a ello, tras anunciar una restricción de las solicitudes de los ciudadanos rusos ante las misiones diplomáticas en Finlandia. Un plan que reducirá significativamente el número de visados finales emitidos para estos turistas.
Esta iniciativa fue la respuesta a las críticas de que Helsinki podía estar incumpliendo las sanciones de la UE a Moscú, ya que los rusos podían seguir entrando en zona Schengen solo cruzando la frontera finlandesa en coche. Lo que contrasta con los viajes en avión o tren, que están prohibidos en el marco de las sanciones al Kremlin por la invasión y la posterior guerra en Ucrania.
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Ante la polémica, Bruselas ha apuntado que "los Estados miembros deben respetar sus obligaciones internacionales y asegurar que haya visados que siempre se conceden, como los humanitarios y a familiares, periodistas o disidentes", como ha indicado la portavoz comunitaria de Interior, Anitta Hipper, en una rueda de prensa.
Hipper ha señalado que "solo los Estados miembros pueden restringir la emisión de visados". Por lo que deben tener en cuenta al mismo tiempo las categorías de personas a las que siempre se les debe conceder la entrada en territorio europeo, debido a acuerdos internacionales. Aun así, ha instado a que cada Estado miembro evalúe los méritos de cada solicitud de forma individual y puede rechazarla si, por ejemplo, consideran al peticionario una amenaza para la seguridad pública.
Lo que sí ha rechazado la portavoz comunitaria es confirmar si la Comisión está a favor o en contra de una suspensión de la emisión de visados turísticos. Además, ha lamentado es que los procesos de emisión de visados se estén viendo ralentizados por la expulsión de diplomáticos europeos de los consulados de los Estados miembros en Rusia.
Las restricciones de Riga
El ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu, ha sido el que ha anunciado este jueves que se dispone a restringir la entrada al país báltico de ciudadanos rusos que dispongan de visados para el espacio Schengen. Según declaró en una rueda de prensa, Estonia reducirá todavía más el número de supuestos en que expedirá visados a ciudadanos rusos y, a partir del 18 de agosto, impedirá la entrada de casi todos los rusos que ya dispongan de visados otorgados por el país báltico.
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Como han subrayado los medios locales, la medida afectará solo a los visados expedidos por Estonia y no está claro qué ocurrirá con los rusos que hayan obtenido visados de otros países europeos. Reinsalu dijo a los periodistas que este asunto se tratará a nivel europeo a finales de agosto.
"Hemos presenciado un enorme incremento del número de ciudadanos rusos que vienen o pasan por Estonia", ha declarado el titular de Exteriores. La idea, según ha apuntado, es contrarrestar "la posibilidad que tienen de visitar en masa Estonia u otras partes de Europa a través de Estonia". Una circunstancia que "no está en línea con los principios de las sanciones que hemos impuesto". Según Reinsalu, con la medida Estonia pretende restringir la capacidad de los ciudadanos de un "estado agresor" de continuar con una "vida normal" a nivel internacional.
De la restricción estarán exentos los diplomáticos rusos y sus familias, los trabajadores del sector del transporte, aquellos que visiten a familiares cercanos o hayan sido admitidos por razones humanitarias, así como aquellos que tienen derecho a la libertad de movimiento en el marco europeo.
Tampoco afectará a los ciudadanos rusos con permisos de residencia permanentes y se hará una "excepción" con los estudiantes rusos que estén a punto de completar sus estudios en universidades estonias, cuyos visados se prolongarán un año.
Las nuevas restricciones llegan después de que a finales de julio Estonia pusiera fin a la expedición de permisos de residencia temporales y de visados con fines de estudio para ciudadanos rusos.
La UE lo discutirá al final de agosto
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea debatirán la posibilidad de restringir o prohibir la emisión de visados a turistas rusos en su reunión informal de los próximos 30 y 31 de agosto en la República Checa, que ostenta la presidencia del Consejo de la UE este semestre y se ha pronunciado a favor de esta medida para "enviar una señal clara" a la ciudadanía rusa.
En un comunicado remitido por la presidencia checa del Consejo de la UE, el ministro de Exteriores checo, Jan Lipavský, ha señalado que la paralización de plano de los visados rusos por parte de todos los Estados miembros de la UE "podría ser otra sanción muy eficaz contra Rusia". "Quiero sacar el tema de los visados para los ciudadanos rusos durante la reunión informal de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE que se celebrará en Praga a finales de agosto", ha subrayado el ministro checo.
Lipavský ha recordado que su país "detuvo rotundamente toda emisión de visados para los ciudadanos rusos inmediatamente después del inicio de la guerra" y se mostró favorable a que todos los países de la Unión Europea sigan sus pasos. "Fuimos los primeros en aplicar la prohibición y estamos tratando de explicar a nuestros socios que el enfoque está justificado y es eficaz. En una época de agresiones rusas, que el Kremlin sigue intensificando, no se puede hablar de turismo común para los ciudadanos rusos", ha recalcado el ministro.
La República Checa, que desde julio hasta diciembre de este año coordina las reuniones en el Consejo de la UE, ya ha elevado esta cuestión "en repetidas ocasiones en Bruselas a nivel de primeros ministros y de ministros de Asuntos Exteriores" para tratar de coordinar una respuesta en toda la UE.
Praga considera que la paralización de los visados para los ciudadanos rusos de a pie "da una señal muy clara y directa a la sociedad rusa de allí de que el mundo occidental no tolera la agresión y la retórica de odio del régimen ruso dirigida a países libres y democráticos que no suponen ninguna amenaza para Rusia". "Los ciudadanos de estos países deberían darse cuenta de que una política tan militante tiene consecuencias", ha apuntado el ministro.
Bruselas ya suspendió parcialmente el acuerdo que tenía con Moscú para la facilitación de visados a los pocos días de la invasión rusa de Ucrania. Un cambio que afectó a los visados de diplomáticos, empresarios y otras personalidades cercanas al Kremlin pero no a los ciudadanos de a pie.
En mayo, la Comisión publicó unas guías para los Estados miembros y sus consulados sobre cómo aplicar las nuevas recomendaciones sobre emisión de visados. Actualmente, está en contacto con las capitales de los países para ver cómo se están poniendo en marcha.