El Gobierno de Turquía, anfitrión este miércoles de un encuentro con Ucrania, Rusia y la ONU, sobre una salida a la crisis de los cereales ucranianos bloqueados en sus puertos en el mar Negro, anunció algunos acuerdos técnicos y nuevas reuniones para la semana próxima.
El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, explicó en un comunicado tras la reunión, celebrada durante unas tres horas en un palacete de Estambul, que el encuentro constituyó un "paso importante" para contribuir a la solución de la crisis alimentaria.
Según el ministro, se acordaron cuestiones técnicas básicas como el establecimiento de un centro de coordinación en Estambul, los controles conjuntos en los puntos de salida y destino de los puertos y la garantía de la seguridad de la navegación en las rutas de traslado.
[Guerra de cereales: Rusia roba el grano a Ucrania y amenaza al mundo con una crisis alimentaria]
"Vemos que las partes están dispuestas a resolver este problema. Intentaremos llegar a una conclusión llevándolo a cabo en coordinación con la ONU", dijo el ministro turco.
En este sentido, se ha acordado que las delegaciones de Ucrania y de Rusia vuelvan a reunirse en Turquía la próxima semana, indicó Akar en su comunicado.
En la reunión de este miércoles "se revisarán de nuevo todos los detalles y se firmará el trabajo realizado", concluyó el ministro turco.
[El bloqueo de 20 millones de toneladas de grano en Ucrania amenaza con una hambruna mundial]
Según los observadores, el mayor obstáculo para alcanzar un acuerdo ha sido hasta ahora el control de los barcos en su ruta hacia Ucrania, pues Moscú quiere registrarlos para asegurarse de que no transporten armas al país invadido, una exigencia que Kiev rechaza.
A su vez, la parte ucraniana pide garantías de seguridad frente a los ataques rusos si accede a eliminar las minas marinas que colocó para proteger sus puertos, donde ahora hay más de 20 millones de toneladas de cereales y semillas de girasol que no pueden salir a los mercados internacionales.
La escasez mundial de esos productos está agravada además por la de los fertilizantes que se dejaron de exportar tras la invasión rusa de Ucrania.