Las bombas resuenan en Bélgorod desde el inicio de la guerra. Pero en los últimos días, el ruido de las explosiones se ha vuelto más fuerte. También más frecuente. En esta pequeña región rusa de apenas 390.000 habitantes, una persona falleció y seis personas resultaron heridas la semana pasada en un bombardeo. Fue, según el gobernador de la zona, Viacheslav Gladkov, un ataque de las fuerzas ucranianas que, al otro lado de la línea fronteriza, tratan de contrarrestar la invasión rusa.
No es la primera vez que Rusia denuncia supuestas ofensivas del ejército de Ucrania, a quien acusaron de volar por los aires casi un centenar de depósitos de combustible a inicios de abril. Pocos días después, las autoridades de Bélgorod compartieron en las redes sociales imágenes de un puente ferroviario ruso destruido en lo atribuyeron a un “acto de sabotaje”. Más adelante se registraron varios incendios en distintas infraestructuras de la ciudad; “accidentes” sin autoría definida, según el Kremlin.
Nadie sabe nada y el Gobierno de Zelenski no ha confirmado ni desmentido estar detrás de estos ataques. El asesor de la Presidencia, Mijailo Polokiak llegó a ironizar sobre lo que estaba sucediendo en las regiones fronterizas rusas: "Ahora estas regiones entienden lo que significa el concepto desmilitarización, ya que sus almacenes de munición y depósitos de carburante están explotando", señaló en un tuit.
Sin embargo, a pesar de que no se ha reconocido la autoría, la duda sobre si Ucrania prevé enviar tropas a suelo ruso está suspendida en el aire. Sobre todo después de que la contraofensiva ucraniana llegase a la frontera tras haber expulsado a las tropas rusas de las cercanías de Járkov, según un vídeo difundido por Kiev. Pero ¿por qué querría el ejército de Ucrania entrar Rusia? Y si no es su intención, ¿por qué ataca Bélgorod?
En un escenario de caos informativo, las hipótesis son muchas. Como la que apunta a que se trataría de una estrategia de desinformación alentada por el Kremlin para justificar su “operación especial” para "desnazificar" Ucrania.
Una estrategia de desmoralización
“Si intenta presionar a Rusia a través de Bélgorod, los flancos ucranianos quedarían abiertos para el contraataque ruso y un posible cerco”, explicaba Alex Vershinin, coronel retirado del ejército estadounidense en la revista Forbes. “Esto retrasaría cualquier cosa que los rusos estén planeando, pero Ucrania perdería formaciones críticas”, señalaba el militar.
Coincidían con él varios analistas, que ven poco probable que Ucrania esté intentando atacar a Rusia, ya que tendría un impacto insignificante en la nación más extensa del mundo y podría provocar "una respuesta nuclear".
Otra de las hipótesis que se barajan es que los ataques formasen parte de la fase final de la contraofensiva que se estaba llevando a cabo en Járkov, ya que los principales destrozos han sido a infraestructuras militares y otros puntos estratégicos. Sin embargo, el objetivo de Putin está ahora en el este, en la región del Donbás, y las explosiones continúan en Bélgorod.
Tampoco se podría descarta que los accidentes que tanto desesperan a Rusia podrían ser una manera de desmoralizar a un ejército ruso ya debilitado militar y anímicamente. Además de las pérdidas de los efectivos terrestres (se calcula que un tercio de las desplegadas), los fracasos de las tropas del Kremlin habrían llevado a Putin a iniciar una caza de brujas contra sus propios generales.
Una purga militar que, de acuerdo con un informe de los servicios de inteligencia británica, podría provocar que muchos funcionarios estén vez más preocupados por evitar la responsabilidad personal que por los reveses operativos del país en Ucrania.