Los ataques diarios del Kremlin han afectado a toda Ucrania: este, sur, norte e incluso oeste, a pesar de que las tropas aún no han llegado a pisar esa zona. Al Ejército ruso no le ha hecho falta presentarse personalmente en las zonas afectadas. Su método más mortífero, según la ONU, ha sido el bombardeo.
Esa fue la técnica utilizada por Vladimir Putin al inicio de la guerra para actuar contra bases militares, sedes gubernamentales y aeropuertos. Puntos estratégicos, en términos militares. Pero las tropas rusas no tardaron en poner bajo su punto de mira edificios residenciales, hospitales, centros culturales y comerciales, colegios, universidades que servían de refugio.
El centro comercial Retroville, situado en el noroeste de Kiev, a tan sólo 12 kilómetros de la emblemática Plaza de la Independencia, también fue bombardeado por Rusia y en el ataque murieron al menos a ocho personas.
Sucedió alrededor de las 23 horas del domingo 20 de marzo y, según The Kyiv Independent, fue una de las explosiones más fuertes vividas en la capital desde el inicio de la invasión. El centro comercial se ha convertido en una montaña de escombros, que volaron en todas direcciones tras el impacto.
Se trata de una zona residencial del distrito de Podil. El impacto hizo temblar a los edificios de la zona, rompió ventanas de apartamentos cercanos y decenas de vehículos aparcados en el vecindario fueron dañados. Un soldado contó al New York Times que había restos humanos alrededor de los cascotes del centro comercial. La cifra de fallecidos podría aumentar, señalaron las autoridades de Kiev.
La ciudad quedó conmocionada por la imagen de destrucción en torno al moderno centro comercial. No queda nada de él, ni tampoco de las fachadas y las ventanas de las viviendas próximas. Tampoco de los coches estacionados en la zona.
Los servicios de emergencia fueron alertados pasadas las 22:48 horas de aquel domingo de un incendio en el aparcamiento de Retroville. Lo que encontraron a su llegada superaba lo visto hasta el momento en cuanto a destrucción.
Víctimas civiles
Desde que comenzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la Organización de Naciones Unidas ha confirmado al menos 1.151 muertos y 1.824 heridos entre la población civil. Sin embargo, desde la propia ONU reconocen que estas cifras están lejos de los números reales, ya que tanto la situación dentro del país como la desinformación o la falta de transparencia en las cifras que ofrecen Ucrania y Rusia hacen muy compleja cualquier labor para constrastar la realidad.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) ha contado entre los fallecidos 229 hombres, 171 mujeres, 34 niños y 15 niñas, así como 648 adultos y 54 menores cuyo sexo se desconoce. El documento publicado también detalla que de los heridos 203 son hombres, 152 mujeres, 34 niñas y 26 niños.
La Acnudh precisa que en el territorio controlado por las autoridades ucranianas –en particular, la capital y las regiones de Kiev, Cherkasy, Chernígov, Járkov, Jersón, Nikolaev, Odesa, Sumy, Zaporizhzhia, Dnipropetrovsk y Zhitómir– fallecieron 774 civiles, mientras otras 896 personas resultaron heridas.
En las regiones separatistas y rusoparlantes de Donetsk y de Lugansk 377 personas perdieron la vida y 928 resultaron heridas. De ellos, 60 muertos y 228 lesionados corresponden al territorio controlado por las repúblicas populares; y 317 fallecidos y 700 heridos, a las zonas bajo el control de Kiev.
También se indica que la mayoría de las víctimas registradas "se debieron al uso de armas explosivas con una amplia área de impacto, incluidos los bombardeos de artillería pesada y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, ataques aéreos y con misiles".