Khalid Payenda dice sentirse "increiblemente afortunado" por poder mantener a su mujer y sus cuatro hijos como conductor de Uber en Washington DC, la capital de Estados Unidos. Sin embargo, se trata de un giro radical en su vida, puesto que hasta la llegada al poder de los talibanes en Afganistán hace siete meses era el ministro de Finanzas del país. "Ha sido todo un cambio", reconoce.
Este economista de 40 años era parte del Ejecutivo de Ashraf Ghani, que huyó del país el pasado agosto cuando los talibanes entraron Kabul, lo que precipitó la caída del Gobierno y la salida de las tropas occidentales del país.
"No tuvimos la voluntad colectiva para reformar (el país), para ser serios", diagnostica Payenda sobre el fracaso del equipo de Ghani en una entrevista con el diario The Washington Post mientras conduce el Honda Accord con el que transporta a los viajeros que contratan sus servicios a través de Uber.
Este trabajo al volante "supone no tener que estar desesperado" y le permite en algunos momentos dejar de obsesionarse con la tragedia que atraviesa su país, azotado por una fuerte sequía, la pandemia y las sanciones internacionales por el retorno de los talibanes al poder, explica.
Sin embargo, reconoce que se siente atrapado entre su vida pasada y la actual, puesto que no se siente en casa ni en Estados Unidos ni en el Afganistan actual: "Es una sensación de mucho vacío".
Payenda presentó su dimisión una semana antes de que los talibanes se hicieran con Kabul después de que Ghani le reprendiera en público y le culpara en privado de un impago relativamente pequeño del Estado a una compañía libanesa. Temía que el presidente, al que veía "enfadado" y con mucha tensión por el acercamiento de los talibanes, pudiera incluso detenerlo, así que optó por tomar un avión a Estados Unidos para reunirse allí con su familia, que se había trasladado una semana antes.
"Ahora se ha acabado, tuvimos durante 20 años el apoyo de todo el mundo para construir un sistema que funcionase para el pueblo. Fracasamos miserablemente", cuenta al periódico estadounidense. "Es difícil cuando ves la miseria de la gente y te sientes responsable", reconoce.
Su mujer le recomendó no aceptar el puesto de ministro de Finanzas que le ofreció Ghani a finales de 2020. Sin embargo, la muerte de su madre por la Covid-19 unas semanas antes en un hospital de Kabul en el que apenas contaban con medios para tratarla le convenció y fue un acicate para mejorar las cosas en su país, pese a que los talibanes se estaban acercando a la capital.
Ahora vive otra realidad y se centra en pequeñas cosas como conseguir los bonus de 50 dólares que le ofrece Uber si completa 50 viajes. Cuenta que unas noches atrás apenas ganó algo más de 150 dólares por seis horas de trabajo: "Una noche mediocre". Esta es la nueva vida de Khalid Payenda, que has pasado de gestionar un presupuesto millonario a hacer milagros para sustentar la economía familiar.