Cientos de personas se refugiaban en el teatro de Mariúpol cuando este jueves un bombardeo ruso lo dejó reducido a escombros. Los civiles habían acudido allí hace días en busca de un lugar seguro en una ciudad cada vez más asediada. A un lado y al otro del edificio, para avisar de que allí se encontraban civiles, habían escrito la palabra "niños" en ruso. La habían escrito en letras enormes, visibles desde el cielo, para que los aviones rusos la pudiesen leer. De nada sirvió. Ayer por la tarde, un bombardeo ruso destruyó el teatro.
Los combates desatados en el lugar hicieron imposible cualquier operación de rescate en las siguientes horas y el número de víctimas sigue siendo desconocido. Sin embargo, las últimas noticias parecen arrojar algo de esperanza una vez que, según informan algunos parlamentarios ucranianos en sus redes sociales, el refugio antibombas que existía en el mismo teatro ha sobrevivido al bombardeo y en las primeras horas de la mañana han empezado a salir los primeros supervivientes.
"Después de una terrible noche de incertidumbre en la mañana del día 22 de la guerra, ¡finalmente buenas noticias de Mariúpol! ¡El refugio antibombas sobrevivió. Se empiezan a desmantelar los bloqueos, la gente sale viva!", ha escrito el parlamentario ucraniano Serhiy Taruta, en su cuenta de Facebook.
También la diputada Kira Rudik publicó en Twitter un mensaje de esperanza: "Las mujeres y los niños del teatro de Mariúpol han podido esconderse en el refugio antiaéreo antes del ataque. Estas son grandes noticias por las que estamos llorando hoy. Espero que todos estén bien".
Los equipos de rescate han iniciado los trabajos de búsqueda y el asesor de la alcaldía de Mariupol, Petro Andrushchenko, ha confirmado que hay supervivientes: "Ahora se están retirando los escombros. Hay supervivientes. Todavía no sabemos el número de víctimas".
Después del ataque, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, calificó el bombardeo de "crimen de guerra" y aseguró que "los rusos no podían ignorar que se trataba de un refugio de civiles". También el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró que Rusia "ha cruzado todas las líneas rojas con el bombardeo de civiles" y ha pedido a la comunidad internacional que se reconozca a Rusia como "Estado terrorista".
Una vez más, como ya había hecho cuando bombardeó la maternidad en la misma ciudad, el Ministerio de Defensa ruso negó haber atacado el teatro y ha dicho que se trataba de un ataque del batallón ucraniano Azov. "Según la información fidedigna disponible, los combatientes del batallón nacionalista Azov han llevado a cabo una nueva provocación sangrienta, volando el edificio del teatro que habían cableado", indicó el Ministerio.
Cabe recordar que, ante las imágenes de las embarazadas heridas en el ataque a la maternidad de la ciudad, las autoridades rusas han llegado a decir que se trataba de "un montaje con maniquíes" y han acusado a las embarazadas de fingir sus heridas. Una de ellas sobrevivió y pudo dar a luz a su hija, mientras que la otra mujer no pudo resistir las heridas en el abdomen, provocadas por el bombardeo, y murió junto con su bebé.
Ciudad sitiada
Todavía es pronto para saber cuántos de los civiles han sobrevivido al ataque y cuál es la magnitud de la tragedia en una ciudad masacrada por los últimos ataques. Según las autoridades locales, al menos 2.500 civiles han muerto a causa de los ataques rusos a la ciudad, pero incluso ellos reconocen que se trata de una subestimación. Y las imágenes de las fosas comunes, cavadas a toda prisa por los supervivientes para enterrar a los cuerpos que yacían por toda la ciudad se han hecho habituales.
Además, casi 400.000 personas están atrapadas la ciudad sin agua corriente, y los alimentos y los suministros médicos se están agotando. En los últimos días, las autoridades ucranianas han pedido por diversas veces la creación de corredores humanitarios que permitiesen la huida de los civiles, o al menos la llegada de ayuda humanitaria a la ciudad. Este martes, una caravana de 4.000 coches ha podido salir de Mariúpol, permitiendo la huida de cerca de 20.000 personas, pero miles de civiles siguen atrapados y sin recursos.
Las carreteras de la zona han sido minadas, los puertos están bloqueados y hay información de que los residentes ya derriten la nieve para poder utilizarla como agua. Este miércoles, unas imágenes distribuidas por la agencia de noticias Associated Press mostraban escenas espeluznantes en el último hospital que aún está funcionando en la ciudad.
Situada en el sureste de Ucrania, en la provincia de Donetsk, la captura de Mariúpol daría a los rusos un corredor terrestre despejado y el control de las salidas al Mar de Azov, entre Rusia y Ucrania y que se comunica con el Mar Negro a través del estrecho de Kerch.