El último ataque ordenado por Vladimir Putin contra Ucrania y ejecutado a las 5.50 de la madrugada del sábado al domingo puede marcar un antes y un después en la guerra. Por varios motivos: no es sólo que haya acabado con la vida de al menos 35 personas y dejado 134 heridos. Lo que es determinante es que los 30 misiles disparados por el Kremlin esta madrugada han impactado a escasos 25 kilómetros de Polonia, país de la Unión Europea (UE) y miembro de la OTAN.
Y lo que es más importante, el objetivo alcanzado ha sido la base militar de Yavoriv, situada muy cerca de la ciudad de Leópolis. También conocida como el Centro Internacional de Seguridad y Mantenimiento de la Paz, que ha sido utilizado durante años por las tropas de la OTAN y el Ejército ucraniano en colaboración con las fuerzas de EEUU para realizar maniobras. Las más recientes en febrero, justo antes de que Putin diera comienzo a su 'operación especial' (el neolenguaje del Kremlin para no utilizar los términos "invasión" ni "guerra").
"El ataque aéreo se llevó a cabo desde el mar Negro y el mar de Azov. Los aviones despegaron del aeropuerto de Saratov. En total, los ocupantes dispararon más de 30 misiles", precisó Maksym Kozytskyi, esponsable de la administración estatal en la ciudad de Leópolis, en su cuenta de Telegram.
No obstante, señaló que el "sistema de defensa aérea ucraniano funcionó. Derribamos algunos de los misiles en el aire" y reiteró su llamamiento a los gobiernos de la OTAN: "¡OTAN, cierra el espacio aéreo de Ucrania! ¡Cierra el espacio aéreo de Ucrania o danos aviones militares!"
Según sus datos, facilitados por las autoridades ucranianas, a las 12.00 hora local de este domingo (las 11.00 hora peninsular española), casi todos los incendios que se habían declarado en la instalación militar habían sido extinguidos, mientras técnicos en explosivos y otros especialistas están inspeccionando el área, retirando la mayoría de los escombros.
El Ejército ruso, que inició la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero, había concentrado sus objetivos en el este y sur del país además de los alrededores de la ciudad de Kiev. Pero desde hace varios días los ataques también afectan a zonas del oeste del país, cercanos a las fronteras con Polonia y Moldavia, los puntos más utilizados por los ucranianos que quieren buscar refugio en la Unión Europea.
Los funcionarios ucranianos están intentando verificar si hay extranjeros entre las víctimas del ataque de este domingo. El bombardeo se produce justo un día después de que Putin hubiera advertido de que los cargamentos de armas de Occidente serían vistos como "objetivos legítimos", lo que intensifica la posibilidad de que Rusia acabe enfrentándose directamente al bloque Occidental, representado por EEUU, la OTAN y la UE.
De nada parece haber servido la conversación telefónica que el presidente ruso mantuvo ayer con su homólogo francés, Emmanuel Macron, y con el canciller alemán, Olaf Scholz, en la que ambos líderes europeos le pidieron un alto el fuego inmediato y le exigieron una "solución diplomática al conflicto".
Macron dejó claro el sábado que Putin no tiene intención de "parar la guerra" y que sigue "determinado" a alcanzar sus objetivos. Este último ataque viene a demostrarlo, y supone ir más lejos que nunca en estos 18 días de guerra. Putin reta de esta forma a Occidente que, hasta ahora, no quiere entrar directamente en el conflicto pero sí ofrece su respaldo a Ucrania y a su presidente, Volodimir Zelenski.
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