En medio de la pandemia de la Covid, tratando todavía de derrotar a un virus que consiguió paralizar el planeta en 2020, el mundo contiene ahora la respiración ante la posibilidad de que estalle un conflicto armado y que finalmente Rusia invada Ucrania y provoque la intervención de la OTAN.
Esta semana se han multiplicado los esfuerzos diplomáticos para intentar evitarlo. El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha entrevistado con su homólogo ruso, Vladimir Putin, ha acudido a Kiev para entrevistarse con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y concluyó su gira en Berlín, donde se reunió con el canciller alemán, Olaf Scholz, y con el presidente polaco, Andrzej Duda. Por su parte, el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, también ha intentado calmar las aguas y este mismo miércoles se ha entrevistado con Zelensky.
El Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, lleva semanas avisando de que nos enfrentamos "a la peor crisis desde el final de la Guerra Fría". Y organizaciones humanitarias como el Consejo Noruego para los Refugiados (CNR) alertan de que un eventual conflicto en la región ucraniana de Donbás causaría una nueva crisis de refugiados en Europa oriental, con desplazamientos sobre todo hacia Rusia y Polonia".
Putin ha desplegado más de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania, pero lo que en las últimas horas ha hecho saltar todas las alarmas es la información que ha publicado The Washington Post en la que afirma que altos jefes del Ejército ruso han volado hasta la vecina Bielorrusia este miércoles para coordinar una serie de prácticas militares. Una señal que Occidente interpreta como la puesta a punto de un amplio despliegue de efectivos que están listos para invadir Ucrania en cualquier momento.
El jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, el general Valeri Guerásimov, ha llegado a Bielorrusia justo antes de que comience un entrenamiento que tendrá 10 días de duración y que arranca este mismo jueves. Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, sigue acusando a Occidente de "chantaje y presión" y de avivar la tensión en la región al suministrar armamento a Ucrania.
Las tropas ucranianas también realizarán entrenamientos a partir de este jueves y finalizarán el 20 de febrero
"Rusia y Bielorrusia se enfrentan a una serie de amenazas sin precedentes, cuya naturaleza y concentración son, por desgracia, mucho más grandes y mucho más peligrosas que nunca", señaló a la prensa el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Las tropas ucranianas también realizarán entrenamientos a partir de este jueves y usarán drones y armas antitanques facilitadas por Estados Unidos (EEUU) y otros miembros de la OTAN. El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, ha indicado que los ejercicios, programados para realizarse hasta el 20 de febrero, son una respuesta a las maniobras que las tropas rusas van a llevar a cabo cerca de la frontera.
Reznikov afirmó el martes que Ucrania espera recibir equipamiento militar de Occidente pronto: "Llevamos tiempo esperándolo", dijo, pero no quiso ofrecer más detalles.
Según Reznikov, Rusia ha desplegado 140.000 soldados en la región. Después de meses acumulando efectivos en las fronteras ucranianas, los analistas advierten de que las últimas piezas militares rusas están preparadas para dar comienzo a una enorme operación que podría derrocar al gobierno pro-Occidental de Kiev. Siempre según el diario The Washington Post.
El plan de EEUU
Por otra parte, la Casa Blanca ha aprobado un plan del Pentágono para que sus soldados en Polonia construyan refugios temporales y se preparen por si fuera necesario ayudar a los estadounidenses que huyan de Ucrania en caso de que el ataque ruso finalmente se materialice.
Una fuente de la Casa Blanca señaló a Efe que esa es una de las muchas "contingencias" para las que se están preparando las tropas estadounidenses, pero subrayó que no hay ningún plan para organizar una evacuación a gran escala como la que se produjo en Afganistán.
"No estamos planeando una evacuación masiva de los ciudadanos estadounidenses de Ucrania", recalcó el funcionario, que pidió el anonimato.
El presidente de EEUU, Joe Biden, aconsejó el pasado día 7 a los estadounidenses que viven en Ucrania que abandonen voluntariamente el país, y el citado funcionario subrayó que pueden hacerlo "mediante opciones comerciales, que están ampliamente disponibles".
Las tropas estadounidenses construirán refugios con tiendas de campaña en la frontera de Polonia con Ucrania
No obstante, Biden ha decidido aprobar un plan por si acaso Rusia invadiera Ucrania y hubiera estadounidenses que intentaran abandonar el país, y que implicaría a los 1.700 soldados que ordenó desplegar en Polonia la semana pasada.
Esos efectivos de la División 82 aerotransportada no están autorizados a entrar en Ucrania si estallara una guerra, y no hay planes de que participen en operaciones de evacuaciones aéreas como las que se produjeron en Afganistán, según indicaron fuentes oficiales a la cadena CNN.
Lo que sí harán esas tropas en los próximos días es construir refugios con tiendas de campaña y otras instalaciones temporales en la frontera de Polonia con Ucrania, de acuerdo con CNN y el diario The Wall Street Journal.
Los estadounidenses que abandonen Ucrania en caso de una hipotética invasión rusa tendrían que llegar a esa zona de la frontera polaca por vía terrestre, por su cuenta y sin apoyo militar de EEUU, añade el periódico neoyorquino.
Aunque varios medios estadounidenses han informado de que hay aproximadamente 30.000 estadounidenses en Ucrania, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, rebajó este miércoles esa cifra.
En su rueda de prensa diaria, Psaki dijo que según datos de octubre del Departamento de Estado, ese mes había 6.600 estadounidenses en el país, e instó a los que sigan allí a irse "ahora", aunque reconoció que no está claro que Rusia haya tomado la decisión de invadir.
Insistió en que la situación de Ucrania es distinta que la de Afganistán, donde hubo una evacuación caótica de miles de estadounidenses y afganos, porque ese era "el final de una guerra de veinte años" y en este caso se está "tratando de prevenir" un conflicto.
La tensión se ha disparado en el último mes por la denuncia de Occidente de que Rusia ha movilizado más de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania, que ha llevado a los Gobiernos ruso y estadounidense a enzarzarse en una batalla propagandística.
Moscú ha repetido que no quiere una guerra con Kiev y que no amenaza a Ucrania, mientras que Washington alerta de que los rusos podrían atacar ese país "en cualquier momento".