"Me encanta mi trabajo", escribió en su perfil de Instagram Nicole L. Gee el pasado sábado 21 de agosto para ilustrar una fotografía en la que aparece, vestida con indumentaria militar, sosteniendo a un bebé en brazos, probablemente uno de los tantos que en las últimas dos semanas han permanecido en los alrededores del aeropuerto de Kabul buscando la entrada a una nueva vida lejos del Afganistán de los talibanes.
Un día después, a pie de pista, posaba frente a un avión que aguardaba a que decenas de personas embarcaran para sacarlos del país. "Escoltando a los evacuados hasta el pájaro", escribió en su última publicación en esta red social, en el mismo lugar que cuatro días después perdería la vida.
Nicole L. Gee es una de los 13 miembros del ejército estadounidense que murieron el pasado jueves en el aeropuerto de Kabul en un atentado suicida reivindicado por el ISIS mientras trabajaban para evacuar a los ciudadanos a un lugar seguro.
El Departamento de Defensa de EEUU difundió este sábado sus identidades. Nicole era de Sacramento, California, y tenía 23 años. Los otros fallecidos provenían de distintos puntos del país, desde California hasta Wyoming o Tennessee; el más joven tenía 20 años y el mayor, 31. Once eran marines, uno era médico de la Marina y otro miembro del ejército.
Todos ellos eran niños cuando EEUU invadió Afganistán en 2001 para evitar que el régimen talibán siguiera dando refugio a los terroristas de Al Qaeda y dar caza a Osama Bin Laden, el "cerebro" de los atentados del 11 de septiembre de ese año y que falleció en una operación comandada por los estadounidenses en Pakistán en 2011.
Dos décadas después, con los talibanes de nuevo en el poder en Afganistán, todos ellos perdieron la vida mientras intentaban ayudar a la población a huir del país: un supuesto combatiente del Estado Islámico detonó los explosivos que llevaba en un chaleco mientras pasaba los controles de seguridad en uno de los accesos del aeropuerto de Kabul, la llamada Abbey Gate, donde miles de personas se aglomeraban con la esperanza de poder huir de los talibanes en uno de los vuelos de EEUU.
Estos son los rostros de los 13 últimos militares estadounidenses fallecidos en Afganistán.
2. Darin T. Hoover, 31
El padre del sargento Hoover lo ha definido como "un líder nato" que amaba a Estados Unidos. Esta era su tercera misión en Afganistán. "Guio a sus hombres y ellos lo siguieron, estoy seguro, en el fondo de mi corazón sé que él estaba al frente. Lo habrían seguido hasta las mismísimas puertas del infierno si hubiera hecho falta. Y, al fin y al cabo, eso es más o menos lo que hizo", narró ante los medios.
3. Johanny Rosario Pichardo, 25
La sargento Rosario pertenecía a la Infantería de Marina de Lawrence, Massachusetts. Su profesor ha recordado que de pequeña ya era una "guerrera absoluta", términos que constató en las últimas horas el primer teniente de la Infantería en un comunicado: "Ha sido crucial para evacuar a miles de mujeres y niños". Una amiga reflejó ese carácter en una publicación de Facebook tras su fallecimiento: "Tú me trajiste de vuelta a la vida. Ahora, desearía poder traerte yo de vuelta a la vida con un último abrazo, una última sonrisa, una última siesta, una última comida... una última cosa".
4. Daegan W. Page, 23
El cabo Page era de Red Oak, Iowa, y se unió a los Marines al acabar la escuela secundaria. Tenía cuatro hermanos, era miembro de los Boy Scouts, jugaba al hockey, cazaba con su padre y tenía una "debilidad por los perros". "Para sus amigos, era un chico feliz con el que siempre se podía contar", destacó su familia en un comunicado. "Siempre lo recordaremos por duro caparazón y su gran corazón".
5. Humberto A. Sanchez, 22
Humberto era de Logansport, una pequeña ciudad a una hora y media al norte de Indianápolis. "Todavía tenía toda la vida por delante", destacó su alcalde, al tiempo que reconoció el sacrificio del joven "poniéndose en peligro" al embarcar hacia Kabul. El gobernador de Indianápolis prometió "honrarlo de todas las formas posibles". "Pocos de nosotros respondemos a una llamada del deber tan peligrosa como la del Cabo Sanchez".
6. David L. Espinoza, 20
Esta era la segunda misión de David, original de Laredo, Texas. Hace dos años fue destinado a Jordania, donde estuvo hasta que hace apenas unas semanas fue trasladado a Kabul. Su madre relató a una televisión local que el joven se encontraba incómodo en Afganistán, pero que "ayudó en todo lo que pudo, ayudó a gente inocente". "Estoy orgullosa por lo que hizo, pero como madre es difícil", dijo.
7. Jared M. Schmitz, 20
El cabo Schmitz también había estado destinado en Jordania antes de llegar a Afganistán para participar en la misión de evacuación. "Es algo que siempre quiso hacer y nunca había visto a un joven entrenar tan duro para ser el mejor soldado que podía ser", dijo su madre a los medios. Su hermana contó al Mail Online que siempre había querido ser marine, desde pequeño: "Llevaba su rifle en pañales y botas de vaquero". "Rylee era un hombre increíble, era hijo, hermano, esposo y padre de un bebé que nacerá en solo tres semanas".
8. Rylee J. McCollum, 20
El cabo McCollum soñaba con convertirse en infante de Marina desde los tres años, según su padre. Él también había sido trasladado hace unos días desde Jordania a Afganistán y, desde entonces, su padre pasaba el tiempo pendiente de la marca verde en su aplicación de mensajes que le mostraba que su hijo estaba en línea. Cuando trascendió la información del atentado, le envió un mensaje sin respuesta. "En mi corazón, lo sabía", aseguró el progenitor.
9. Dylan R. Merola, 20
Para su madre, Dylan fue "uno de los mejores niños de todos los tiempos". Era "amable, cariñoso" y "daba cualquier cosa por cualquiera". Su abuela contó a los medios que el joven solía decir que quería volver a casa, pero hacía pocos días que había sido trasladado a Afganistán. Entonces, le mandó un mensaje de voz a su madre explicándole que no podría hablar con ella en los próximos días y que la quería.
10. Kareem M. Nikoui, 20
Kareem era campeón de artes marciales. "Nació el mismo año en que comenzó la guerra y dejó la vida cuando acabó", dijo su padre, que se enteró por la televisión del atentado suicida y no puede ocupar su frustración y enfado con el presidente de EEUU, Joe Biden, por poner a su hijo, y tantos otros, en peligro. "Enviaron a mi hijo allí como un traficante de papel".
11. Maxton W. Soviak, 22
"Es matar o morir. Definitivamente, intenta estar del lado de la muerte", publicó junto a su última foto, en la que aparece con dos compañeros más, en Instagram el pasado 10 de junio. Maxton creció jugando al fútbol en un pequeño pueblo del norte de Ohio donde su muerte ha dejado un "agujero del tamaño de Maxton", según ha escrito su hermana Marilyn en redes sociales. "Todos miraban a Max en momentos difíciles", dijo su entrenador. "Era enérgico, guardaba sus emociones en la manga, era un joven apasionado".
12. Ryan C. Knauss, 23
Ryan era de Knoxville, Tennessee, y se había formado en Psicología. Una de sus profesoras relató que era un joven "tranquilo pero confiado" y que había escrito un ensayo que decía que sus modelos a seguir eran personas que se oponen al poder para ayudar a la gente. "Escribió eso hace nueve años cuando tenía 14 años, sin saber el hombre en el que se iba a convertir". Era "un joven entusiasta que amaba a su país", contó su abuelo a una cadena local. "Era creyente, así que lo veremos de nuevo en el cielo".
13. Hunter Lopez, 22
Los padres del cabo Hunter trabajan para el Departamento del Sheriff del condado de Riverside, en California, él como capitán y ella como ayudante. La Administración local difundió una nota en la que destacó que el joven era "un soldado valiente y desinteresado que respondió al llamado para servir a Estados Unidos". "Al igual que sus padres, Hunter quería ayudar a servir a los demás y proteger a su comunidad", continúa.