Sandra Moñino.

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Salud y Bienestar

Sandra Moñino, nutricionista: "Muchos alimentos del supermercado llevan azúcar 'disfrazado' con otro nombre"

Conocer las diferentes formas en las que el azúcar se esconde en las etiquetas de los alimentos es fundamental para quienes buscan reducir su consumo.

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Según datos del Ministerio de Consumo, a través de la Agencia Española de Seguridad y Nutrición (AESAN), la población infantil y adolescente consume el 21,5% de la energía de la dieta en forma de azúcares totales. En términos generales, España consume alrededor de 1.300.000 toneladas de azúcar por año.

En otras palabras, la población española toma más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)quienes aconsejan que el consumo en forma de azúcares libres no debe pasar de 10 % de la ingesta calórica diaria total. La gran mayoría de las veces el consumo es voluntario; sin embargo, otras muchas, la ingesta está motivada por el desconocimiento.

El azúcar no solo se encuentra en los dulces, pasteles y refrescos, sino también en muchos alimentos procesados u otros popularmente conocidos en España. A pesar de ello, muchas veces este ingrediente está 'disfrazado' y aparece con otros nombres, tal y como explica la nutricionista Sandra Moñino. Estos son los trucos para reconocerlo.

Cómo reconocer el azúcar 'disfrazado'

En la industria alimentaria, el azúcar se encuentra presente en una gran cantidad de productos, muchas veces de forma encubierta. Aunque no siempre aparece bajo el nombre genérico de "azúcar", existen múltiples denominaciones que hacen referencia a este ingrediente y que pueden pasar desapercibidas para el consumidor.

Uno de los principales indicadores para identificar la presencia de azúcar en un producto es la terminación "-osa" en la lista de ingredientes. Ejemplos de ello son la glucosa, la sacarosa y la fructosa, que son diferentes tipos de azúcar con características específicas, indica la experta.

La glucosa es una fuente de energía rápida para el cuerpo, mientras que la fructosa se encuentra de manera natural en las frutas, pero cuando es añadida en productos procesados puede tener efectos negativos en la salud si se consume en exceso. La sacarosa, por su parte, es el azúcar común que se obtiene de la caña o de la remolacha y que se encuentra en la mayoría de los productos dulces.

Otro grupo de ingredientes que suelen ser azúcares ocultos son aquellos que contienen una "x" en su nombre, como la dextrosa y la maltodextrina. La dextrosa es un tipo de glucosa derivada del almidón y se emplea frecuentemente como edulcorante o para mejorar la textura de los productos.

La maltodextrina, aunque menos dulce que otros azúcares, sigue siendo un carbohidrato de rápida absorción que eleva los niveles de glucosa y es utilizada en muchos productos procesados como espesante o estabilizador.

Además de estos nombres menos evidentes, el azúcar puede aparecer con denominaciones más familiares que pueden dar una falsa impresión de ser más saludables. Nombres como azúcar moreno, orgánico, de palma o de coco pueden sonar más naturales, pero en esencia siguen siendo azúcar y tienen efectos similares en el organismo.

La diferencia entre ellos radica principalmente en su proceso de refinamiento y en su origen, pero su impacto en el metabolismo y en la salud sigue siendo comparable al del azúcar blanco.

Cómo analizar la lista de ingredientes

Para detectar el azúcar oculto en los alimentos, es fundamental aprender a leer y analizar la lista de ingredientes. Para ello, existen varias claves que pueden ayudar en este proceso y que nos pueden favorecer mucho a la hora de elegir los alimentos en el supermercado.

Además de los términos, es importante observar el orden en el que aparecen los ingredientes en la etiqueta, ya que estos se listan de mayor a menor cantidad. Si el azúcar o cualquiera de sus variantes figura entre los primeros ingredientes, significa que el producto tiene un alto contenido de azúcar. 

También es considerable revisar la cantidad de azúcares añadidos por porción en la información nutricional, puesto que esto nos permite conocer con mayor precisión cuánto azúcar se está consumiendo realmente con cada ración del producto.