Aproximadamente dos millones de españoles sufren hidradenitis supurativa, una de las enfermedades dermatológicas más discapacitantes y con mayor impacto en la calidad de vida.
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Quizás por ese término no nos suene mucho, pero si utilizamos su nombre más común, golondrino o bartolillo, probablemente entendamos a qué nos referimos.
una dolencia inflamatoria de la piel, progresiva y crónica que, además, causa un enorme dolor a quien la padece. Esta patología provoca la aparición de abscesos (granos de gran tamaño) de forma recurrente y cicatrices, en determinadas zonas del cuerpo.
En Magas hemos querido profundizar acerca de la enfermedad, y hablamos con la doctora Patricia García Martín, dermatóloga en los hospitales universitarios HM Puerta del Sur y HM Montepríncipe.
¿Qué es la hidrosadenitis y quién la suele padecer?
La hidrosadenitis supurativa (HS) es una enfermedad inflamatoria cutánea caracterizada por la presencia de lesiones inflamatorias dolorosas y profundas (nódulos recurrentes que pueden evolucionar hacia la formación de abscesos y supuración) que se localizan predominantemente en los grandes pliegues corporales.
Presenta un curso crónico y recurrente, con brotes de intensidad variable, asociando un fuerte impacto negativo en la calidad de vida del paciente. Afecta aproximadamente al uno por ciento de la población, siendo más frecuente en mujeres, aunque en los hombres la enfermedad suele ser más grave.
¿Suele acudir al dermatólogo quien lo padece o es más bien un tema tabú que se trata en casa?
Consideramos que la HS está infradiagnosticada. Frecuentemente los pacientes ocultan la enfermedad, aislándose, lo que puede conllevar alteraciones en la esfera psicológica.
¿Dónde suele salir y por qué?
Las lesiones se localizan principalmente en zonas de pliegues, como son las axilas, las ingles, los glúteos, la región anogenital o la región submamaria, ya que en estas áreas son abundantes las glándulas apocrinas.
El origen de la HS es todavía desconocido, probablemente multifactorial, asociado a diversos factores tanto genéticos como ambientales, que conducen a la oclusión del folículo piloso asociado a las glándulas apocrinas.
Ello provoca la acumulación en su interior de diversas sustancias, dilatándose hasta romperse. Al liberarse el contenido acumulado se genera una reacción inflamatoria.
¿Para que no se obstruya la salida del vello qué tenemos que hacer?
Es conveniente evitar la ropa muy ajustada, pues el roce con la ropa aumenta la probabilidad de oclusión folicular. En muchos pacientes se recomienda la depilación láser, pues al eliminar el folículo piloso se disminuye el proceso de queratinización anormal del mismo.
Además, algunos tratamientos farmacológicos como los retinoides pueden usarse directamente sobre la zona afectada de la piel, pero más comúnmente por vía oral.
Si no se detiene a tiempo, ¿en qué puede derivar?
Puede progresar a una fase inflamatoria crónica con presencia de trayectos fistulosos con supuración y formación de cicatrices deformantes. Por otra parte, la HS puede asociarse con afectación a nivel de otros órganos, apareciendo junto con otras enfermedades inflamatorias como la enfermedad inflamatoria intestinal, la espondiloartropatía, así como el síndrome metabólico (diabetes mellitus, dislipemia…) asociando un mayor riesgo cardiovascular.
¿Son más comunes en verano o en invierno?
Las altas temperaturas del verano pueden generar complicaciones para las personas que sufren esta enfermedad. El calor puede provocar brotes, por lo que hay que intentar mantener las zonas secas, sin sudor.
¿Cuáles son los factores que lo propician?
Múltiples factores endógenos y exógenos se asocian al desarrollo de la enfermedad. Entre los exógenos, algunos de los más importantes serían el tabaquismo y la obesidad.
Entre el 60 y el 90% de los casos son fumadores activos. El tabaco se relaciona con empeoramiento de la HS, pues favorece la oclusión folicular y la respuesta inflamatoria.
Por otra parte, entre el 45% y el 80% de los pacientes padecen sobrepeso, existiendo una correlación entre el aumento del índice de masa corporal y la gravedad de la enfermedad. Otros posibles factores desencadenantes serían los cambios hormonales, la sudoración y el empleo de ropa muy ajustada.
¿En qué consiste el tratamiento?
El manejo de la HS puede resultar complejo, requiriendo en muchas ocasiones combinar tratamiento farmacológico y quirúrgico.
En primer lugar, es importante seguir una dieta sana y equilibrada, reducir peso si existe sobrepeso, abandonar el tabaquismo, realizar actividad física moderada y evitar ropas ajustadas.
Los fármacos que empleamos van a depender de la gravedad y extensión de las lesiones, siendo frecuente comenzar con el empleo de antibióticos. Los corticoides son antiinflamatorios potentes muy útiles para el tratamiento de lesiones agudas, con rápida disminución del dolor y otros síntomas relacionados.
También resultan de utilidad otros fármacos como los retinoides, la metformina y los fármacos antiandrógenos. Los casos más severos, con mayor carga inflamatoria, puede requerir el empleo de fármacos biológicos (adalimumab, secukinumab…).
La reducción de los costes de los fármacos biológicos puede ser clave para que más pacientes tengan acceso a estos nuevos tratamientos.
¿Es posible confundir un golondrino con un quiste un forúnculo o un ganglio?
Generalmente el diagnóstico es clínico y sencillo para un dermatólogo. En caso de duda, puede ser útil el empleo de la ecografía para apoyar al diagnóstico, así como para precisar la extensión de la enfermedad y detectar lesiones subclínicas.