Entre 110.000 y 120.000 personas al año padecen esta enfermedad en nuestro país y de ellos, el 50% sufren secuelas discapacitantes desde entonces o fallecen, según la Sociedad Española de Neurología. El ictus es la segunda causa de fallecimiento en España y primera entre las mujeres.
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En esta enfermedad (como en todas) la información es clave. La SEN advierte en su último informe de que el 90% de los casos de ictus se puede evitar si se lleva a cabo un estilo de vida saludable, se conocen los factores de riesgo y se previenen.
Desde MagasIn entrevistamos a Berta Claramonte Clausell, neuróloga en el Hospital General de Castellón, para conocer mejor esta afección y aclarar todas las cuestiones que rodean al ictus.
Para comenzar a disipar dudas, debemos tener claro qué es un ictus y qué tipo de ictus existen. La experta nos explica que hablamos de una alteración temporal o definitiva de una o varias zonas del encéfalo y que surge como consecuencia de un trastorno en la circulación cerebral.
Hay dos tipos de ictus: el isquémico y el hemorrágico. El primero supone un 80% de los casos y se produce cuando una de las arterias cerebrales se ven obstruidas por un coágulo y, por tanto, se paraliza el riego de sangre. El segundo tipo corresponde al 20% de los casos y se produce cuando una de las arterias se rompe y desemboca en una hemorragia cerebral.
¿Cómo sé que estoy sufriendo un ictus?
Es de vital importancia conocer los síntomas para saber lo que te ocurre. La sintomatología no varía entre hombres y mujeres y depende de la zona en la que se produce la lesión.
Berta Claramonte especifica que si se produce en el hemisferio izquierdo la consecuencia directa es la alteración del lenguaje y la disminución de la fuerza y sesibilidad en la mitad derecha del cuerpo (cara, brazo y pierna derecha).
Si se produce en el hemisferio derecho, sentiremos dichos síntomas en la mitad izquierda del cuerpo. Además, también puede afectar a la visión.La actuación rápida y eficaz puede salvar tu vida. Por ello, no dudes en llamar a urgencias a la mínima que creas que estás sufriendo alguno de estos síntomas.
Aunque la sintomatología no es distinta entre sexos, sí es cierto que las mujeres cuentan con unos factores de riesgo adicionales como, por ejemplo, la toma de anticonceptivos o la toma de hormonas durante la menopausia.
¿Cómo podemos prevenirlo?
Algunos factores de riesgo no son modificables, como la edad o una serie de condiciones hereditarias (déficit en el sistema de coagulación, el colesterol o el factor V Leiden), tal y como cuenta la experta.
Sin embargo, hay otros que sí pueden prevenirse. El factor más importante es la hipertensión (cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneos es demasiado alta). Este factor puede tratarse y es muy importante para evitar el desarrollo de enfermedades vasculares cerebrales.
Algunos de los riesgo modificables y que podemos evitar más fácilmente tienen que ver con el estilo de vida y con los hábitos poco saludables. Estos son el sedentarismo, el tabaquismo o la dieta. La obesidad es otro factor de riesgo importante.