La vitamina D no es sólo una vitamina, se considera prácticamente una hormona porque tiene receptores en todo el cuerpo y, por lo tanto, tiene funciones para todo nuestro sistema. Es súper importante para el sistema inmunitario, para los huesos, para el sistema óseo, para la presión arterial, para la función cognitiva, para la inflamación...
[17 razones para exponerte al sol (además de la vitamina D)]
Es decir, es clave. Por eso estas tres fórmulas naturales para conseguir tener más vitamina D son fundamentales para tener una buena salud.
Exponerse al sol directo
Es fundamental exponernos al sol directo un mínimo 15 o 20 minutos al día sin protección. El sol es la fuente de vitamina D más natural y más completa que existe, por lo tanto, exponernos al sol es comprender que el sol es nuestro amigo, no supone ningún problema.
Lo que no podemos hacer es no exponernos al sol en ningún momento del año y, en agosto, pasarnos. No funciona así. Lo que debemos hacer es exponernos todos los días a un poco de sol. Lo ideal es que hagamos entre 15 o 20 minutos al día sin protección.
Las zonas donde existe más facilidad para producir vitamina D son los brazos, los antebrazos, concretamente; la nuca y los glúteos. Por lo tanto, con remangarse y exponer los brazos al sol sería perfecto. Lo ideal es no quedarnos quietas, sino exponernos el movimiento.
Algo que suelo recomendar en consulta es practicar ejercicio al aire libre. De esta forma, el sol nos dará en todo el cuerpo entero de forma homogénea.
En la alimentación
Algunos alimentos son fuentes naturales de vitamina D. La yema de huevo es una de las grasas más completas, más ricas que hay y no debe ser eliminada. Tomar tortillas de claras, que muchas veces se hace, no tiene sentido en una dieta que queramos que sea nutritiva y completa. Además, la yema de huevo es fuente de vitamina D.
La mejor forma de consumir la yema de huevo siempre es líquida. Lo ideal es un huevo a la plancha, por ejemplo, o un huevo poché, donde la clara está cocinada y la yema está cruda. Esta es la forma en la que estas grasas, entre ellas la vitamina D, se absorben mejor.
Los pescados azules, que también son un alimento graso, son de los más nutritivos del mundo. Es importante diferenciar entre pescado azul y el pescado blanco. El pescado azul tiene la cola en forma de uve y el pescado blanco tiene la cola plana. En el pescado azul se recomienda siempre tomar de pequeño tamaño. Hablamos de sardinas, boquerón o salmón, como mucho. Y, evitar el atún y, por supuesto, el tiburón porque los peces más grandes tienen muchos metales pesados.
Las digestiones
La vitamina D, aunque se fabrica en la piel, requiere de una buena función en el hígado, en el riñón y en el intestino. Por lo tanto, es muy importante asegurarnos de tener buenas digestiones, de no tener gas, de no tener hipo y de no tener cacas raras, cambiantes.
Es decir, estar un día estreñida y otro un día muy suelta. Hay que evitar el estreñimiento, asegurarnos de que nuestras heces no manchan en el váter.