El prolapso genital o de órganos pélvicos ocurre cuando uno o más de los órganos de la pelvis se deslizan hacia abajo desde su posición normal y sobresalen dentro de la vagina. Puede ser la matriz (útero), el intestino, la vejiga o la parte superior de la vagina.
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Un prolapso no pone en peligro la vida, pero puede causar dolor e incomodidad.
Por lo general, los síntomas pueden mejorar con ejercicios de fortalecimiento pélvico y cambios en el estilo de vida, pero a veces se necesita tratamiento médico específico.
Tipos de prolapso genital
Los 4 tipos principales de prolapso genital femenino son:
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Vejiga que sobresale hacia la pared frontal de la vagina (prolapso anterior, colpocele anterior o cistocele).
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La matriz sobresale dentro de la vagina (prolapso uterino, histerocele).
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La parte superior de la vagina (cúpula uterina) se hunde hacia abajo: esto les sucede a algunas mujeres después de haber tenido una histerectomía (extirpación del útero o matriz).
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El intestino sobresale hacia la pared posterior de la vagina (prolapso de la pared posterior, colpocele posterior o rectocele).
Es posible tener más de uno de ellos al mismo tiempo. El prolapso de órganos pélvicos generalmente se clasifica en una escala de 1 a 4 para mostrar qué tan grave es, siendo 4 el grado máximo.
Causas del prolapso vaginal
El prolapso genital ocurre cuando el grupo de músculos y tejidos que normalmente sostienen los órganos pélvicos (suelo pélvico) se debilita y no puede sostener los órganos con firmeza.
Varias cosas pueden debilitar el suelo pélvico y aumentar la probabilidad de desarrollar prolapso. Estos incluyen:
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Embarazo y parto. Especialmente en un parto largo y complicado, o de un bebé grande.
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Varios partos (multiparidad).
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El envejecimiento.
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La menopausia.
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El sobrepeso.
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El estreñimiento crónico.
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La tos crónica.
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Los trabajos con importante esfuerzo físico, como coger peso.
Algunas condiciones de salud también pueden aumentar la probabilidad de un prolapso, incluyendo: síndrome de hiperlaxitud articular, síndrome de Marfan, síndromes de Ehlers-Danlos.
Síntomas
Los síntomas del prolapso de órganos pélvicos incluyen: una sensación de pesadez en el bajo vientre y genitales, una molestia o sensación de peso que desciende a la vagina; o puede notar un bulto en los genitales, molestias durante las relaciones sexuales, problemas para orinar (como sentir que la vejiga no se vacía por completo, necesidad de ir al baño con más frecuencia o pérdida de una pequeña cantidad de orina al toser, estornudar o hacer ejercicio).
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A veces, no presenta síntomas y se detecta durante un examen interno realizado por otro motivo, como una revisión rutinaria.
Pruebas de diagnóstico
Es recomendable acudir a un especialista en ginecología si presentas alguno de los síntomas mencionados de un prolapso.
Una vez en consulta, el especialista realizará un examen pélvico, que habitualmente incluye la colocación de un instrumento llamado espéculo en la vagina para poder evidenciar si hay un prolapso.
Por lo general, con el examen físico efectuado por el especialista es suficiente para diagnosticar si hay prolapso, de qué tipo y en qué grado.
En ginecología se pueden hacer exámenes adicionales, entre los que se pueden incluir: un análisis de orina para descartar infecciones, pruebas de imagen o diagnósticas adicionales para descartar otras patologías de los órganos involucrados (por ejemplo, cistoscopia, endoscopia, pruebas radiológicas).
Tratamiento
Prolapso leve
Para aquellos pacientes que no presentan ningún síntoma o el prolapso es leve y no hay molestia, es posible que no se necesite tratamiento médico.
En estos pacientes hacer algunos cambios en el estilo de vida le ayudarán a evitar la aparición de síntomas o el empeoramiento del prolapso.
Entre estos se incluyen: perder peso si tiene sobrepeso, evitar levantar objetos pesados, prevenir o tratar el estreñimiento, realizar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico (mejor con ayuda de un rehabilitador de suelo pélvico).
Prolapso severo
Si el prolapso es más severo o sus síntomas están afectando su vida diaria, hay varias opciones de tratamiento adicionales a considerar.
Estos incluyen: ejercicios del suelo pélvico, tratamiento hormonal, pesarios vaginales, cirugía, o tratamientos alternativos como la radiofrecuencia.
El tratamiento recomendado dependerá del tipo y la gravedad del prolapso, sus síntomas y el estado general de salud de la paciente.
¿En qué tipo de pacientes suele aparecer?
Es más probable que ocurra un prolapso vaginal después de la menopausia y después de múltiples partos vaginales (más probable si se tiene más de 50 años, pero puede ocurrir a cualquier edad).
Habitualmente la mujer consulta en primer lugar a un ginecólogo, quien está capacitado para diagnosticar el prolapso, establecer el tipo y grado de este, hacer recomendaciones y en caso de ser necesario indicar y realizar la cirugía. También puede requerir la participación de otros especialistas, como por ejemplo el cirujano o urólogo, un fisioterapeuta especializado en rehabilitación de suelo pélvico.
*La doctora Natalia Siegert es ginecóloga de Quirónsalud Torrevieja y Alicante.