Paloma Borregón, la experta en caída del pelo a la que acude Paula Badosa

“Que se nos caiga el pelo es un drama, por encima incluso que tener un grano en la cara, pero no todas las caídas son iguales”, explica la tricóloga Paloma Borregón. Hay que fijarse si el pelo va con raíz o no va con raíz (una puntita blanca al final). A veces confundimos la rotura con la caída de cabello y el problema no es el mismo, aunque en general nos preocupa todo de él.

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“Su brillo, cantidad y calidad va íntimamente relacionado con la salud global y nos supone un espiral de baja autoestima cuando se nos cae”, explica la tenista Paula Badosa. “Las deportistas sufrimos mucho de caída y rotura capilar precisamente por tener que llevar la coleta tirante, estar expuestas al sudor, a lavados frecuentes y al estrés de la competición”, añade la tenista.

La tricología es la especialidad de la dermatología que se centra en la salud capilar y que en otoño ve como la petición de consultas se multiplica por la caída estacional. Incluso hay pacientes que llevan el pelo “muerto” a consulta para enfatizar su malestar y encontrar diagnóstico, pues “la caída del cabello es la mayor preocupación estética de las mujeres, una preocupación mayor que la que supone el acné”, asegura la doctora que dirige la Clínica Kalosia en Madrid.

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Perder hasta 120 pelos al día es normal. El ciclo natural del cabello son cuatro fases explica Borregón:

1. Anágena: es la fase de crecimiento, puede durar de 2 a 6 años y consiste en el crecimiento constante de queratina que rellena el folículo piloso.
2. Catágena: es la fase de regresión, dura de 15 a 20 días y se trata de que el pelo está entre la vida y la muerte, a la espera del nuevo brote que le sucederá.
3. Telógena: es el momento de la expulsión, dura entre 2 y 3 meses hasta que la raíz del sustituto es lo suficientemente fuerte como para echarlo.
4. La caída.

"La cuarta es la caída que tanto nos preocupa e influye incluso en nuestra autoestima. Por eso es importante saber que cuando se cae el pelo de forma natural hay otro cabello joven que ha llegado a la superficie. De acuerdo con este ciclo, en ese momento el cabello vuelve de nuevo a la fase anágena".

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Aunque el pelo está predestinado a cambiarse, a veces el efluvio se acelera por diferentes causas: pelo recogido tirante, sudor, humedad, cambio de estación, cambios hormonales, mala alimentación, quimioterapia, Covid… Es ahí cuando hay que acudir al tricólogo y tomar medidas.

“Cualquier factor que sea estresante para nuestro cuerpo acapara su atención. Y el pelo es el último de sus problemas, teniendo como consecuencia su caída”, explica la doctora Borregón. Normalmente, cuando vemos la caída por estrés es tres meses después de sufrir el problema. ¿Qué hacer? Acudir al dermatólogo para identificar el problema y poner tratamiento rápido, pues “podría tratarse de una enfermedad y en función de su diagnóstico el tratamiento es diferente” explica.

“Uno de los signos que deben despertar la alerta es la pérdida de pelo en la cola de la cejas y en la frente (cuando la frente crece hacia atrás), pues podría ser una alopecia definitiva”.

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¿Cómo frenar la caída?

Los tratamientos de consulta siempre se complementan con tratamientos de vía oral, que además podemos tomar todas para prevenir la caída desde casa en curas de tres meses. La nutricosmética capilar no son fármacos, sino el alimento que necesita el cabello para crecer y no tienen efectos secundarios porque están regulados para que se administre las dosis indicadas diaria. Los ingredientes que deben contener son principalmente el zinc, la vitamina B, el hierro, vitamina D, el ácido fólico, la proteína de queratina, la biotina y los aminoácidos.

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También hay que cuidar de la salud capilar por fuera y evitar tratamientos fuertes como los alisados, los planchados, los peinados tirantes y acostarse con el pelo mojado porque se macera y debilita por la humedad constante.