El estrés se ha convertido en uno de los grandes males de la sociedad actual. Aunque el problema afecta a ambos sexos, las mujeres sufren mayores trastornos, ya que además pueden producirse cambios hormonales.
Estos cambios pueden inducir alteraciones del ciclo menstrual, problemas en el deseo sexual e incluso amenorrea (falta o desaparición de la menstruación), que si se asocia a bajos niveles de estrógenos por un periodo muy largo pueden ocasionar descalcificación ósea y atrofia de los órganos genitales.
Muchas mujeres deciden embarcarse en la aventura de compatibilizarlo todo, intentando tenerlo bajo control. Así, se exponen diariamente a elevadas demandas cruzadas, tanto en el trabajo como en sus casas y con sus hijos, experimentando altos niveles de estrés crónico.
[Ansiedad y depresión: los trastornos que sufren el 20% de las mujeres durante la maternidad]
Cambios en los ciclos menstruales
Biológicamente, lo que sucede es que el nivel de hormonas relacionadas con el de estrés se mantiene elevado durante todo el día. A su vez, esto origina la aparición de síntomas físicos como dolores de cabeza, contracturas, problemas intestinales o cardiacos e incluso una caída del sistema inmunológico.
Este síndrome del estrés crónico, que así se denomina, puede provocar otro tipo de síntomas de carácter psicológico como angustia, frustración, irritabilidad, ansiedad, depresión o cansancio crónico.
Hasta aquí, todo es extensible al estrés en general, sea femenino o masculino, pero es que en el caso de las mujeres la situación se puede agravar al afectar a los niveles hormonales.
Las alteraciones en el ciclo menstrual son uno de los problemas que presentan las mujeres con altos niveles de tensión crónica, pudiendo volver irregular un ciclo que ha funcionado siempre “como un reloj”.
Efectos en las relaciones sexuales
Las situaciones de ansiedad y los altos grados de preocupación provocan tensión y entorpecen los mecanismos de respuesta sexual. De forma física se manifiesta de varias maneras, destacando la falta de lubrificación vaginal.
El estrés disminuye la fertilidad
En muchas ocasiones el estrés crónico y severo produce amenorrea, lo que altera el sistema de reproducción femenino. Otros factores de riesgo asociados son la mala alimentación a la que se acostumbran estas mujeres y el retraso de la maternidad por encima de los 35 años y, en muchas ocasiones, de los 40.
A esa edad aparecen con mayor frecuencia los ciclos sin ovulación y el porcentaje de gestaciones espontáneas disminuye.
Es recomendable iniciar conductas más saludables y tratar de seguir una dieta lo más equilibrada posible, además de evitar recurrir a alivios engañosos del estrés como pueden ser el alcohol o el tabaco, tan perjudiciales a corto y largo plazo.
Igualmente, hoy en día es posible recurrir a terapeutas especializados en el tratamiento del estrés e incluso los tratamientos se pueden realizar online cómodamente desde casa o cualquier otro lugar, lo que favorece la asistencia y el proceso.
*Por la doctora Nuria Javaloyes Bernacer, psicóloga del Hospital Quirónsalud Torrevieja y la doctora Paula Soriano Lillo, especialista en ginecología y obstetricia del Hospital Quirón Salud Murcia.