Es más que conocido que la práctica de ejercicio físico es fundamental para una buena salud, ayudando no sólo a controlar el sobrepeso y a aumentar nuestra energía, sino también a combatir enfermedades como la hipertensión o la diabetes, la artritis o incluso la depresión.
Y es que, por si aún no lo sabes, hacer ejercicio también pone de buen humor beneficiando con ello a nuestra salud mental. Una práctica ideal para dejar a un lado el estrés, mejorar la memoria, mejorar nuestra calidad de sueño y ayudarnos a tener un mejor estado de ánimo.
Pero ¿por qué existe esa relación entre la salud mental y el deporte? Te lo contamos.
La verdadera relación
Son muchos los expertos que recalcan la importancia del ejercicio físico para contribuir a reducir la ansiedad, combatir la depresión, los estados de ánimo negativos, mejorar la autoestima y la función cognitiva.
Una serie de beneficios para nuestra salud mental que han sido extraídos de múltiples estudios al respecto, como por ejemplo, el realizado por el equipo de investigación del profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid, Gabriel Rodríguez.
Un estudio que se llevó a cabo con más de 1.400 personas de entre 15 y 74 años residentes en la Comunidad de Madrid, y cuya conclusión fue que “los sujetos con niveles altos o moderados de actividad física total y en el tiempo libre presentan niveles de salud mental superiores a los de aquellos que realizan un nivel bajo de actividad física”.
Estableciéndose además que “el nivel de la actividad física realizada en el tiempo libre se relaciona de forma inversa con la vulnerabilidad a los trastornos mentales”. Y es que se observó que el riesgo de padecer enfermedades mentales en los individuos del estudio que eran suficientemente activos se reducía más de un 50 por ciento, si se comparaba con los insuficientemente activos.
En el caso de los adultos más jóvenes, otros estudios han establecido que el ejercicio físico puede ayudar en este rango de edad a aumentar, sobre todo, las funciones cognitivas al mejorar la memoria y el tiempo de reacción, mientras que en el caso de los adultos mayores ayuda a combatir algunas enfermedades derivadas del debilitamiento cerebral, como el alzhéimer y la demencia senil.
Pero la realidad es que aunque pueda evidenciarse una relación entre la mejora del estado de ánimo y la salud mental con la práctica de ejercicio, lo cierto es que a día de hoy, se desconocen los cambios fisiológicos exactos que existen entre lo que ocurre en nuestro organismo cuando hacemos deporte y su relación con nuestra salud mental y sensación de bienestar.
Algunas hipótesis apuntan a algunos neurotransmisores concretos (sustancias empleadas por las neuronas para comunicarse entre sí), los cuales se activan con la actividad física. Hormonas también conocidas como el cuarteto de la felicidad (serotonina, endorfina, oxitocina y dopamina), que habitualmente están asociadas al sentimiento de bienestar.
Hormonas implicadas en ‘el cuarteto de la felicidad’
Serotonina: Aumenta la autoestima y la confianza. Practicar deporte favorece su liberación al implicar la superación de retos y fortalecer la sensación de formar parte de un colectivo con el que identificarse.
Endorfina: Favorece un estado de relajación y felicidad.
Dopamina: Es el neurotransmisor del placer y se libera cuando algo nos hace sentir bien.
Oxitocina: Está implicada en equilibrar los vínculos afectivos y es precisamente a través de las relaciones interpersonales que se establecen en el deporte cuando esta hormona se libera.
Beneficios psicológicos
Aunque las causas exactas de la mejora de nuestra salud mental al hacer deporte aún no se hayan concretado, lo que sí está demostrado es que mejora nuestras funciones mentales, la autoestima y esa sensación subjetiva de bienestar y felicidad.
Por lo que se podría decir, que practicar ejercicio está relacionado con numerosos beneficios psicológicos. Todos ellos fundamentales para la mejora de nuestra calidad de vida y para aumentar nuestra felicidad. Estos son algunos de los beneficios psicológicos más destacados de hacer deporte.
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Mejora de la autoestima: Uno de los beneficios más conocidos del deporte es que es uno de los mejores aliados para sentirnos mejor con nosotros mismos, algo que no solo está relacionado con el aspecto de nuestro cuerpo, sino también con cómo nos hace sentir a nivel mental. Ayuda con ello a mejorar nuestra autopercepción y autoestima.
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Previene enfermedades cognitivas: Estimular a nuestro cerebro a través de la práctica de deporte, también ayuda a que con el paso del tiempo nuestro cerebro no se atrofie.
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Aumenta el rendimiento cerebral: Otro de los beneficios de hacer ejercicio, es que su práctica también ayuda a que existan mejores conexiones entre nuestras neuronas, por lo que mejora nuestro rendimiento y nuestra capacidad cerebral. Algo que ayuda precisamente a mejorar nuestra memoria y a un aprendizaje más rápido y eficaz.
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Reduce la ansiedad: Hacer ejercicio ayuda también a relajarnos y a poder calmar tanto nuestro cuerpo como la mente. Todo ello sumado a que la práctica de ejercicio también consigue evadirnos de las preocupaciones del día a día mientras estamos haciendo deporte. Todo ello ayuda a reducir el estrés y a sentirnos más relajados.
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Aumenta la felicidad: Como hemos explicado anteriormente, el deporte también se relaciona con la producción de hormonas como las endorfinas, las cuales se encargan de reducir el dolor y generar esa sensación estable de felicidad y relajación. Por lo que también estimula la sensación de bienestar.