Estefanía Ferrer siempre ha sido una 'loca' de la cosmética -como ella misma se autodenomina-. Licenciada en Ingeniería Química, no fue hasta el año pasado que se lanzó a dedicarse exclusivamente a este mundo que tanto le apasiona creando LICO Cosmetics. En unos meses pasó de trabajar en una multinacional dedicada a la aeronáutica y hacer productos cosméticos como hobby, a tener su propia empresa, con la que ha pasado a facturar cuatro veces más que en el periodo anterior.
"Vi que no existía una cosmética que aunase en una misma fórmula cosméticos activos muy potentes que fuesen de química verde, que aplicasen la ingeniería sostenible pero no comprometiesen el resto de ingredientes de la fórmula a nivel tóxicos", explica Ferrer, cofundadora y CEO de LICO Cosmetics.
Con la amplia base de conocimiento que había adquirido por puro amor a la cosmética y por su trabajo durante años analizando tóxicos, comenzó a crear sus propios productos en un pequeño laboratorio de Sevilla. Los fue compartiendo con familiares y amigas y el "boca-oído" hizo el resto.
"Cada vez hacía tiradas más grandes, tuve que cambiar de laboratorio y fui mejorando la imagen de la empresa. El primer trimestre de 2020 había llegado a tal volumen de pedidos y demandas que tenía sentido, que veía que existía este hueco dentro del mercado. Fue ahí cuando me aventuré, hablé con mi empresa, organizamos mi salida con un horizonte a tres meses vista y con muchísima ilusión empecé a full time con LICO".
LICO Cosmetics tiene un objetivo muy claro: crear cosméticos eficaces, basados en la ciencia, pero también respetuosos con la naturaleza y, por supuesto, con la piel. "Nosotras lo que veíamos es que actualmente hay dos líneas de tendencia: la primera es aquella muy 'de laboratorio'. Tienen cosméticos activos muy patentados pero que no cuidan el resto de ingredientes y hay algunos que son problemáticos y no son muy recomendables. Luego hay otra cosmética que está muy en auge y es a base de extractos y aceites naturales, pero la realidad es que no es efectiva", explica.
La diferencia con LICO es que se basan en elementos naturales pero crean fórmulas químicas que potencian sus efectos y son beneficiosas para la piel. Para ello, ejecutan un complejo -y a veces largo- proceso de I+D y de búsqueda de los mejores ingredientes naturales.
"A nivel formulación siempre lo hacemos con las siguientes premisas: tenemos una parte de cosméticos activos que tienen como una química verde. Por ejemplo, tenemos un sérum de vitamina C microencapsulada. Es una ingeniería sostenible porque aplicamos a un ingrediente derivado de la vitamina C, es decir, que no es nocivo. Lo microencapsulamos en un polímero de celulosa para multiplicar por cinco su eficacia y así conseguimos un activo muy potente. Todo ello lo hacemos bajo estudios de sinergia en los que aportamos materia prima natural, pero que esté enfocada en potenciar los resultados de esta parte de ingeniería".
Recursos de todo el mundo
Todo el proceso de formulación y posterior fabricación del producto lo hacen en España, pero algunos de esos compuestos los buscan en diferentes lugares del mundo. Cuentan por ejemplo con el tratamiento African Essence, premiado en los Beauty Shortlist Awards 2020, para el que emplean esa vitamina C unida a la vitamina E. "Pensamos, ¿dónde está la fuente más importante de vitamina E? Pues la encontramos en el desierto del Kalahari".
Siempre pendientes de todos los detalles, en LICO se aseguran de que esos recursos naturales sean trabajados por empresas regladas, de Comercio Justo y con Certificados de Conformidad; y a la vez que su compra enriquezca la zona.
"En el caso de nuestra línea de Amazonian, traemos del Amazonas aceite de burití, que es el que tiene mayor contenido en vitamina A del planeta. Con esto conseguimos que el aceite de burití se ponga en valor y así combatir la tala del árbol del burití, que es como el árbol de la vida en el Amazonas. Estos tratamientos los bautizamos con el origen de la materia prima y también trabajamos muchísimo el perfume para experimentar ese viaje a través de la piel y las texturas".
Las clientas, lo primero
El principal objetivo del equipo de LICO, formado únicamente por mujeres, es que sus productos de verdad mejoren la piel. Por ello, pese a que su canal principal de venta es el online, su forma de trabajar es muy "clientecéntrica". ¿Por qué? Porque Ferrer está plenamente segura de que sus productos funcionan.
"Tenemos mucho feedback con ellas y les preguntamos cada equis tiempo por el estado de su piel. Esto no es un claim de marketing, sino que ofrece resultados, a la que no le funcione le cambiamos el producto y si no le funciona ninguno se le devuelve el dinero", afirma tajante.
"Una de nuestras premisas es no sobreprescribir. Tenemos clientas que de repente compran la rutina 360 y el contorno de ojos y les decimos que hay que ir poco a poco. No se trata de vender, sino de que la clienta de verdad note los resultados".
Programa Lanzadera
Gracias a este innovador modelo de negocio, LICO entró en el programa Lanzadera impulsado por Juan Roig, y ha llegado a la fase de Growth, compuesta por solo 30 empresas. "Entramos en Lanzadera en septiembre y gracias a ellos estamos un poco donde estamos, han sido parte del éxito de LICO"
Lanzadera es un programa que ayuda con el crecimiento de las empresas y tiene cuatro fases, siendo Growth la tercera. "Cuando entré no sabía distinguir unicommerce de un market place, que es como algo básico. Al final aquí te dan formación, tenemos una directora de proyecto... Al final nos ayuda a que todos los departamentos estén alineados en pro del cliente y también en temas de planificación, organización y herramientas. Aspectos más técnicos que al final son necesarios para poner en pie una empresa y que funcione".