La capital alemana está siendo el escenario de una importante cumbre royal. Se celebra el 25 aniversario de la apertura de la embajada nórdica y los representantes de tres Casas Reales estuvieron invitados a la recepción de bienvenida el lunes 21 de octubre.
Mary de Dinamarca fue una de las grandes protagonistas de la noche, luciendo un vestido nuevo de Carolina Herrera que, todo sea dicho, nos encantaría que Letizia añadiera a su armario. Puesto que es una de las firmas preferidas de la Reina y en uno de los tonos que mejor lo sientan, sería todo un acierto estrenarlo en algún acto oficial de noche.
La consorte danesa, junto al rey Federico X, deslumbró a su llegada a la embajada gracias a este diseño de manga japonesa, cinturón tipo fajín con lazada y corte camisero, aunque con botones ocultos con abertura central. Como joyas, los pendientes de diamantes y perlas de su boda y una pulsera histórica reservada solo a las reinas, con un llamativo camafeo con la imagen de la reina Josefina de Dinamarca y Suecia.
Cerraba el look, unos preciosos zapatos joya, también en rojo, de Manolo Blahnik con hebilla cuajada de perlas en el empeine. El pelo recogido en un moño bajo y sin tiara, pues pese a ser un look de gala, este no es un viaje de Estado y tampoco tiene a otros monarcas como anfitriones.
El vestido de Carolina Herrera, confeccionado en seda, tiene un precio que ronda los 4.000 euros y está agotado. Aunque el patrón no es muy del estilo de Letizia, sería un aplaudido cambio en su estilo para este tipo de eventos especiales.
Mary de Dinamarca no ha sido la única royal que ha sacado toda la artillería pesada en cuanto a moda se refiere en la capital alemana. Victoria de Suecia y Mette-Marit de Noruega, junto a sus respectivos cónyuges, también asistieron al evento luciendo sus mejores galas. La heredera el trono sueco optó por un vestido de terciopelo en color morado firmado por Camila Thulin, con drapeado. El collar rígido que llevaba al cuello llamó especialmente la atención.
En cuanto a la esposa de Haakon de Noruega fue quizá la más casual de las tres, eligiendo un vestido de fondo blanco con estampado floral en tonos marrones y manga corta, adornado con un minicinturón negro. Lleva en su armario mucho tiempo, pues lo lució en la entrega de los premios Nobel de la Paz en Oslo en el 2016. El pelo suelto y un clutch color berenjena de tejido trenzado como accesorio.