Este 11 de julio marcó la celebración de los premios ESPY, galardones otorgados de forma anual por el grupo mediático ESPN a lo mejor del deporte estadounidense. Creados en 1993, premian los logros del año en curso.
En esta edición, celebrada en el Dolby Theatre de Hollywood (California), destacaron numerosas personalidades, como Venus Williams o Lindsey Vonn. Pero una pareja en concreto acaparó la atención: la formada por el príncipe Harry y Meghan Markle.
El Príncipe recogió el premio Pat Tillman por su labor con la Fundación de los Juegos Invictus, un proyecto en honor a los veteranos y heridos militares en acto de servicio. Para la ocasión, Harry se decantó por un look sobrio, con corbata negra.
Meghan Markle fue quien creó la sorpresa. Para la ocasión, optó por un modelo blanco, de acabado satinado y cuello halter, que completó con un par de sandalias negras y joyas sencillas, entre ellas, su ya bien conocida pulsera de Cartier.
A nivel beauty, la duquesa de Sussex optó por un clásico, un moño de efecto pulido, un peinado por el que suele apostar habitualmente, tanto en actos oficiales como en el día a día.
El vestido elegido por Meghan Markle nos recordó otro de sus modelos míticos: su segundo vestido de novia. Un déjà-vu estilístico claro, en línea con el estilo general de la duquesa.
El 19 de mayo de 2018, el príncipe Harry y Meghan Markle se dieron el 'sí quiero' en una boda multitudinaria. Tras lucir un vestido de Clare Waight para Givenchy, con un escote barco, manga francesa y velo de organza de dimensiones espectaculares, Meghan brilló con un segundo vestido de novia, de cuello halter y vuelo, firmado por Stella McCartney, en la posterior recepción celebrada en Frogmore House.
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La royal completó entonces este vestido muy favorecedor con un par de pendientes largos de diamantes y oro blanco. Una prueba de que la duquesa tiene un estilo definido, que afianza en cada una de sus apariciones.
El estilo de Meghan
Las apariciones de la pareja ya son muy contadas. Discretos, desde su desvinculación de la Casa Real británica, los duques de Sussex consiguen aun así mantener el interés. El pasado mes de abril, aparecieron en un partido benéfico de polo celebrado en Wellington, Florida.
En aquella ocasión, brillaron por su impecable estética. Meghan eligió un vestido marfil firmado por Heidi Merrick mientras que el príncipe Harry apareció con un look a juego, marcado por tonos neutros.
En su viaje a Nigeria, también destacaron. Además de su aparente cercanía y complicidad, Harry y Meghan acertaron con sus estilismos. La duquesa deslumbró con un vestido de Joanna Ortiz, concretamente el modelo Tropicana Nights, un diseño de blanco y largo de la firma St Agni y un vestido rojo de tirantes, con detalle del vuelo en el bajo, en crepé, de Oriré, una firma local, entre otros.
Harry y Meghan se siguen aupando como una de las parejas más estilosas y comprometidas.